Este año hemos disfrutado de cómo Nike y Dior jugaban con la silueta Air Jordan 1 convirtiendo a este en uno de los modelos más destacados del año. Denominadas ‘Air Dior’, la combinación son la culminación perfecta entre moda de alta costura y un clásico atemporal.

Teniendo un precio de 1900€ en su versión alta y 1700€ en la baja, este modelo ciertamente exclusivo no está al alcance de todos. En el caso de haber tenido posibilidad de adquirirla, lo más seguro es que cuides estas Jordan como si fueran tu mayor reliquia. Si no, te conformarás con disfrutarlas en los pies de figuras mundiales y diferentes personalidades relacionadas con la moda, viendo como alguna de ellas se permite el capricho de experimentar con ellas.

Daniel Arsham, reciente nuevo director creativo de los CAVS, ha mostrado a través de las redes sociales una versión que desvela todo lo que hay detrás de su primera piel. Encargándose Philllllthy de la customización, el artista basa su trabajo en una filosofía japonesa, el Kintsugi, una corriente de pensamiento utilizada principalmente en diferentes tipos de artesanía como la cerámica.

 

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El kintsugi trata de devolver a la vida aquellas piezas que se han roto, han sido resquebrajadas o deconstruidas por el paso del tiempo, uniendo así sus piezas mediante oro o plata líquida. Recuperando su forma original y demostrando que todas estas heridas son solo estragos de la vida, esta corriente de pensamiento ejemplifica la lucha constante por aceptar el daño y recomponerse para mejorarnos a nosotros mismos.

Unas heridas y arañazos como las que veremos en la gran mayoría de la superficie de estas Air Dior, donde tras su cuero gris, lavado previamente para dar ese efecto sucio, muestra una segunda piel de color tierra. Otros detalles como la suela con un naranja casi nuclear, los desconchados de la caja, la bolsa de tela o el número de serie de la zapatilla lucen perfectamente desgastados en esta personalización tan única como excéntrica.

Al ser una creación hecha por encargo expreso de Arsham, no está a la venta, pero si así fuese, juntar la idea primigenia de las Air Dior con la filosofía Kintsugi, le otorga aún más epicidad a una de las zapatillas más preciadas de la reciente historia.