La primera cosa que brota a la vista cuando uno se encuentra directamente con el primer disco en forma de la Pxxr Gvng es el cambio en el sentido de su inigualable logotipo. No hace falta verlo con mucha atención para darse cuenta, las manos que antes se encontraban en hacia abajo como pidiendo algo ahora lo están hacia arriba como haciendo completamente lo contrario. Después de tanto tiempo de haberlo mantenido real, la pandilla de pobres ahora puede darse el lujo de representar el ‘make it rain’ con un símbolo que parece haber sido hecho siempre para ellos. Como si toda la vida hubieran estado destinados a él. Lo que viene dentro del disco es una demostración clara de todo eso y de otras tantas cosas más.

La trayectoria de los pobres no es precoz como pudiera parecer. Se trata del primer disco en su historia, pero está sostenido con un sinfín de sencillos, mixtapes, colaboraciones y experimentos más que el internet nunca olvidará y de los que todo mundo puede ser testigo a base de unos cuantos clicks. No es sorpresa entonces que ‘Los Pobres’ se escuche como una celebración perfectamente diseñada para sentirse tan arrogante como lo hace y meticulosamente hecha, también, para brindarle una bofetada con guante blanco a la industria de nuestros días. Es un gran paso para el grupo y una broma de buen gusto para la disquera que decidió acogerlos por primera vez.

Y es que ‘Los Pobres’ parece por momentos una recopilación de aquellos momentos más poderosos de sus creadores pero mejorados con el poder que les brinda un contrato que luce cada vez más apócrifo. Canciones como la titular, ‘ExDrugdealer’, ‘I Love Pussy’ o ‘Pxxrin’ son himnos que aquellos que siguen su camino desde el inicio reconocen de inmediato y al mismo tiempo un complemento perfecto para aquellas hechas específicamente para este momento. El grupo no luce particularmente entusiasmado por formar parte de la industria, sino que el negocio está ansioso de hacerlos formar parte de él. Una lección sobre verdadera independencia en el sentido contrario de ‘In Rainbows’ de hace algunos años y, tal vez, más efectiva e ilustrativa.

La independencia no se trata de negar el mainstream, sino de hacerlo implotar desde dentro y los pobres parecen haberlo logrado con el disco. No sólo por la recopilación de sus clásicos, sino también por el cinismo en su comportamiento. Por cada sencillo oficial que la empresa hacía público el grupo entregaba un par más de manera gratuita que parecían abofetearla con fuerza. Escuchar el golpe completo es un verdadero placer y su triunfo un hecho del que cualquier adorador del internet debería sentirse orgulloso.

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Fotografía: Raúl Ruiz

Por supuesto, el contexto dentro del disco tampoco se olvida. ‘Los Pobres’ es una demostración del empoderamiento que un género como en el que se desenvuelve aporta con constancia, sin embargo, no se trata de una arrogancia como la de ‘Watch The Throne’, sino más bien como una auténtica celebración de triunfo ante la adversidad de la vida misma. Su lírica lo ha dicho toda la vida y en muchas de las líneas del disco lo resumen: son hijos de la calle y clara representación de la urbanidad contemporánea. Los pobres no rapean, sino que recitan con maestría una historia dolorosa. No riman con poesía, sino que relatan historias de “puta cocaína y drogas”. Es un manifiesto claro – que puede escucharse en canciones como ‘Pxxr Brother’, ‘Cambios’ o ‘Cantando Dinero’-, forjado con años que lo respaldan y tremendamente efectivo en su primera demostración al público global.

Escuchar de principio a fin el disco es clara muestra de lo que el tiempo puede provocar. Conforme el disco avanza se vuelve más palpable cómo es que cada una de las cosas alrededor del grupo no han sido un escalón para llegar hasta aquí, sino más bien golpes que los han abastecido de astucia y de una fuerza particular. No vienen solos, sino con aquellos Corredores del Bloque y esos Kefta Boyz que alguna vez los vieron nacer. No llegan vacíos, sino con la misma tradición que Camarón De La Isla (‘Como El Agua’) y Diego Jiménez (‘Cigala’). La gvng de la que se habla parece, luego de escuchar el disco, no estar conformada por cuatro, sino por un montón de gente que los rodea, incluyendo aquellos que los escuchamos y los abrazamos sin reniego. ‘Los Pobres’ es, también, un experimento efectivo de unificación con el que escucha. El fenómeno es real, merecedor de credibilidad y digno de todo aquello que se dice de él.

La independencia, al final de cuentas, no se trata sobre darle la espalda a la industria y mostrar un rostro lleno de dificultades que enorgullecen. Se trata de sostenerla con un poder particular que permite destruir a la industria desde su parte más esencial. La Pxxr Gvng es la representación más clara de esa definición y Los Pobres su pilar más ambicioso para demostrarlo al mundo entero. Un disco que no sólo se escucha tan bien que es imposible soltar, sino que al mismo tiempo brinda algunas lecciones que nunca se vieron venir y que no habrá que olvidar. “En la universidad de la calle, el dinero es el título de graduado”, dicen por ahí y no hay mejor fiesta de graduación que escuchar este disco de principio a fin.