Ellos ya lo han comentado en varias entrevistas realizadas, «Domenica» es un proyecto realizado en un momento muy concreto de sus vidas, en el que una canción no era suficiente para decir, poner en orden y dar paz a todo lo que sentían. Con este trabajo me sucede algo parecido a lo que experimenté con «Entelequia», de SH Música y Cheb Rubën. Y es que, en ocasiones, es tan crudo y directo lo que se cuenta que te debates entre el asombro de todo lo que supone plasmar esas vivencias en papel y compartirlas con todo aquel que las desee escuchar, y la perplejidad y el rechazo de atreverse a hacerlo. Personalmente, soy una persona a la que le cuesta expresar los sentimientos, y encontrar a alguien que lo haga de esta manera me produce cierta inquietud en un primer momento. Eso de escupir todo fuera y no dejar nada dentro está fuera de mi alcance, y como soy consciente de lo que cuesta, estoy seguro de que, tanto a Juancho como a Sule, no les ha sido fácil hacer frente a este proceso de introspección y traducir en palabras todo aquello que anidaba en su interior. Ya lo decíamos con «Entelequia», a veces llevar a cabo este tipo de procesos tiene un resultado curativo que logra cerrar antiguas heridas o cicatrices para hacer frente al presente centrado en los problemas que pasan y pasarán y no por los que ya pasaron.

El tratamiento que le han dado al disco ha sido increíble. Pocas veces he visto llevar a cabo y hacer realidad un proyecto como ha conseguido Suite Soprano. Todo estaba medido, programado y calculado a la milésima. Para el oyente, al menos en mi caso, es una delicia que te ofrezcan  algo que, como si de un regalo se tratara, vas abriendo envoltorio capa a capa hasta llegar a la esperada sorpresa. Además, cada una de estas tiene un porqué y muchas más preguntas que se ven contestadas cuando consigues deshacerte de todas. Una vez presenciado el desenlace, comprendes en toda su totalidad el punto de partida, el destino y, una vez realizado, todo lo que has vivido ente medias de ambos. Sí tuviera que definir «Domenica» utilizaría adjetivos como la tristeza, el dolor, el recuerdo y la melancolía. Estos sentimientos tienen claramente una connotación negativa, sino negativa, digamos que les envuelve una capa de pesimismo implícita en el mismo significa de algunos. Pero en el momento en el que estos sentimientos son puros, cristalinos y transparentes, podemos extraer su lado positivo valiéndonos de lo que se conoce como catarsis. Breuer y Freud, iniciadores del psicoanálisis, defendían que la expresión de un recuerdo o emoción enjaulada en el interior de una persona, puede acercar su comprensión y completo entendimiento a dicha persona. Es, sin duda, un proceso de transformación y madurez.

Lo que en un principio veíamos como la cima, nos damos cuenta que no era más que una pequeña colina que escondía la verdadera realidad. Utilizando las palabras de Platón cuando explicaba este mismo término refiriéndose a la tragedia antigua, el trabajo que realizan Sule y Juancho es purificador, tanto para ellos como para el oyente. Nosotros somos el público, los espectadores, los cuales nos involucramos en el proceso y experimentamos las mismas cosas, viéndonos asemejados a ellos nos sentimos identificados con lo que nos cuentan, en ocasiones porque nos ha pasado algo parecido y otras porque mostramos empatía y nos ponemos en su pellejo.

En el último concierto en Madrid, en el fin de gira de su anterior trabajo, «Nada más lejos», el grupo ya adelantaba algunos aspectos del nuevo disco, entre los que se encontraba el directo, sobre el que comentaban que estaban preparando un show totalmente diferente al que en ese momento estábamos disfrutando los presentes, suponiendo un giro de 180 grados a todo lo que estábamos acostumbrados a ver. En su momento no le di demasiada importancia, pero ahora, una vez visto y escuchado el trabajo completo y todo lo que le rodea, me invade una profunda curiosidad por saber cómo enfocará el conjunto el momento de presentar al público «Domenica». Ante la evidencia de la no existencia de un tema en todo el disco que le permita abrir o cerrar el directo de un modo potente, creo que el grupo lo apostará todo a la participación del público, colocándolo como eje central de su espectáculo. Para exprimirlo debe estrechar ese lazo que se ha conformado con cada oyente a través de su música, y reforzarlo mediante su cercanía y convencimiento. Imagino un show intimista, donde prime el contenido visual y donde la gente logre abstraerse y entrar de lleno en el estado de meditación y nostalgia que posee este nuevo disco. No sería justo mencionar el trabajo de Sule y Juancho en las letras sin hablar de la increíble labor de El Hombre Viento en la producción. No podríamos referirnos con tantos elogios a Messi ni Cristiano si no hubiera un Xavi, Iniesta, Isco o Modric asistiéndole, al igual que un cocinero no sería excelente sin una materia prima de primera calidad. Así pues, no habría Suite Soprano sin los pases de la muerte y los ingredientes de primera clase que proporciona El Hombre Viento.

