Cada uno decide su destino. Puedes escoger entre terminar el viejo año con una decepción o empezar el nuevo año con una decepción, en este caso la people de Warner y DC se han decantado por la primera opción. El pasado viernes 17 se estrenaba «La Liga de la Justicia», film que sufría, en mitad de su rodaje, la trágica noticia del suicidio de Autumm Snyder, la hija del director de la cinta Zack Snyder, el cual abandonó el proyecto inmediatamente, dejando a cargo de la postproducción y de la grabación del material restante al “Avenger Marvelita» de Joss Whedon, director entre otras de “Los Vengadores” (2012) y “Los Vengadores: La era de Ultrón” (2015). Sin duda, esto alteró el resultado final de una superproducción que, entre otras, traía la presión de trescientos millones de superpresupuesto sobre su superespalda y que reunía a luchar a superhéroes como: Wonder Woman, Batman, Aquaman, Flash, Cyborg o (ALERTA SPOILER) hasta el mismísimo Superman, si, si, que no estaba muerto, que estaba de rave por ahí sin cobertura y tuvo que pegarse un buen chute para ponerse otra vez a tono y volver a la city a repartir jaleíto con una resaca mala, mala de cojones. (FIN SPOILER)

Pues ni con todos esos súperpoderes reunidos han conseguido que la película me transmita absolutamente nada, salvo la terrible sensación de que Ben se ha comido a Affleck y que por momentos la Bat-máscara y el Bat-traje le hacen parecer un modelo masculino Bat-curvi. Bat-raro. Pero no solo es eso lo que me despierta entre sudores fríos por la noche, no, aún hay muchos mas elementos que alimentan mis pesadillas cinematográficas, los repasaremos más adelante. Ahora creo que es momento de analizar un poco la mandanga y para entenderlo todo bien nos tendremos que ir a los orígenes, al comienzo de las luces (Wonder Woman) y las sombras (el resto) del Universo Extendido cinematográfico de DC.

DC EXTENDED UNIVERSE: TARDE, MAL Y ¿NUNCA?

Todo empieza tarde con “El hombre de acero” (2013), esto significa que cuando Clark Kent empieza a volar en el skyline para DCEU, por cierto, de la mano del propio Zack Snyder, lo hace con ocho películas de retraso respecto a su competidor en el mundillo de los universos cinemáticos expandidos: Marvel. Y es que cuando el Superhombre regresa en plan philosopher por los cielos de Metrópolis dándose besitos con la puritana de Lois “Amy Adams” Lane, los espectadores ya se habían ido unas cuantas veces de orgías palomiteras junto a Thor, Iron Man, Capitán América o La Viuda Negra.

Continúa mal la cosa con el siguiente par de títulos, que ni siquiera superan la tibieza mostrada por su antecesora. Ambas fueron estrenadas en 2016, la primera, “Batman vs Superman”, adivinad quien la dirigió. ¡Exacto! El omnipresente Zack Snyder. Y es que si la gente pensaba que la cosa estaba chunga con este maltraído beef entre el murciélago y el chico de Krypton, no tenían ni idea de lo que les esperaba. La segunda golosina de mierda que nos comimos envuelta como una joya de antihéroes fue “Suicide Squad”. La antipelícula de David Ayer, demostraba claramente que la cosita se les había ido de las manos. Era difícil hacerlo peor.

Y es que nunca es tarde y siempre hay esperanza. Parecía haber luz al final del túnel con la llegada de “Wonder Woman” (2017) de Patty Jenkins, que sin ser sublime convencía y entretenía a crítica y público por igual, aparte de romper con los prejuicios de las majors en contratar mujeres para dirigir superproducciones de acción, salvaba los muebles del año y ayudaba a DC a salir del coma profundo provocado por las tres puñaladas cinematográficas anteriores. Pero la esperanza de que Justice League terminase de curar las heridas mejorando las aventuras en solitario de la Súper Amazona, se desvanecieron desde el mismo momento de su estreno. El universo extendido de Batman y compañía tendrá que seguir bajo cuidados intensivos una temporada mas.

