Dice Rapsus que el mundo es un hospicio en el que en ocasiones uno tiene que revivir de entre las llamas para seguir adelante. Y quizá sea ésa una de las razones por la que el común de los mortales necesitamos en ocasiones a poetas de servicio que nos narren la vida con sus alegrías y sus quebrantos, con sus dramas y sus sonrisas.

En momentos como los que corren hacerlo a ritmo de música puede avecinarse toda una locura destinada solo a aquellos que mantienen un poco insano su juicio. Y entre esos grandes ‘locos’ se encuentra el prolífico artista, que vuelve a abrir sus ’incautas’ alas para acercarnos un cachito de su mundo en ‘Insano Juicio’, un EP con pura esencia Rapsus en el que el artista abraza una vez más a la melancolía, donde la palabra tiene reservado un sitio privilegiado.

Que no tuviera temas suficientes para brindarnos un LP no ha sido impedimento para que disfrutemos de este nuevo trabajo, la necesidad intrínseca de sacar música ha sido siempre su modus operandi. Hemos hablado con Diego de este EP, de prejuicios, de géneros musicales, de cómo ve el panorama actual. Una charla que tuvo incluso su momento de réplica en forma de preguntas por parte de Rapsus, algunas de las cuales nos hemos apuntado para reflexionar.

Fotografía @jordi.koalitic

 

AMANTE DE LA PALABRA, ANTI PREJUICIOS

Rapsusklei viene de una escuela donde el qué se dice importa. Lo ha demostrado en cada uno de sus anteriores trabajos y queda patente en este ‘Insano Juicio’, donde vuelve a deleitarnos con versos escritos bajo mantos musicales que se conjugan al final de muchos temas con poesía a capella. Y es que a pesar de vivir en una época en la que la palabra ha quedado relegada en la música a un segundo plano, el artista cree que merece la pena seguir dejándose el alma en cada letra. “La palabra lo es todo. Vengo de la generación de la palabra, el respeto, el honor y la lealtad. Cuando llegó el rap a España la peculiaridad que teníamos los raperos aquí es que le dábamos algo a los versos, sobre todo en Zaragoza donde tenías que escribir bien o eras uno más. Vengo de esa escuela”.

Una filosofía que ha llevado siempre consigo y que, pese a ser consciente de lo poco que puede aportarle económicamente, personalmente le renta. “Lo que yo quiero es soltar lo que tengo y que, me escuchen dos o dos millones de personas, sientan lo que quiero expresar. Me merece la pena porque es lo que yo he querido toda la vida, escribir. Monetariamente no merece la pena ya que mi rap, este tipo de rap, cada vez se escucha menos. La gente busca cosas más banales. Si tuviera un interés material seguramente me sería más fácil hacer trap con autotune y decir ’nena mueve ese culo’, pero yo no voy a hacer eso”.

Uno de los lastres que ha tenido siempre el rap han sido los prejuicios hacia todo aquello que bordeaba al mundo del hip hop y que los más puristas consideraban como sacrilegio. Una visión bastante cerrada del movimiento que, con la madurez que otorga el paso del tiempo, Rapsus ha ido modificando hasta despojarse a día de hoy de todo prejuicio. “Yo ya me he quitado todos los prejuicios que tenía. En nuestras sesiones nosotros ponemos cosas muy bailables, de todo. Cuando todo el mundo estaba criticando el reggaeton yo estaba en Venezuela bailándolo y decía: ¡viva el reggaeton!. No me gusta líricamente pero el ritmo me gusta. Si quieres bailarlo para qué vas a decir ‘no, no bailo reggaeton que no es de reales‘. Prejuicios, este país tiene muchos prejuicios. En España somos de tener mucho miedo, venimos de una generación a la que le han metido el miedo a full. Este país está peor de lo que decimos”.

Fotografía @jordi.koalitic

No solo España, según el artista “el mundo, lo global, se ha hecho gilipollas. Han conseguido lo que querían, idiotizarnos con la televisión, las redes, las drogas… ¿Por qué hay droga en las cárceles? Porque así la gente no se amotina. Internet es increíble pero no deja de adoctrinarnos. Las redes sociales generan lo que generan las drogas. ¿Cuántas veces al día abres Instagram  aunque no quieras? Yo tengo todas las putas redes sociales del universo porque los niños quieren ver eso, y al final vives de eso, y porque supongo que te alimenta el ego y te hace sentir bien”.

