Días atrás se me ocurrió pensar en cuál es la mejor serie que sigo en la actualidad y me costó encontrar una respuesta satisfactoria porque es difícil comparar entre diferentes propuestas y géneros. Sin embargo, sí puedo decir sin temor que lo que me genera Louie no lo consigue ninguna otra hoy en día. Ya se han emitido en la cadena de cable FX las tres primeras entregas de esta quinta temporada, y ahí estoy yo cada viernes con ganas locas de ver qué nos tiene preparado el señor C.K. esa semana. Y es curioso porque la serie no tiene una trama magnética que te deje con ganas de saber qué ocurrirá a continuación, sino que la atracción viene porque sabes que en cada episodio o grupo de episodios te va a contar algo, a transmitir algo. Y eso es lo maravilloso. Louie es vida.

Hace ya un tiempo que la serie dejó al margen esa estructura relativamente estable que mantenía al principio, donde se entremezclaban minutos de Louie en el escenario con sus historias fuera de él. Ahora también tenemos algo de stand-up en el local de siempre, pero hay capítulos en los que no aparece y no pasa nada. Lo que se quiere contar cobra importancia por encima de cualquier tipo de estructura. Se narran historias y se plantean escenarios sugerentes, sin miedo. El autor está a los mandos de su obra y hace lo que le apetece como le apetece, y eso se nota… para bien en este caso. Más lejos aún queda ya Lucky Louie y su restrictivo formato tradicional.

De los tres nuevos capítulos que hemos podido disfrutar hasta ahora, me quedo especialmente con el segundo, titulado ‘A la Carte’. Además de incluir varias escenas divertidas, como la inicial con sus hijas —«You little white bitch»— o la del cine con su querida Pam —la química de estos dos me sigue pareciendo increíble—, rescato la conversación que mantiene Louie con esta última en el restaurante. Hablan de una forma muy natural, sin dejar de lado tampoco el humor, sobre las relaciones en base a sus experiencias y las formas que tienen de llevar lo que hay entre ellos, mostrando la seguridad uno, la duda otro, la incertidumbre que se genera… Y me llegó, seguramente por cuestiones personales que no tienen por qué ser compartidas por todos los espectadores, pero eso en lugar de restarle valor me lleva a admirar más la obra. Conectar el arte con tu vida es mágico. El propio Louis C.K. ya advirtió que esta temporada iba a ser más divertida que la anterior, pero yo sigo apreciando mucho esos toques «dramáticos» del día a día que siempre nos ofrece.

Lo mejor de todo es que la temporada constará de 8 episodios, por lo que aún nos quedan otros cinco para disfrutar. Tal vez puedan parecer pocos, pero si algo sabemos de Louie es que lo que hace lo hace porque lo siente y porque está convencido de que es lo mejor que puede hacer. Y desde aquí confiamos en él.