Cuando se tiene una conversación sincera y cercana con una persona, los prejuicios quedan atrás y la armonía se abre paso. Cuando nos olvidamos de quiénes somos y de que todos somos iguales, no nos queda nada, nos hacemos fríos y perdemos cualquier contacto con la realidad.

A la hora de currar en un equipo, es importante el entendimiento real y sincero. Si dos personas conectan, se consiguen entender y unen sus ideas, no hay nadie que las supere. Dos cabezas piensan más que una, y la combinación de sinceridad y humildad resulta imparable.

Una persona que sabe de esto es nuestra siguiente invitada a la sección ‘¿Quién viste a tus artistas favoritos?’, Ana Murillas, alguien que gracias a su trabajo honesto y natural ha llegado a ser quién es.

Original de Logroño, con la carrera de Derecho, se fue para Madrid buscando dedicarse a la moda. Lo primero que consiguió fue un trabajo en una productora, iniciando así su carrera como estilista. ¿Que quién es Ana Murillas? Pues te diría que los extremos unidos. Una incongruencia heavy: 0 o 100, blanco o negro, sí o no. Definición que, a través de un audio de Whatsapp, ella misma concluía con un «me gusta hacer lo que me da la gana».

 

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Una persona que no se anda con rodeos. Apuestas por ir a por todo o no ir y, teniendo una de las carreras como estilista más largas y exitosas que conozco, tendrás una muy buena respuesta para mi primera pregunta. ¿Qué es para ti ser estilista?

Alguien capaz de crear personajes a través de la ropa. Parece una tontería, pero no lo es. De entender un brief, de adaptarse en cada caso a un estilo o a un moodboard, y crear en una dirección concreta algo que no es, que no existe muchas veces, pura fantasía, y que el espectador se lo crea y conecte con ello. Muchas veces sacrificar el gusto personal por algo que igual no te mola tanto, pero que va a quedar mucho mejor si piensas en el resultado final.

¡Ah! Y una cosa es tener piquete y otra muy diferente hacerlos para otros. Hay que tener una visión estética, ser un poco fisonomista y entender lo que le va a quedar mejor a alguien, lo que va a resaltar en un determinado set, saber elegir bien los colores, tener en cuenta la luz, el entorno… Para mí es como pintar un cuadro, la ropa son manchas dentro de una composición. Por eso hay mucha peña que igual mola como viste y tal y se ponen a hacer stylings y qué va, es una full.

 

Por un lado has publicado en revistas como Vogue, L ‘Uomo Vogue, Harpers Bazaar, Glamour, y por otro has currado para marcas como Nike, Adidas, Levi’s, Lacoste y Bershka, pero sin lugar a dudas uno de tus trabajos hasta la fecha más completos puede ser el que has realizado para la cantante Bad Gyal. ¿Cómo fue tu primer contacto con Bad Gyal y cómo llegasteis a ese punto en común?

El primero fue para una editorial que hicimos para la revista Vein, que iba con un reportaje sobre el boom de la música urbana femenina en España, creo que en 2017. Entrevistaban a La Zowi, a Miss Nina y a Bad Gyal. Esa fue la primera vez que curramos juntas. Ya en 2019 me contactó Alba Blasi, de Doble Cuerpo, que es la PR manager de Bad Gyal, porque necesitaban alguien que se encargara de ayudar a Alba con su imagen. Ahí estaba empezando a currar mucho, ya estaba con Interscope y la apuesta por Bad Gyal era fuerte y necesitaban un push con la imagen. Y allí estaba yo.

Empezamos con la gira de Latam en 2019, con pocos medios y ahí intentando mejorar todos en lo nuestro, y poco a poco lo hemos ido consiguiendo. Con esfuerzo y trabajo, pues cada vez tenemos más apoyo, más medios, y a medida que la carrera de Alba ha ido en ascenso pues todos hemos ido progresando de la mano. Es guay la verdad.

A día de hoy hago todos los videoclips, los eventos, la gira… Es una colaboración estable y sostenida ya de casi dos años, lo que hace que todo tenga una dirección, una imagen muy consistente sin saltos de estilo (aunque a veces hagamos cosas de fantasía, todo conserva su esencia).

 

Hablábamos antes de la necesidad de no disfrazar a nadie a la hora de hacer su imagen, ya que no a todo el mundo le queda bien el mismo tipo de ropa. Bad Gyal desde que sacó su primer tema ya tenía una personalidad propia, ¿qué quisiste dejar de su esencia y qué quisiste renovar de su imagen?

Todo tiene la esencia ‘Bad Gyal’ la verdad. O eso intento. No he querido renovar nada sino mejorar lo que ya había. Yo diría que soy una hustler del shopping, utilizo mis contactos y mi experiencia de muchos años en la moda para subir el listón de la ropa, de las marcas… Al final ese es mi curro. Nos entendemos a la perfección, yo sé su gusto al 100%, no sólo porque tenemos gustos parecidos, sino también por lo que te comentaba antes de lo que supone ser estilista. Un buen estilista comprende y entiende al personaje que tiene delante y no intenta cambiarlo sino aportarle un plus. Mejorarlo, no disfrazarlo.

 

¿Qué diseñadores son los primeros en la lista cuando hay que realizar un look para ella y cuáles no le pondrías nunca?