 

LA MELANCOLIA, COMPAÑERA INSEPARABLE DE VIDA

Si hay una compañera inseparable en la vida de Rapsus es la melancolía, un estado de ánimo denominado por algunos como la enfermedad del saber. Un sentimiento que, si sabes como llevarlo, puede convertirse en un buen aliado de vida. “Si no arrastras a nadie contigo no tiene nada de malo. Con este disco todo el mundo me está preguntando si estoy muy triste. Yo soy una persona alegre, río por fuera y lloro por dentro. Soy un tío que me gusta hacer gracias, viajar, pero luego tengo un desamor y sufro como un condenado. Y escribo lo que vivo en la vida. Mi vida es triste, me ha dado bastantes putadas y amarguras. Yo soy de los de ‘la vida es una mierda’, pero ya que estamos aquí vamos a disfrutarla«.

En ese camino de la vida Rapsus ha visto pasar muchas oportunidades. La inexperiencia y los prejuicios le hicieron perder bastantes, algo que el artista ve desde la distancia como fruto de la rebeldía propia de la juventud. “He perdido muchos trenes en la vida. Literalmente muchos y emocionalmente también, porque era un niñato y tenía un poco de odio. Pensaba: “¿por qué hace esto la gente si no es por amor?“ Me ofrecían una oportunidad y me negaba. ‘Te queremos regalar ropa porque eres Rapsus‘. Y yo decía: “¿porque soy Rapsus me quieres regalar ropa? Que te den por culo”. Hasta que un día dije: ‘de puta madre, dame esa ropa‘, y vestí a medio barrio. Y a día de hoy no he pagado nada de lo que llevo y no me siento un vendido por ello. Como eso he rechazado mucho. Yo quería grabar en cassette, me parecía mal grabar en CD. Hasta 2002 no saqué un CD, cuando Violadores lo habían sacado ya en el 98. Para mí eso era venderse. Luego me di cuenta de que eso no es venderse. Antes me parecía venderse hasta sacar un estribillo de R&B. Oía a Nas con Lauren Hill, que luego me pareció un pepino, y al principio me parecía que eso ya no era rap. ¿Por qué? Porque tenía prejuicios. Era tontico e iba de super underground y era mentira, era un caparazón que tenía porque tenía miedo al mundo. Hasta que la vida me hizo ‘plash‘, y entonces le tuve miedo al mundo real y empecé a intentar disfrutar. Una de las mayores cicatrices de mi adolescencia fue la locura, tuve unas depresiones que pensé que me quedaba loco”.

Fotografía @jordi.koalitic

Una época en la que la muerte, un tema bastante recurrente en sus trabajos, le rondó bastante la cabeza. “De adolescente si pensé en la muerte bastante, incluso la veía como una salida. En mi época de depresión tenia pensamientos suicidas. Ahora no, ahora quiero vivir. Igual en mis temas uso la muerte inconscientemente, igual la muerte significa todo lo malo y la vida todo lo bueno, ¡qué se yo!. En el día a día no pienso en la muerte ni le tengo mucho miedo. Le tengo mas miedo a la muerte de familiares, que eso si me lo planteo, que a la mía. Pero es verdad que la muerte es la mejor musa que existe en la vida”.

“Una de las mayores cicatrices de mi adolescencia fue la locura, tuve unas depresiones que pensé que me quedaba loco”

 

AMANTE DE LA BUENA MÚSICA, SIN DISTINCIÓN DE GÉNEROS

Mucho ha cambiado el rap desde que este género le atrajera por primera vez, sin embargo son numerosas las referencias que, durante la entrevista, Rapsus hace de aquellos artistas que le hicieron quedarse prendido del hip hop. Sobre si el artista se enamoraría del rap con los referentes que hay a día de hoy, tiene claro que “actualmente escucharía no solo a Post Malone, que es el que está ahora de moda, sino ‘New York‘ de Alicia Keys y Jay Z y yo creo que me gustarían ambos por igual. Post Malone no me disgusta. Bruno Mars, que yo pensaba que era un artista comercial, tiene pepinos. Y son cosas comerciales que ahora suenan en la radio y que antes rechazábamos”. Lo que sí tiene claro es que, a pesar de que si ahora escuchara todo eso le gustaría, si empezara a interesarse actualmente por este tipo de música no sabría que existe una cultura hip hop, que es lo que les pasa actualmente a los chavales.

