«Take my sadness downtown, honey”

Con rumores desde hacía bastantes meses, no es hasta poco antes del verano cuando se confirmaba que Cheb Rubën trabajaba en un proyecto con forma de LP y se establecía una fecha bastante amplia de posible lanzamiento. A finales de Septiembre, Entik Records, a través de redes sociales, publicaba la noticia: el 7 de Octubre estaría disponible ‘Kinda Sadness’ en escucha en su canal de Youtube y días después en plataformas como Spotify e Itunes para la compra digital. Además, para todo aquel que quisiera, se brindó la posibilidad de realizar el pre-order del disco en formato físico. ‘Kinda Sadness’ es de esos discos que tienes ganas de que salgan. De los que, de vez en cuando, te acuerdas de la fecha de lanzamiento y haces las cuentas para ver el día de la semana en el que cae y el momento en el que vas a tener tiempo para escucharlo.

Antes de entrar de lleno y analizar algunos aspectos llamativos del disco, encuentro necesario mencionar el cambio total de actitud que ha demostrado Cheb Rubën en este LP. Lo que no había dejado de ser un hobby, ha ido un paso más allá y se ha convertido en algo serio. Escuchando y comparando trabajos, podemos apreciarlo incluso en la forma de vocalizar. En ‘Reproches’ sentimos a un Cheb despreocupado por la estética del trabajo, con un tono algo pasota, donde transmite la sensación de no tener como objetivo crear algo en lo que tenga fe verdadera. Era una actitud centrada simplemente en el momento de la grabación sin ninguna visión de futuro. Por el contrario, este último trabajo es reposado y meditado, con un tono sereno que, por lo menos en mi caso, hace que entre de un modo más completo en los temas. Desprende implicación en el proyecto, de todo lo anterior se deduce que los acontecimientos no se han desarrollado al libre albedrío, sino todo lo contrario, estoy seguro de que se ha calculado y revisado todo hasta el más mínimo detalle. Y ya no solo hablo de la escritura por parte de Cheb, hablo también del proceso de selección de los beats y producciones, del plan de marketing y distribución del disco y del apartado visual, ya que, a excepción de contadas entrevistas y de la a capella que lanzamos en Marzo del año pasado, no habíamos tenido aún la oportunidad de presenciar un videoclip de Cheb Rubën, como ocurre con este trabajo y el tema «Se joda la simbiosis».
Incluso en este mismo precisamente se atreve a introducir un poco de chulería autoproclamándose “rapero del año”. La intro es toda una declaración de intenciones, como suele ocurrir con los primeros temas de los discos, y ésta no se desvía ni un milímetro del mensaje que encontramos a lo largo de «Kinda Sadness».
Cheb está más que preparado para todo lo que viene tras finalizar los primeros dos minutos y trece segundos del disco.

Hoy estoy ready, te digo amigo que ando ready, haciendo mi peli vosotros sonando a plástico.

La actitud de Cheb cambia respecto a su música pero no cambia su visión de la vida, y aquellos que valoramos lo que hace y, sobre todo, la forma que tiene de hacerlo, lo agradecemos profundamente. La continuación de las temáticas habituales en las que despliega todo su potencial es algo que debemos valorar como se merece, ya que la opción fácil hubiera sido ofrecer contenidos para un público más amplio. Como punto final, y para los que no vean claro aún este cambio, decidles que tan solo hace falta darle al play y escuchar frases como:

Págame mis honorarios. ¿Abridme en canal gratis? Ni pensarlo.

Cheb nunca ha escondido o evitado hablar de temas como la droga. Algunas frases del disco y de anteriores trabajo o inéditos caen como losas sobre el que las escucha por el poco artificio y la dureza que las cubren: “Drogadicción, ludopatía y esas mierdas, parece que toco fondo pero otra vuelta de tuerca”. “Si a al segunda birra enrollo el billete, si a la tercera raya me he comido el medio…”. Estas son solo una pequeña muestra de todo el conjunto, y, curiosamente, ambas han sido extraídas de “Consejos que no cojo”, tema que carece de hook y en el que Cheb opta por realizar, entre primer y segundo verso, un acto de rendición y disculpa por todas las cosas que ha narrado, y por todas las que narrará:

I´m so fucking sorry. I´m so so sorry.

