El pasado martes se celebró en la sala Shoko de Madrid el Music Soul Festival. El evento estaba llamado a ser una de las fiestas del año, pero las limitaciones impuestas por la sala hicieron que el aforo fuera decepcionante. Fue la primera vez que asistíamos a un evento en el cual solo podían acceder menores y ya se sabe, si te cierras mercado, estás muerto. Entre que los mayores de edad se quedaron en casa y que algunos que salieron de ella se arrepintieron por el terrible calor que hacía, Shoko tenía las dimensiones de un recinto potente, pero el ambiente de una sala pequeña.

Nunca había experimentado estar en un concierto y poder “disfrutar” del silencio, incluso poder hablar con la gente sin tener problemas para escuchar. La música que ambientaba las esperas entre las actuaciones -no más de cuatro temas en bucle- se hacía repetitiva a la par que sorprendente, ya que pudimos escuchar en primicia el “Mátale” de Mala Rodríguez y D.Gómez durante bastantes ocasiones.

Para los artistas tengo una mención especial, ya que demostraron una profesionalidad envidiable. No debe ser fácil tener un concierto en Madrid, -una de las ciudades más potentes del país- prepararlo, ensayarlo y encontrarte con mucho menos público del esperado, pero el trabajo es así, supongo. Otro punto a tener en cuenta es que varios no estaban actuando ante su público, es decir, no creo que Foyone piense que su éxito radica en las escuchas de menores de edad. Eso se notó y mucho.

Las primeras actuaciones se encargaron de alentar al público. Eco, Diezas, Fab y Nova Mejías, entre otros acompañantes, tuvieron la complicada tarea de que la gente que iba entrando a cuenta gotas a la sala estuviese más pendiente de ellos que de hacerse una foto con el resto de artistas que iban llegando. Son situaciones que te hacen reflexionar sobre hacia dónde está yendo este pequeño submundo dentro de la música, donde el público tiene más ganas de hacerse una foto que de escuchar la última canción de su artista favorito. Ese súper fan que no hace caso a la música, le está haciendo un flaco favor al panorama. Si seguimos así, habrá que poner un photocall en cada concierto.

Profesionalidad no faltó

Las horas iban pasando y las actuaciones más esperadas se sucedían. Ébano, acompañado de Zevex, presentó su “Organic name” y recordaron algunos de sus tracks más conocidos. Le Fay, con Sceno en los platos y acompañada en una colaboración por Morf, regaló uno de los mejores directos de la tarde. Sobrio, dulce y a la altura. Pero la esperanza de que la sala se fuese llenando con el paso de las actuaciones se fue desvaneciendo, el aforo seguía siendo el mismo y poco aumentó respecto a los primeros shows.

Turno para Chase, que demostró tener un potente directo consiguiendo que el público se animase. Para no hacerlo, los ritmos de BWalls, de los mejores productores del país, conseguirían que el ambiente de sala pequeña desapareciese por instantes. El vallecano contó con Saik cubriéndole las espaldas, LDK y una de las colaboraciones más esperadas de la noche: Arce, muy aclamado cuando regaló un inédito junto a Chase. 

Pero, sin lugar a dudas, la actuación que más animó el evento fue la de H Roto aka Golden Boy, quizá fue porque no me lo esperaba o porque veía complicado que con tan poca gente saliese un directo tan llamativo. DJ Cot a los platos y Adrián Groves a su lado e incluso haciendo algún que otro coro, fueron la única compañía de H Roto sobre el escenario. Lució su mejor repertorio mientras recordaba a las chicas que podían agregarle a Snapchat. Actuación a la altura y un mensaje final que decía que había que disfrutar. Acto seguido, Plan B y su “Fanática sensual” sonaron y sirvieron de excusa para que Golden Boy se pegase unos bailoteos entre el público.

El evento iba llegando a su fin, pero todavía había tiempo para que Hard demostrase que muchos de los asistentes estaban allí por él. Acompañado por Danman y Fabi, también contó con la colaboración de lujo de Arce en “Galiza Underground”. Tras su actuación, turno para Foyone, que salió acompañado por Sceno y Gharuda al escenario. Como ya comenté con anterioridad, no era el público idóneo para él y se notó, ya que incluso hubo menos público. Repasó alguno de sus “Rap Sin Corte”, también “El patio”, “El mesías” y algún adelanto de su próximo disco.

Probablemente, con el buen cartel que tenía el Music Soul Festival y pudiéndolo disfrutar tanto menores como mayores, el aforo hubiese sido mucho más alto. Tras ver la profesionalidad de los artistas, haciendo buenas actuaciones a pesar de las circunstancias, te quedas con la sensación de que con un buen ambiente, el evento habría sido uno de los mejores del año. De los errores se aprende o eso dicen.