Incluso se cuestiona que existan los géneros musicales.  “No me enamoraría del rap, me enamoraría de lo que hay. Diría esto me gusta, esto no, pero no es un género. Quincy Jones dice en el documental que ha sacado Netflix sobre él que ha estudiado todos los tipos de música, todos los géneros, y que a sus 85 años ve que solo hay dos músicas: la buena y la mala. A partir de ahí me cuestioné que no es una cuestión de género, es esto es bueno sea trap, copla o afro. Antes había también tribus urbanas. Estaban los punkys, los heavys, los raperos… Ahora no hay una tribu urbana nueva. Lo veo mucho con los chavales a los que doy charlas en centros de menores, hoy hasta el heavy lleva trap en su MP3”.

Hablando del omnipresente género, y a pesar de lo que muchos puedan pensar, la cruzada de Rapsus contra el trap no radica en el género en sí sino en las letras que profesan. Por ello no es extraño escucharle decir que no descarta hacer trap si algún día le nace. “Yo soy detractor de la lírica del trap, no del ritmo. Sobre todo del español. El tema del mensaje es lo que yo tengo anti trap, pero es que anti rap también. Si el trap no siguiese y siguieran haciendo esa mierda encima del boom bap, yo sería anti esa mierda. Yo tuve una vez una polémica porque puse un tweet después de escuchar a unos artistas hacer trap. Te juro que pensé que lo estaban haciendo en broma, riéndose de eso. Quizá pensarían eso mismo antes también de los raperos.  Cuando yo estaba criticando eso tenía en mi casa vinilos de Kendrick y J Cole. Cuando estaba poniendo eso yo escuchaba trap americano. Yo no tengo nada en contra de lo moderno. De hecho vengo de Zaragoza, donde mientras todos estaban haciendo boom bap como Violadores yo hacía parte de reggae, dancehall y escuchaba todo lo que hacían Scott Storch, Timbaland… Lo moderno ya me gustaba cuando en Zaragoza te crucificaban por gustarte lo moderno. Yo me puse una gorra plana como se ponían los americanos porque las veía y me gustaba la estética, y en Zaragoza hicieron camisetas de ’No apto para gorras planas’. Y a mí me metieron en ese saco. Y yo pensaba: si yo hago rap consciente aunque me ponga una gorra, como se la ponen también KRS One o Rakim”. Unos prejuicios que, en España, contribuyeron a derribar en su día con su música raperos como Chirie Vegas, un artista al que Rapsus cree que se le debe bastante a día de hoy. “Chirie Vegas cambió mucho la movida en España. Gracias a esa gente viene mucho de lo de ahora. Gracias a Chirie se abrió un antiprejuicio, en verdad le debemos muchas cosas. A mi no me gustaban las letras ni como rapeaba pero la música estaba bien hecha. Son muy buenos haciendo producciones”.

“El tema del mensaje es lo que yo tengo anti trap, pero es que anti rap también. Si el trap no siguiese y siguieran haciendo esa mierda encima del boom bap, yo sería anti esa mierda”

CONVIVIENDO CON LAS NUEVAS GENERACIONES

Rapsus puede presumir de llevar media vida en el rap, una circunstancia que le ha permitido ir viendo surgir nuevas generaciones con las que ha tenido la oportunidad de convivir. Artistas de diferentes edades que, como bien dice el artista, están en el mismo plano y reman en la misma dirección, aunque a muchos les cueste aceptarlo. “Hay una rivalidad entre los viejos y los nuevos siendo lo puto mismo. Los viejos no han querido apoyar a los nuevos con lo cual los nuevos están rebotados. Pero los nuevos tampoco quieren reconocer que si no hubiese habido un Tote King no existirían un Axay y Prok”.

Y hablando de diferentes generaciones son numerosas las voces que se alzan desde hace algún tiempo reclamando artistas de 40 años que cuenten cosas de gente de 40, algo que escasea en el panorama, frente al discurso de los de 20. “Normalmente todos con 17 o 18 años pensábamos que nos íbamos a comer el mundo o que éramos unos fieras. Nos veían los de 40 y nos decían ’anda chaval, no vas a comer mierda’. Yo tengo 38 años. Si mañana viene a verme alguien de 18 puede estar ahí y disfrutar de mi show, ojalá. Yo conecto con estas nuevas generaciones. Me encantaría además porque yo me veo joven, pero mi realidad es distinta. El niño luego se va a querer ir de botellón y yo prefiero irme al sofá de mi casa a escuchar un vinilo de blues. Y va a decir ’joder, que aburrido’. Ni los entendemos nosotros a ellos ni ellos a nosotros. Yo no entiendo a mi yo de 20 años y soy la misma persona. No podemos luchar contra eso. Podemos hacer las rimas que sabemos que pueden gustar a un chico de 20 años, pero yo ahora no me voy a poner a hacer trap de mueve tu culo‘”.