Con «Domenica» no veía la necesidad de analizar tema a tema el trabajo completo, pero sí que he seleccionado los que considero los tres mejores tracks para realizar un breve comentario de cada uno.

Empíreo: Sin lugar a dudas el tema que mejor define el disco. La primera vez que lo escuché no pude evitar quedarme petrificado, la segunda tuve que detener la escucha ante el tiroteo indiscriminado de duras vivencias y experiencias traumáticas que hacen renegar de toda realidad, y la tercera y sucesivas, por muy raro que parezca, la disfruté, con todo lo que eso conlleva. Empíreo duele, nos duele y nos hace reflexionar sobre lo que tenemos y cuestionar aquello a lo que damos prioridad y controla nuestras preocupaciones. Y si esto es lo que produce al oyente, no quiero imaginar lo que supuso para ellos escribirlo. Mucha gente pide videoclip de esta canción, pero creo que todo lo que nos hace ver y sentir es suficiente y no necesita apoyarse en un elemento visual para llegar más lejos, porque es imposible. No experimentaba algo parecido desde la «Oda» de Nasta y su «La dije mírame a los ojos y mátame, sí vas a hacerme daño házmelo rápido y vete» acompañado de unas palabras demoledoras del fallecido Robin Williams en «Más allá de la vida».

Tengo el alma con más cicatrices que John Marston, y a veces duelen las los vivos que los muertos

Triclinio: Una charla cualquiera entre buenos amigos normalmente estaría ubicada en un bar o en una calle cualquiera, pero Suite Soprano decide trasladarla a la Roma clásica y, alrededor de una mesa baja, Sule, Juancho y Cheb, dispuestos en tres «kline», nos obsequian con el que para mi es el mejor tema del disco, mientras disfrutan de una ritual comida. Este triclinio, particularmente, está decorado con murales de diversos temas, como la guerra de Troya, frescos con la diosa Atenea de protagonista y escenas de la vida de Nerón. Si tuviera que quedarme con uno de estos oradores elegiría a Juancho Marqués, el cual demuestra un gran estado de forma con unas barras a un altísimo nivel. Es el tema más trabajado a nivel lírico, y las metáforas y comparaciones que realiza caen sobre nosotros como una lluvia tras una sequía de meses.

Crucificado: Navegando en el «Alegría» de Yasmin Levy, y con la pérdida como leitmotiv, Suite Soprano se une con Dheformer Galinier para crear un tema muy profundo y sentido. Si en el tema anterior hablábamos de Juancho, la calidad del artista gaditano como letrista no tiene que envidiarle lo más mínimo, es más, la facilidad que posee para expresar instantes, fotografiar momentos concretos o sentimientos fugaces, es única. Expresa lo inexpresable.

Llegar a casa y pensar en todo lo sucedido es como darle una pistola al que tiene Parkinson y que te cosa a tiros

Como he dicho al abrir este párrafo, el sentimiento de pérdida es el motivo que les lleva a escribir «Crucificado», en primer lugar, Juancho homenajea al poeta español Miguel Hernández al recibir influencias de «Elegía a Ramón Sije», como se puede observar en el siguiente verso extraído del mismo:

Quiero minar la tierra hasta encontrarte

y besarte la noble calavera

y desamordazarte y regresarte.

Al igual que el poeta español, Juancho también llora la pérdida de un amigo. En segundo lugar, Dheformer Galinier logra una percepción más profunda y mística, al hacer referencia a la pérdida de uno mismo, a la falta de toda motivación y fin en la vida, cuando has perdido el rumbo por completo. Por último, Sule dedica sus versos a al amor, o más bien, a la pérdida del mismo. «Tras llamarte puta te escribía te quiero borracho». Completa el verso con tintes autodestructivos y misántropos, finalizando con «El barquero me ha enseñado el camino». En una clara referencia a Caronte y poniendo de manifiesto una vez más su lado más marginal y reflexivo, parece decidido a vagar 100 años por las riberas del Aqueronte hasta que el barquero vuelva a guiarle de nuevo.

Por último, me gustaría rescatar unas palabras de la película «La vie d´Adèle», ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2013. En ella, se pone de manifiesto una premisa básica con la que se debe entender en todo momento el último trabajo de Sule B, Juancho Marqués y El Hombre Viento:

«Lo que tenemos aquí es un ejemplo perfecto de una tragedia. La tragedia es lo inevitable. Es de lo que no podemos escapar, pase lo que pase. Concierne a la eternidad. Concierne a lo que es infinito. Concierne el mecanismo, la esencia de la humanidad».