David Hockney es uno de los artistas más grandes de nuestro tiempo, una figura que deja huella en cada obra que produce. Sus diferentes composiciones enmarcadas en el arte pop, el cubismo o el modernismo han convertido al autor inglés en toda una eminencia del arte mundial contemporáneo, entendiéndose que si su nombre se plantea para una nueva iniciativa sobre la imagen del metro de Londres, cuenten con él sin pensárselo dos veces.

La acción en cuestión se denomina ‘LetsDoLondon’, está promovida por la Red de Transportes de Londres y el Ayuntamiento de la ciudad, y tiene como objetivo la reactivación del turismo a modo de lavado de cara del subterráneo británico.

Un círculo amarillo, una franja morada, tres trazos en negro y una tipografía escrita a mano como si hubiera sido trazada en Paint es la elección de Hockney, objeto de una critica exacerbada por parte de las redes y la prensa. Tachándola de simple, hecha por un niño, falta de respeto o directamente de broma, los mensajes no tardaban en llenar las redes sociales de mensajes hacia la figura y obra de Hockney, epicentro tanto de apoyos como críticas con menos o más fundamento.

Una de la más sonoras se basaba en el poco apoyo que recibe el arte emergente, como declara Laura Nevill, fundadora del estudio con su mismo nombre: “Lo que me molestó fue que esto se ha promovido como un lanzamiento de la campaña Let’s Do London, que tiene como objetivo llevar el turismo a Londres para que la gente vuelva a salir y se entusiasme por estar en la ciudad y explorar. Y, sin embargo, no se utilizó como una oportunidad para apoyar a los artistas que han luchado durante el último año».

Ella no culpa a Hockney de ser el origen del problema, si no a Sadiq Khan, alcalde de la ciudad y responsable de elegir a grandes nombres del arte en vez de talentos emergentes. El espacio que brinda la red metro de Londres es un lugar especial y escaparate perfecto para nuevos artistas, ubicación que rara vez es frecuentado por los prestigiosas personalidades del arte.

Ingenio y ganas hay de sobra en el panorama londinense, como así han demostrado subiendo sus propuestas a modo de respuesta a la obra de Hockney los diferentes creadores alternativos. La respuesta hace visible una carencia constante en el mundo del arte, donde sigue primando lo ilustre a lo naciente.