En el mundo del rap y del hip hop siempre hay una estética que parece estar impregnada en cada uno de sus representantes. Pareciera que se trata de una vista obligatoria que comparten muchos de los que se dedican a componerlo e interpretarlo. Cuando uno lo piensa llegan a la cabeza imágenes de cadenas largas, pantalones caídos, gorras, mujeres, vicios y mucha producción personal. Y no es que eso esté mal de alguna forma ni mucho menos, sino que es una refrescante sorpresa cuando se encuentran personajes que lo practican con una alta calidad y que se deslindan de toda imagen previamente estipulada. Como una bocanada de aire fresco.

Eso bien podría aplicar para Jazz Bandana, uno de esos genios que están esperando a ser descubiertos para poder alcanzar la gloria social. Siendo originario de Puerto Rico y teniendo a su lado a otros duros como Fuete Billete y los Chinese Finger Traps, por mencionar algunos nada más, lo de Bandana sobresale por tratarse de una extrañeza entre todo. Y eso no es un despectivo, sino todo lo contrario: un auténtico halago que hace que su obra se disfrute mejor.

Bandana es un claro ejemplo de la filosofía DIY de la que tanto se ha hablado desde siempre, pero con un entusiasmo que pocas veces se percibe. Él mismo compone cada uno de los versos que se escuchan, pero también maquilla cada uno de los beats que los enmarcan y es la mente creativa detrás de todos los videos que le dan vida a las canciones. Como una especie de Louis C.K. del rap en español. Eso y muchas cosas más es lo que trabaja desde Marte, lugar oficial de residencia cuando Jazz se dedica a hacer música, una zona que se presta perfecto para reunir experiencias de la Tierra y plasmarlas en una obra valiosa que hay que escuchar.

Su catálogo se ha venido forjando desde hace años y es una larga lista de canciones, mixtapes y discos que se encargan de sostener una carrera que pide a gritos ser aplaudida y de la que Mulder y Scully estarían orgullosos. Entre todos esos experimentos se encuentran el siempre efectivo ‘Rollerman’ que lo encuentra vagando por el planeta, el adictivo ‘SKBLDR’ que lo tiene experimentando el ser vándalo en un planeta como el nuestro, la sensibilización alienígena de ‘Jazz Bandana & The Martians’, el sofocantemente acertado ‘Casa Del Calor’ y el amoroso ‘Dios Marciano’. Todos ellos –y los demás- distintos unos de los otros y con un valor particular. Siempre impecable, siempre curiosamente distinto a todo lo demás.

Y es que basta con ver los videos que ha manufacturado hasta el momento o las imágenes de él que circulan en internet para darse cuenta. Bandana es un rapero que no se parece a ningún otro porque tampoco ningún otro es capaz de llevar un concepto y filosofía hasta niveles insospechados como lo hace él en cada verso, en cada video y en cada producción. Son rimas que lo mismo hacen pensar en la ‘observational comedy’ de Jerry Seinfeld que en la crudeza de Octavio Paz. Lo mismo habla sobre la lucha libre de la WWE que de problemas existenciales que agobian a los terrícolas. Un alien siendo humano y redactando la experiencia.

Este año anunció que estaría lanzando un nuevo disco llamado ‘Tokyo’ y de ahí ya hemos podido escuchar un par de canciones: la poderosa ‘Personal’ y la tremendamente adictiva ‘Delete’, prueba de que Bandana está más fino que nunca y listo para que el mundo entero conozca su obra y comulgue con ella al unísono. Si eso no pasa es porque todavía no estamos listos para un verdadero contacto extraterrestre. Prepárense para el día, exploren una de las obras más ricas del rap latinoamericano y vayan ahorrando para hacer una residencia en Marte también. Porque seguro la vida es mucho mejor allá.