SD KONG & ALLAN PARRISH se unen entre contrastes, efervescencia y riesgo en 'S.O.D.A'

La versatilidad como fin último.
Un catálogo de sabores.

El día que hablé con SD Kong y Allan Parrish llovía a mares y hacía mucho frío en Madrid –un ambiente al que la ciudad nos ha tenido acostumbrados prácticamente un mes entero, por desgracia–, así que, al sentarnos, decidimos pedirnos un café caliente. Yo me lo tomo sin azúcar desde siempre, ya que no soy muy amiga del dulce en general, pero Dave (SD Kong) abrió uno de los sobres apoyados en el platito bajo la taza y lo echó entero. “Me gusta mucho el azúcar… pero no me lo permito a menudo”, comenta. Comenzamos entonces a hablar sobre la cantidad de efectos adversos que provoca en exceso, lo mucho que consumimos azúcar a diario –prácticamente sin darnos cuenta– y lo adictivo que acaba siendo para algunos. ¿Qué tiene esto que ver con S.O.D.A’ ? Pensaréis. Lo curioso es que todo. 

Una conversación simple para romper el hielo, previa a la entrevista, acabó resumiendo el concepto vertebrador del último disco del cantante junto al productor Allan Parrish: “el azúcar es casi una droga legal que nos meten en todos lados. Hasta la OMS recomienda una cantidad diaria de consumo de azúcar, cuando debería ser cero. Decidimos meternos en ese concepto de lleno, nos resultó muy atractivo, porque a nosotros nos encanta consumirlo –a mí me encantan los zumos y Allan coleccionaba latas raras– y también se presta a nivel sonoro. Grabando ‘S.O.D.A’ quedamos un día solo para abrir latas”, explica Dave.

“Cada proyecto tiene su personalidad, dependiendo del concepto y de cómo lo hayas materializado te pide cosas distintas”

La portada y el arte del proyecto son trabajo de Álex Marco, que captó la idea rápidamente, aportando a la personalidad concreta que tanto rapero como productor buscaban para ‘S.O.D.A’. “No quisimos lanzar la portada hasta que salió el disco, no queríamos tirarla sin más, está muy ligada a la música y el contexto”, comenta Dave. Nerón II’, que fue el único single adelanto, parte –precisamente– de un detalle de la portada principal, pero sin desvelar nada. “Mola porque cada proyecto tiene su personalidad, dependiendo del concepto y de cómo lo hayas materializado te pide cosas distintas”, reflexiona SD Kong. 

“Los dos salimos de la zona de confort con este álbum, y cuadró enseguida. En muchos temas, la primera piedra que tiramos fue la buena”, dice Allan Parrish. Y es que la relación entre ambos se remonta a Natural Spittaz, colectivo en el que SD Kong formó su carrera junto a Hábil Harry, así que ‘S.O.D.A’ es un reencuentro más de los dos artistas, como lo fue ‘Lindes’ en 2020: “Acabábamos de hacer ‘Lindes’ –que para mí siempre será un hito, porque lo sacamos en 4 o 5 días– con Natural cuando nos planteamos hacer algo juntos y decidimos empezar a trabajar en ‘S.O.D.A’. Han sido casi dos años de trabajo, otros proyectos nos han llevado mucho menos tiempo. Al principio iba a ser un EP, pero hemos acabado con 14 temas”, comenta Dave entre risas. Además, añade: “Cuando haces este tipo de álbumes, cuanto más aportas más claro queda el concepto, pero tampoco queríamos que se hiciese pesado, queríamos algo liviano pero complicado, que los beats fueran diferentes pero apeteciese escucharlo”.

Precisamente, uno de los elementos más reseñables del disco son los beats, por su variedad y el minucioso trabajo de Allan para buscar sonidos originales: “llevo una temporada con síndrome del impostor, pensando en que quiero samplear menos y quiero tocar más cosas. No había empezado a introducir música con samples míos hasta ahora, la verdad. Queríamos que ‘S.O.D.A’ fuera experimental en todos los sentidos, por eso he usado lo que parecen samples, pero que en realidad no lo son, son compuestos. La intención era componer un sonido orgánico que no desentonara con los temas en los que sí se usan samples. Creo que es una línea en la que hay que seguir evolucionando, porque es un mundo muy poco explorado, por lo menos en España”, sentencia el productor. 

Un tema que, precisamente, hace físicos los contrastes y las dualidades del disco –tanto en la producción como en las letras– es PooL’, en la que el rapero canta, haciendo alusión al título –al revés, como el sample– /esto no es un loop es una piscina/. La canción parte de un sample al reverso, un cambio de tempo y una visión y sonido distintos: “los dos salimos de la zona de confort en el tema y cuadró increíble, fue mágico. No sabíamos qué esperar pero ha calado, hemos sintonizado con la gente, han visto que tiene algo especial”, dicen artistas. Otros temas como Sugar Cundas’, Pesto Rosso’ o Cola Wars’ despuntan por su energía, como también lo hacen las diversas colaboraciones que se encuentran en el disco, con nombres como Nico Miseria, Chicoes3 o Sonnyjimm. 

“Nos volvimos un poco locos, pero creo que también pensábamos que era un disco más raro de lo que al final es. En EEUU la gente está haciendo unas movidas to’ marcianas, ya se ha pasado del drumless y del loop. Ahora la gente está haciendo pedradas con loops a tempo, acompasados, cosas muy arriesgadas. Viéndolo con perspectiva –porque al lanzar el disco, adquiere la visión de los demás–, igual lo nuestro no es tan pedrada como pensábamos, pero sí que es verdad que con ‘S.O.D.A’ es el proyecto con el que más me he puesto la meta de innovar y creo que lo hemos superado”, reflexiona SD Kong.

