‘Istmo’ llega en el sweet spot de Dano para enmarcar un momento de transición. Su cuarto álbum ha sido creado para durar y acompañar, no para ser consumido y pasar. “Cualquier rapper que te mole tiene un disco largo del rollo que asocies con él. Yo no tengo ningún disco así. Mi único disco como beatmaker y emcee lo hice con 18 años. Esa es la fuckin’ realidad”, explica. Si te gusta su música y lo que hace, la apuesta de rap más crudo está en este proyecto.

A horas del estreno en plataformas digitales, Dano nos citó en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, concretamente en la sala más amplia de este polivalente espacio. Antes de que todo comenzara, pudimos ser testigos de los entresijos de la preparación y degustamos con toda la calma que quisimos de lo que nos quería decir el de Ziontifik con la puesta escena. Bolsas enormes de Discos La Metralleta, Madrid Rock y otras tiendas insignias para diggers de la capital, así como un lugar privilegiado para The North Face fueron los primeros atractivos que captaron nuestra atención.

Los plumíferos eran presentados en vitrinas, como joyas, junto a sus correspondientes carteles en los que se podía conocer más sobre la historia de la pieza. Pero aquí no podíamos leer sobre materiales o año de fabricación, era algo que dejaba de lado lo técnico para entrar de lleno en lo personal. “Hubo un momento que en Madrid todos teníamos la misma chaqueta. ¡20 pibes con el mismo North Face! Tiene dos logos, el del pecho y el de la espalda; yo pinté el de atrás de negro. El del Nei era rojo, el del Waine era nosequé… pa’ saber cuál era el de cada uno. Imagínate en la Changó por la noche los findes, todos los plumas iguales uno encima del otro….¡Así al menos los podíamos diferenciar!”, leías un poco más abajo de “Robado en El Corte Inglés de Nuevos Ministerios”, decía uno de ellos.

Y es que lo que había en la sala era una recreación del Madrid que recibió a Dano cuando tenía 18 años. Una forma de vida y códigos con los que, además de acompañarle en su día a día, le servían para devolver lo que una vez le dieron personas muy influyentes para él en esos años. Gente que se dejaba la vida en lo que hacía y nadie les dió nada. “Yo tuve que estudiar Diseño para conocer cosas que ellos ya sabían de forma innata”, dijo micrófono en mano. Un homenaje a los OG’s de Madrid.

Antes de que se enfrentara al público en solitario con un MPC, la película creada junto al director Gonzalo Hergueta fue presentada. La pieza de 20 minutos de duración es espontánea y directa, en palabras del propio director, y muestra el conjunto de experiencias vividas por Dano en Nueva York durante el verano de 2017. La ciudad habla, como también lo hace el protagonista con el objetivo de acercar aún más el álbum al que lo escucha. Pensamientos en voz alta y conversaciones con conocidos y extraños sirven para que Dano muestre el amor por esta ciudad.

Bienvenido al universo de Dano

“Mucha gente comienza haciendo beats y luego rapea, o empieza rapeando y luego hace beats. Yo desde el día uno estaba escribiendo letras y aprendiendo a usar el ordenador. Para mi ha sido siempre en paralelo, lo que pasa es que yo entiendo que son cosas que han crecido por ramas distintas de cara al público. He sentido que no he podido enseñárselo al público”, explica. De ahí se extrae perfectamente el por qué, de los 14 cortes que forman la referencia, tan solo ha contado con Manu Beats como productor externo.

Dano es de uno de esos artistas que nunca dejó de ser espectador, que aprendió a dejar el ego de artista de lado y echar una mano a otros compañeros. Ha participado en los últimos trabajos de Nathy Peluso, Cruz Cafuné o Sule B, por mencionar solo una pequeña muestra, así lo que no es extraño preguntarse si esta imposibilidad de crear ‘Istmo’ hasta este preciso momento se debe a no disponer de tiempo suficiente tiempo para su propia música. Su respuesta va por otro camino: “yo hubiera hecho esto (refiriéndose al evento de presentación) con 20 años, ya pensaba así. Lo que pasa es que cuando no tienes ejemplos, cuando nadie más lo ha hecho así, dices ‘ya llegará’. Yo con 20 años, si hubiera existido un Red Bull detrás como ahora, habría hecho esto. No lo hubiera hecho con el conocimiento de ahora, pero hubiéramos hecho cosas gigantes. Queríamos hacer Hollywood pero no había cómo. Mirábamos vídeos de rap francés, de Estados Unidos, y era como ‘¿por qué nosotros no podemos?’”. Quien haya vivido Ziontifik desde sus inicios o haya estudiado sus movimientos años más tarde entra de lleno en lo explicado por Dano. Son muchos los que han tenido la sensación de que el colectivo iba siempre un paso por delante, que miraba todo con otros ojos.

Como albatros

Una de las grandes cualidades de Dano es intentar entender todo antes de juzgar. Mira aquello que capta su atención desde una altura prudencial para enmarcarlo y estudiarlo antes de emitir un juicio. Esto le ha llevado a tratar el tema de las Batallas de Gallos desde un punto de vista muy maduro e interesante. “Cuando Red Bull nos llamó en 2009 para hacer la primera Batalla de Gallos, que antes no existía, yo fui encantado de la vida porque nosotros hacemos batallas en nuestra casa de toda la vida. Nosotros (Ziontifik) rapeábamos como si estuviéramos en el puto Bronx, intentando hacer métricas. Estábamos locos. Al Kuma lo conocí así, en Coslada en un corro en el 2001”, explica.

Entonces, ¿por qué esa diferencia tan grande entre el peso de este tipo de eventos en España y Argentina? “Las Batallas no son parte del ADN del rap en España. En Argentina tampoco pero no había nada. Allí han funcionado tan bien porque es lo primero que hay, no había ADN, sin faltar el respeto a los OG’s de Argentina. Los OG’s eran nichos, no había industria ni mainstream. En Argentina y Sudamérica las batallas han triunfado porque es gratis, no necesitas nada. Bajas al parque y puedes ser alguien. Puedes ser el puto rey del barrio. Es la fórmula perfecta para que dé como resultado Duki”, comenta.

Si Duki muestra amor y siempre se acuerda de Dano es porque tiene presentes a todos los que estuvieron antes que él. No tendría por qué hacerlo y nadie podría reprocharle nada, pero lo hace. Este ejemplo evidencia que para muchos ya lo era, pero por si hiciera falta prueba gráfica, ’Istmo’ hace inmortal a Dano como Christopher Lambert.

Ya forma parte del éter.