Fotografía @jordi.koalitic

Sobre la evolución del rap en estos años y si los artistas han sabido irse amoldando Rapsus considera que “las formas creo que sí han cambiado. Zatu por ejemplo creo que en este último disco se ha reinventado bastante. Yo no puedo contar ahora lo que contaba con 20 años. De hecho lo que he perdido es eso, esa adolescencia rebelde. Pero creo que en España el rap está condenado a ser para jóvenes, desgraciadamente sí. Tu escuchas a Oxmo en Francia y es un tío adulto y un rap adulto. Hay gente con realidades crudas, que vienen de un ghetto y no te van a decir tonterías. Están sufriendo una realidad y están contando eso, incluso críos de 21 años. En España sin embargo nos aborregan para que seamos tonticos. Todo viene con la generación y la educación. Un 80% de España deja bastante que desear, sino no ganaría el PP. Hay que echar cojones para conseguir lo que quieres y España no esta preparada para eso. En

EEUU tampoco, les tienen super aborregados, pero el que se revela en EEUU tiene un par de cojones. Allí hay muchas grandes mentes, y en el sur de America también. En España hubo grandes pensadores, pero ahora el gran pensador prefiere vender 20 millones de copias de un libro”.

Mucho se está hablando en los últimos tiempos de los libros de poesía que muchos músicos, incluidos bastantes raperos, están sacando a la luz. En  un momento en el que a penas se venden discos parece salir mucho más rentable ofrecer libros u otros objetos que tienen mayor salida. Sobre si vale todo a la hora de ofrecer un producto a los fans Rapsus considera que “también estamos sacando discos cuando no somos suficientemente buenos. Si quieres lo compras y sino no. Hay mucha pseudo poesía que a mí no me gusta pero ¿quién soy yo para meterme en su vida? Es un producto que venden como el que vende pegatinas o camisetas. Snoop Dogg sacó condones. Lo que pasa es que ellos igual piensan que sí que es un buen producto, eso ya es un tema de autoestima y de ego. Merece la pena dependiendo de lo que estés dispuesto a pagar por tu dignidad. Todos tenemos un precio en algo. Igual el que ha llegado a eso no tiene mucha ética, lo que tiene es suerte de tener fans. Y ¿por qué tiene fans? Porque tenemos una pésima educación, un pésimo criterio. Este país no está preparado para muchas cosas. Belén Esteban vende millones de libros. Prefiero que los venda un pseudo poeta de éstos, igual de ahí le pica el gusanillo al que lo compre y luego coge a buenos poetas. A mí me hubiera gustado sacar un libro de poesía y hay varias editoriales insistiéndome, pero creo que no estoy preparado para sacar un libro. Pero también pienso que no estoy preparado para sacar un discazo y sigo sacando discos”.

“Yo no puedo contar ahora lo que contaba con 20 años. De hecho lo que he perdido es eso, esa adolescencia rebelde. Pero creo que en España el rap está condenado a ser para jóvenes”

Saque disco o discazo si hay algo que merece la pena de Rapsus son sus conciertos. Un lugar en el que se siente como pez en el agua pese a los malos tiempos que corren para la música en directo. “Los festivales están ganando mas que nunca pero las salas es una mierda, cada vez estamos mas jodidos. Es verdad que necesita un cambio generacional este país, esta guay que vengan los nuevos y llenar las salas pero a los demás se nos ha olvidado. Llega Juaninacka que escribe como un demonio y llena 80 personas. Yo ahora lleno la mitad de lo que llenaba antes, y hacía sold out cuando tan sólo cuatro lo hacíamos”.

Haga o no sold out recomendamos vivir uno de sus siempre potentes directos. Y es que si de algo estoy segura es de que el día de mañana podremos presumir de haber compartido espacio y tiempo con uno de los artistas que han marcado parte de la historia rap de nuestro país. Una historia a la que, vista su energía y el amor por esta cultura, confiamos le queden muchos capítulos por escribir.