HISTORIA, VILLANO, CGI: TODO MAL (SALVO GAL GADOTT)

La historia es un timo de trileros del palo de dónde está la bolita, pero con tres cajas, las tres cajas madre (la madre que las parió). La cosa va así, si se juntan las tres cajitas a tomar por culo el mundo, si no se juntan el planeta se salva, así, tan simple como abrir y cerrar una nevera. Pero las cajas de los cojones no se recuperan solas, para ello necesitamos un malvado antagonista que vaya sembrando el mal y robando a las amazonas y a los pringados de los atlantes y a los humanos subnormales que pagamos una entrada en el cine. Un villano a la altura de tanto héroe y heroína, un enemigo temido que haga al espectador dudar o temer por sus protagonistas, un contrincante digno como… ¿Steppenwolf? ¿De verdad? ¿No había otro? ¿Un cruce entre una cabra y un fauno? No, shit. Entonces, ¿reunimos a toda esta superpeñita y (ALERTA SPOILER) resucitamos al puto Superman (FIN SPOILER) para enfrentarse a un carnero? Que vale, el tío es un guerrero inmortal muy fuerte y tiene una electro-hacha que da unas buenas electro-hostias, pero ya está. Sin mas. Carece de inteligencia criminal. Solo tiene su ejército de ParaDemons, que lamentablemente también se ven afectados como el resto del metraje por la mediocridad del CGI.

Es decir, que la historia es floja desde el punto de vista mínimo artístico que se le exige a un blockbuster de estas dimensiones, y yo tampoco pido que la historia tenga la profundidad que los films del sueco Ingmar Bergman, aunque en momentos del film parezca que lo intentan de manera tonta y aburrida (revisar la secuencia en la que Batman y Wonder Woman se toman un Whisky “On the Rocks” y charlan de sus cosas). Pero lo que si que pido es un mínimo de aventura inteligente en la que te apetezca participar. Los superDCheroes de la Liga son tan chungos que se pasan toda la peli haciendo las movidas como muy serios y enfadados, no te entra ninguna gana de irte con ellos a salvar el puto mundo por muy protegido que te sientas (salvo con Gal Gadott) y tampoco les invitaría a ver una peli ni a compartir un bong en el salón de mi casa (salvo a Gal Gadott). Están todos como muy patrás, luchando calladamente contra sus demonios internos, que deben ser como millones de billones de demonios a juzgar por sus caras de continua mala hostia (salvo Gal Gadott).

También se salva un poco de la siniestra intensidad el bueno de Ezra Miller como Flash o como Flash “el graciosete”, en el que recae plenamente la parte cómica y amable, aunque acabe resultando pesadito en ocasiones. Todo para compensar el mal rollo de Ray Fisher como Cyborg, atormentado en el cuarto con su nuevo look, y no le culpo, despertarse y descubrir que has pasado de ser humano a ser mitad humano y mitad máquina no debe ser fácil de asimilar, sino que se lo digan a Robocop. Tampoco es fácil compensar la mala onda del rebelde antisocial marítimo Aquaman, interpretado por Jason “me follé a Khaleesi y tu no” Momoa, el cual presentará cinta en solitario el año que viene con sus mechitas californianas surferas y estreno fechado para octubre. No hablaremos de BenBatAffleckMan, ya se encarga él de hablar por y con todos uno a uno en la peli a modo de reality de TV titulado: “Ven a charlar con Batman”. Lo único que salvamos de todo esto es a Wonder Woman, nos declaramos fans de Gal Gadott -¿lo habíamos comentado?- y su forma encantadora de interpretar el personaje, con mas presencia y naturalidad que Bruce “mofletes de porcelana” Wayne. Incluso se ve desaprovechada dentro de un guión frustante.

Un guión que, en definitiva, parece mas una excusa para mostrar un catálogo de superhéroes con vistas a futuras cintas en solitario, que una sólida estructura argumental con magia en su desarrollo, la historia es una excusa rápida y vacía. Como datos extra decir que hay un par de escenas post-créditos, si es que aún tienes ganas de quedarte hasta el final del final de los créditos y todo regado bajo la soundtrack de Danny Elfman que tampoco destaca en especial. Vamos, que otro año mas DC dormirá a la sombra de Marvel, y no lo digo yo, lo dicen las películas. Aún así desde Fleek, os recomendamos ir a verla y valorar todo por vosotros mismos. Y para los que os guste mucho mucho que sepáis que ya hay preparada una segunda parte para 2019 y adivinad, ¿quién será el director? ¡Exacto! habéis acertado. Venga, hasta luego.