«Esta no es nuestra lucha. No es sobre EA Sports o los videojuegos, jugadores o fans. Es una batalla entre los agentes de futbolistas y FIFpro». Estas eran las declaraciones de EA Sports, concedidas en exclusiva a Forbes, sobre las quejas de varios jugadores de fútbol profesional derivadas de la falta de permisos para hacer uso de su nombre en los videojuegos futbolísticos de la empresa.

Zlatan Ibrahimovic fue el jugador que comenzó esta guerra, haciendo público su enfado por la utilización de forma reiterada de su imagen sin haber firmado nada que lo autorizara. Gareth Bale y, según Telegraph, una lista de hasta 300 jugadores, se unieron a esta lucha, apoyando al sueco y no dejando otra opción a EA Sports que salir a pronunciarse al respecto. «Tenemos los derechos por contrato para incluir el aspecto de todos los jugadores actualmente incluidos en el videojuego», aclararon.

Mino Raiola, uno de los representantes de futbolistas más mediáticos y actual representante de Ibra, aseguró que esto era tan solo el principio de una revolución que reescribirá el sistema. «Los jugadores van a ir hasta el final contra FIFA, FIFPro y todos los que vendan derechos que no tienen», sentenció. El problema central reside en los derechos individuales de los jugadoras, ya que según Raiola, estos no pertenecen a nadie más que a los propios jugadores. Si esto se lleva a los tribunales, se tendrá que probar que, aunque FIFA y FIFPro se están beneficiando de unos derechos que EA Sports, están haciendo uso de otros que no tienen.

Esta revuelta comenzó cuando se extendió el rumor de que David Beckham había cobrado más de 40 millones de dólares por ser la portada de FIFA. Si bien desde la empresa norteamericana lo han desmentido, todavía hay quien se muestra reticentes a creerlo.