El rapero se obsesionó con los álbumes conceptuales cuando empezó a desarrollar su carrera en solitario. Sin embargo, la relación de SD con el hip hop se remonta a su infancia, a pesar de no tener en su entorno mucha gente que lo escuchase. Empezó tonteando con los graffitis y la música, escuchando 7 Notas 7 Colores, Violadores del Verso, CPV, el disco recopilatorio de ‘Are You Hip Hop Biggest Fan?’ o los estadounidenses Cool J y DMX. Dave nació en Charlotte (Carolina del Norte), y su relación con la cultura norteamericana –que perdura hasta hoy– parte primariamente de ello. “Todos los veranos descubría movidas en EEUU, me las llevaba a Madrid y las estudiaba. Con el tiempo conocí a Harry, que es con el que más he aprendido de rap, de escribir y de estudio. Natural Spittaz es mi foundation, y lo diré siempre, pero llegó un punto en el que empecé a formar una identidad de mi movida”, explica. 

“Este es el proyecto con el que más me he puesto la meta de innovar y creo que lo hemos superado”

Algo que destaca de su trayectoria es que es muy fiel a lanzar siempre el mismo formato: álbumes que no tienen menos de 12 tracks, con una idea sólida que dirige todo el disco. Este 2022, ha liberado Alla Prima’, Savoir Faire 2′, junto a C. Spaulding y ahora S.O.D.A’. “He ido muy a mi rollo desde el inicio y no tengo ningún tipo de presión por llevar el ritmo que llevo. A veces pienso en parar, pero es que acabo un proyecto y ya se me están ocurriendo cosas para el siguiente. En el underground estadounidense hay gente que está sacando dos o incluso cinco proyectos al año. Yo no tendría tiempo físico para esos ritmos tan inconcebibles, pero mientras pueda mantener el mío, lo voy a seguir haciendo. Me gusta hacer discos, meterme en el estudio, hacer beats, buscar ideas… ¿se acabarán? Me lo he planteado bastante, pero siempre hay fórmulas nuevas”, declara SD Kong. 

El rap underground del artista destaca por saber combinar el tono hedonista y meloso con los contrastes: “intento, como todos, tener una identidad al hacer música. No quería hacer lo mismo que hacía con los demás si hacía cosas solo. Empecé con el tema de las barras, y creo que lo materialicé más en ‘Alla Prima’, porque dejé de lado las barras más típicas de ego. Me mola dar una de cal y otra de arena, la ambigüedad, el bien vivir y lo atmosférico”, explica. 

“Intento escribir lo más automáticamente posible. Me gusta el rollo instantáneo, hay que documentarse antes, pero me gusta escribir sin normas ni corsés, simplemente intentando transmitir una idea o un sentimiento de la mejor forma posible y auténtica. Y si hago overthinking, puede ser que me lo cargue”, reflexiona el rapero sobre su proceso de escritura. Y concluye: “A veces me obligo a mí mismo a no imaginarme ningún flow sobre un beat porque quiero que lo primero que me imagine sea cuando esté preparado para escribir en ese beat. Lo que busco cuando escucho música es evadirme y atmósferas que me gusten, así que lo que más valoro es el ingenio a la hora de escribir”.

El ingenio es algo que no caduca ni va a caducar nunca en la música, pero lo que sí es indudable que la escena actual está en plena transformación. La globalización, la inserción de tendencias e influencias cada vez más rápidas, distintas y cambiantes y la necesidad del propio panorama lo piden. Estamos en los albores de un cambio de sonido gordo. Ya van varios años en los que ha habido cuatro palos y la gente no se ha querido salir de ello, pero ya se están buscando fórmulas nuevas. Nosotros estamos intentando abrazar el cambio, y estamos listos para ello”, comenta Allan al respecto. SD Kong añade que está claro que “en el sonido mainstream la gente se está arriesgando un poco. A nosotros nos gusta salir de la zona de confort, y ver que el mainstream lo está mimetizando es guay. Se está poniendo todo en entredicho. 

“A mí me van a perdonar los rappers, pero creo que está habiendo productores mucho mejores que raperos en los últimos años. En España hay un nivel altísimo ahora mismo”, declara Allan en cuanto al desarrollo de la producción nacional. Y es que el rap también está cambiando, la masculinidad tóxica o el ego trip ya no tienen que estar permanentemente presentes en el discurso. A lo que el productor añade lo siguiente: “todos estamos deseando poder hacer esta música y no tener vergüenza de enseñársela a nuestra abuela”, y Dave coincide. Y yo también, porque el cambio de sonido conlleva dejar atrás los estigmas pasados, que permiten que disciplinas como la moda, el arte, el cine se crucen y complementen con la música de manera mucho más orgánica que antes. 

Allan quiere poder realizar una librería de sonidos completa en un futuro, ya que en España no es algo que se cotice por el momento, pero sí es necesario. Y SD Kong ya tiene ideas en camino, que saldrán antes de lo que esperamos, una vez más.

“El rap no es un género joven, pero no para de mutar, los dogmas se están derrumbando. La clave para el futuro es aprender e ir right wave con todo lo que está cambiando el género, y el mundo en general. Aprender y fluir, que sino nos aburrimos”, constata finalmente SD Kong.

Todo pasa demasiado rápido como para aburrirnos, ¿no?. En ocasiones, con un café caliente, azucarado o no, basta. 

Texto: Elena Lopez

Fotografías: Blunted Shoots