El otro tema que tiene un protagonismo destacado es el amor, o más bien, el desamor y todos los sentimientos asociados a este, como el rencor, la depresión y el odio. En “Love Skit” está presente en todo momento “Y si nos vemos cualquier finde, recuérdame que algún día fuimos felices”. Pero también podemos ver y sentir pinceladas en la mayoría de los temas, como en “Pena (No tengas)”: “Espero que me odies como yo te quiero”, la frase que abre “Reina de Saba”: “Lo he adoptado como lema: por una puta ya no pierdo el tiempo”, en «¿Por qué será?»: “Está jurando que me quiere con las manos atrás, intuyo sus dedos cruzados” o en “Sexto Sentido”, que abre con una de las mejores frases del disco sin lugar a dudas: “Se lo he vuelto a recordar, si no sueña conmigo que se olvide de soñar”. Personalmente, “Sexto sentido” es el tema que más me transmite. Cheb Rubën consigue transmitir algo más que palabras, le aporta la entonación y aplica a cada frase un sentimiento que, junto con la letra, consigue un cóctel del que dudamos entre si seguir bebiendo, aunque nos duela cada sorbo, o dejar para siempre de hacerlo, aunque siempre queramos volver para recordar su sabor. He de decir que “Sexto sentido” en directo es elevar a la décima potencia todo lo que experimentamos, más aún cuando Cheb, para finalizar la canción, deja de andar de un lado para otro del escenario, se planta en el centro, cierra los ojos, mira para arriba y, cambiando de persona la última frase, dice:

Qué puedo hacer si no aparecer entre los vivos, ojalá tengáis el sexto sentido.

De algún modo, pienso que Cheb Rubën no es el que escribe todo lo que escuchamos, él tan solo es el instrumento a través del cual sus miedos, inseguridades, problemas, vicios, ansiedades, en definitiva, todas las ‘mierdas’, como las llama en más de una ocasión, se expresan. Es por ello que todo aquello que nos llega lo tomamos como veraz, no dudamos en la legitimidad de sus palabras. Aquello que expresa es demasiado directo, frío y audaz como para no otorgarle esta cualidad.

En cuanto a colaboraciones, encontramos la de SH Música, titulada “Siente mi piel”, y que cuenta con el mejor estribillo del trabajo, además de tener el poder de trasladarnos a ‘Entelequia’ y a todo lo que sentimos con su escucha. La segunda corre a cargo de Suite Soprano, en la que se junta “el tenor con los Soprano”, como lo describe Cheb en su verso. Ya en ‘Domenica’ pudimos oírle y en el análisis del disco que realizamos dimos buena cuenta de ello, situándolo como uno de los mejores temas del mismo. “Triclinio” es difícilmente superable, y es por eso que, al contar con los mismos tres protagonistas, sitúo “Oportunidades” en un nivel inferior. A pesar de esto, podemos extraer fácilmente, dado que tanto Cheb, como Juancho y Sule, están entre los mejores letristas españoles, espléndidas rimas como: “Se te debería caer la cara de vergüenza, y así ponerla a la altura de la mía” o “A veces las desgracias vienen solas, pero tienen tal tamaño que no puedes soportarlas”.

La música de Cheb no entiende de modas. En su día ya tuve la oportunidad de analizar “Entelequia”, el trabajo conjunto con SH Música, y hoy por hoy, tengo que decir que me sigue trasmitiendo todo aquello que hacía en su día, sin perder ni un ápice en la intensidad del contenido y mensaje. Lo mismo ocurre con la totalidad de los temas del artista ahora afincado en la capital, lo que, en primer lugar, plasma sobre el papel y posteriormente sobre el beat, es eterno. Algunos artistas tratan temas banales y superficiales que hoy escuchamos y mañana se nos olvidan, aunque también sucede con el tratamiento de otros temas, así que lo que verdaderamente importa estos casos es la capacidad del artista de empatizar con el público. En esto último, nadie duda ni un segundo en que Cheb tiene el don de conseguir llegar al público y penetrar en ellos de forma descarnada.

Las tragedias griegas continúan vigentes y su significado se mantiene íntegro. En la actualidad podemos experimentar el amor entre Hipólito y Fedra o la desesperación de Edipo al enfrentarse a su destino de un modo increíble e involucrarnos en la historia con una empatía asombrosa si tenemos en cuenta que fueron escritas en torno al 430 a.C. Estoy seguro de que dentro de, por ejemplo cinco años, comprendemos y sentimos como nuestras frases como: “quise llorar, pero no quedaban lágrimas”.

Los sentimientos son eternos. Cheb Rubën es eterno.