Yo diría que todas las grandes casas de moda míticas italianas: Versace, Cavalli, Moschino, Dolce&Gabbana…. Me encanta el exceso italiano, la opulencia… Marcas streetwear míticas de los 2000, rollo Fornarina, Miss Sixty, Juicy, Baby Phat, Ed Hardy, Von Dutch, etc. Marcas nuevas de ahora por decir unas cuantas serían MISBHV, Namilia, I.AM.GIA, Adriana Hot Couture…  Aunque hay muchas que me molan y no me apoyan de momento.

A Bad Gyal le puedes poner todo siempre, con un twist pero la verdad que aguanta todo. Siempre mami, nunca inmami.

Me gustaría hablar ahora de ‘F*cking Money Man’, un videoclip en el que el estilismo tiene una importancia vital. ¿Cómo se dió ese junte con Rosalía? Aunque la referencias son claras, ¿en qué te inspiraste para que la imagen nos transporte por completo a esa estética 2000?

Pues la producer de ese videoclip y Barbara Farre, la ‘dire’, me propusieron. Ya estaban tardando en llamarme la verdad (Risas). El brief era recrear el mítico programa cutre de la tele de los 2000, rollo ‘¿Qué apostamos?’. ¡Caspa total! Al principio el brief inicial era más ochentero, rollo el ‘1,2,3’, rollito más Raffaela Carrá, retro y tal. En el último momento dió este giro ‘dosmilero’ y fue bastante difícil, ¡imagínate hacer todo en 4 días! Vestir a todo el público, hacer el vestuario de las bailarinas, la orquesta, encontrar el look casposo perfecto de presentador, más los de Rosalía… Buah, ¡no sé ni cómo lo hice! Gracias a que tengo un equipo top, supongo.

Para el primer look obviamente me inspiré en el look raver mítico de los 2000, muy Bratz. El pantalón me lo hizo Victor Von Swartz con la ‘inspo’ de un pantalón de Chanel que llevaba Claudia Schiffer en una campaña de los 90. y el jersey nunca lo he dicho pero era un jersey del Primark de mi hija que lo hice crop (Risas) Es que me encantaba el color. Luego lo sacó GCDS y lo llevaba Dualipa, pero te juro que yo lo hice antes. El problema era la segunda parte, ‘Dios nos libre del dinero’, mucho más serio el concepto y el tema.

 

En ‘Dios nos libre del dinero’ podemos ver a Rosalía con un traje de Moschino negro y dorado, pero no es la única vez que has recurrido a la firma en estos último tiempos. ¿Qué relación guardas con Moschino y el mundo creativo de Jeremy Scott?

Soy fan del humor de Moschino de los 90 y fan de Jeremy scott desde que empezó. No pueden haber hecho mejor junte. Pero lo del video de Rosalía… ¡La historia es muy heavy!

Te cuento el gossip: estaba en nueva York y me invitó un amigo, Félix Carrizo, a la fiesta post desfile en Fashion Week de Moschino, en el club Playboy. Él había currado años con Jeremy y eran súper colegas. Y así de forma casual y con todo el ‘pedo’ me dijo: «Tía si necesitas alguna vez un look de Moschino, rollo q lo necesitas de verdad, dímelo, y yo hablo directamente con ellos sin fallo». Y recuerdo estar fumando fuera de un sitio de alquiler súper agobiada porque era viernes por la tarde, el lunes era fiesta en Barcelona y tenía el martes la prueba de vestuario, y pensando el look perfecto, que tuviera sentido y no fuera random, ¿sabes?

Miraba LV, Gucci… no me cuadraba nada. Mi asistente me dijo: «Oye, ¿te has mirado Moschino?». Y nada, me meto en el Vogue.com y no me acordaba. ¡Era la colección de los dólares! Y fum, viene la conversación de mi colega a la mente, la diferencia horaria me salvó porque en NYC era por la mañana, y le digo: «¿te acuerdas lo q me dijiste en el club Playboy? Pues ahora es el momento. Dios, ¡fue perfecto! Así que me mandaron un par de lookazos perfectos. También hicimos la portada del single con el look de cuero con impresión de billetes de dólar.

 

De Rosalía, damos un salto a un clásico de Rels B, ‘Baladita 2000’, en el que Nathy Peluso hace un cameo de diez. ¿Qué marcas tenías claro que no podían faltar en un videoclip inspirado en los 90?

Tommy Hilfiger, Karl Kani, The North Face, Kangol, Timberland… Falta un poco de Polo, pero del de antes.

 

¿Qué se está haciendo bien en España y, por el contrario, qué consideras que se esté haciendo mal?

A nivel musical, España está viviendo un momento muy bueno. La calidad de las producciones y la proyección de los artistas. Todos están haciendo cosas muy pro. El que se le dé más importancia a la imagen en general, la calidad de los videoclips, etc.

 

¿Qué estilista de la escena española te gustaría ver pasar por esta sección?

Creo que Alex Turrión no puede faltar.

 

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Pocas personas tienen la suerte o el derecho de decir que han podido vestir a algunos de los artistas con más nombre en este país. Amante del momento Icon de los 2000 y de la cultura afrodescendiente propia de USA, a Bad Gyal de la imagen que ésta necesitaba para elevar el nivel de sus videoclips. La estilista consigue unir de la forma más adecuada la moda y la música para comunicar con más fuerza el mensaje que la cantante quiere transmitir.

Y es que, ¿a quién no le gusta un buen brillo? Ana Murillas especialista en hacer que los artistas con los que trabaja destaquen por encima de cualquier otro elemento de la producción. Looks full denim, tracksuits de terciopelo, la fuerte presencia de colores pastel y el bling bling exagerado son algunos de sus sellos. Una arquitectura de extremos opuestos hace que sus creaciones sean perfectos para quien las viste.