‘‘The sky is falling, the wind is calling.

Stand for something or die in the morning.

Section 80. HiiiPower’’.

Si nos detenemos a leer la historia de Kendrick Lamar hasta hoy, podemos comprender que ‘‘To Pimp a Butterfly’’ es tan solo la consecuencia directa de un viaje que un joven K.dot emprendería hace mucho y que le pondría en el punto de mira de miles, millones de personas. Pero empecemos por el principio.

Kendrick Lamar Duckworth nació el 17 de junio de 1987 en Compton, California. Tras sacar a la luz algunas maquetas que le proporcionaron un reconocimiento local, Kendrick ficharía por Top Dawg Entertainment, pequeño sello independiente a través del cual lanzaría su primer álbum de estudio, ‘‘Section.80’’.

‘‘Section.80’’ debe su nombre al proyecto de creación de viviendas de protección oficial de los Estados Unidos, conocido como Section 8, el cual derivó en lo que conocemos simplemente como ghettos. A principios de los ochenta, Ronald Reagan llegaría al gobierno de los Estados Unidos con la principal premisa de reducir el gasto federal. Sin embargo, su legado reconocido es el aumento a niveles radicales de los niveles de pobreza y desigualdad en Norteamérica. Por lo tanto Kendrick añade el cero al nombre de este proyecto, estableciendo el juego: ‘‘Section.80’’, la generación que nació en el peor lugar posible durante el peor momento posible, la generación nacida durante la oleada de crack que azotó los barrios por aquellos tiempos y de la que aún se responsabiliza al gobierno y las autoridades estadounidenses, así como de la multiplicación de las armas en los mismos. Durante aquellos años fue famosa una frase de Reagan que aún repiten convencidos algunos de los más célebres republicanos, como Donald Trump: ‘‘El mejor proyecto de inserción social es un trabajo’’. God bless America.

A lo largo de ‘‘Section.80’’, Kendrick Lamar denunciaría la dura realidad de su generación a través de dos personajes, Tammy y Keisha, centrándose en las vivencias de los que, como él, nacieron durante los ochenta en el seno de una de tantas familias socialmente marginadas. El single elegido como adelanto del álbum fue ‘‘HiiiPower’’, precisamente uno de los más diferentes a la dinámica general de ‘‘Section.80’’ pero quizá uno de los más significativos de su carrera. Su título presenta un doble significado: por un lado, las tres ‘‘Hiii’’ representan el poder derivado de heart, honor and respect, motivos por los que merece la pena luchar, según Kendrick, ya que aquel que no posee un motivo por el que morir no posee un motivo por el que vivir.

La segunda parte de la palabra, »Power», puede leerse también como ‘‘Poor We Are’’, sugiriendo así que los jóvenes de los que habla Kendrick son pobres precisamente en los valores que podrían ser su única esperanza para salir del círculo vicioso de necesidad y violencia en el que se encuentran, sin oportunidades para llevar una vida diferente. Hay implícita una reivindicación realmente fundamental en este mensaje: la de crear individuos ricos en mente y espíritu a través de la educación, puesto que es la única forma de crear individuos libres y capaces de acabar con la situación de creciente marginalidad que aqueja al colectivo afroamericano en numerosos lugares de Norteamérica, en los que la vida consiste puramente en sobrevivir. Él mismo se definiría como un niño buscando respuestas. Es por este motivo que, al final del tema y cerrando también el disco, podemos escuchar como Kendrick grita un lema por todos conocido: Thug Life (acrónimo de ‘‘The Hate Us Give Little Infants Fuck Everyone’’). Kendrick contaría cómo estando dormido recibió la visita de Leshane Parish Crooks (buscad ese nombre), quien le pidió que no dejara morir su legado. Y decidió tomar en serio su petición.

Sin embargo, ‘‘HiiiPower’’ es también diferente porque va más allá: con esta canción Kendrick Lamar comienza a profundizar en la historia del pueblo negro a través de sus raíces africanas y la opresión sufrida, tomando como referentes a personajes como Marcus Garvey, Malcom X, Martin Luther King o Nelson Mandela, cuya influencia tendrá una presencia fundamental en ‘‘To Pimp a Butterfly’’. Así llegamos a comprender el significado completo y universal de ‘‘HiiiPower’’ como lo que aspira a ser: una afirmación de la fuerza de los oprimidos, un himno revolucionario de dimensiones universales. ‘‘I’m falling victim to a revolutionary song…’’. La intención estaba declarada, aunque es posible que su ideal de revolución se materializara posteriormente de una forma muy diferente.

Tras ‘‘Section.80’’ vino el que sería el álbum de culto de sus seguidores, aquel que le catapultaría al éxito mundial: bajo el subtítulo de A short film by Kendrick Lamar, ‘‘Good Kid M.A.A.D City’’ nos pone en la óptica de un día en la vida de un joven K.dot en su evolución hacia la madurez. El detalle que parece marcar la evolución de Kendrick es el hecho de apreciar –a través, en gran medida, del asesinato de su amigo Dave durante un enfrentamiento del que Kendrick era responsable– hasta qué punto el encontrarse sumergido en la vida de Compton podía hacer de él una víctima más: el que era tan solo un buen chico en la ciudad equivocada tenía la posibilidad, eso sí, de entrar en una espiral de destrucción y violencia de la que podría no salir nunca como tantos otros. A su vez, ‘‘M.A.A.D’’ es el acrónimo de ‘‘My Angels on Angel’s Dust’’ (»mis ángeles en polvo de ángel»), o lo que es lo mismo, el relato de alguien que observa caer constantemente a sus seres queridos en la droga.

Si en »Section.80» Kendrick Lamar se definió como un niño buscando respuestas, a través de la historia de »Good Kid M.A.A.D City» comprenderemos que Compton no es el lugar adecuado para encontrarlas. Porque las únicas respuestas que Compton ofrece pueden acabar con su vida. Sea como fuere, su evolución sigue un camino marcado: desde el niño que denuncia la realidad en la que creció hasta el joven que advierte cómo su origen puede acabar con él y decide tomar distancia, siendo la música una oportunidad genial para hacerlo. Así es como nacerá la mariposa que no quiso ser »pimpeada». Y así es, quizás, como volvería a nacer Kendrick Lamar. Pero eso es otra historia.