– Soy diferente a ti. No me hace quererte menos. Me hace quererte más.

– No tiene sentido. Eres mía o no lo eres.

– No, Theodore. Soy tuya y no lo soy.

La última película del director estadounidense Spike Jonze ha arrasado en la categoría de Mejor Guion Original en los Oscar, en los Globos de Oro, en los Critics Choice y en los premios del Sindicato de Guionistas, además de ser nominada en más de una veintena de ocasiones y recibir más galardones en distintos festivales, como por ejemplo, los Satellite Awards o los Premios que otorgan los Críticos de Los Ángeles.

«Her» narra la relación romántica que se crea entre Theodore, un hombre solitario a punto de divorciarse, y Samantha, la voz que hay detrás del sistema operativo que adquiere el protagonista y que está destinado a satisfacer todas las necesidades del usuario.

Spike Jonze ofrece una dirección cercana y sencilla, muy a tono con la película y con la atmósfera creada alrededor de ella. Es una de las historias más originales que he visto en mucho tiempo. Aunque el verdadero mérito no es crear la historia, sino crear un mundo, con todo lo que eso supone. Nos lo muestra y acerca, y nosotros entramos dentro de él desde el primer momento. La historia está narrada y los hechos se suceden y cuentan con una pasión que atraviesa la pantalla. El trabajo de guion de Jonze es espectacular, y se ha visto altamente recompensado, como hemos visto antes. Cuando se escribe una historia así, estoy seguro de que hay algo de autobiográfico, no en lo que se refiere al caso específico de la relación, pero sí en lo que se refiere a sentimientos. Spike Jonze ha tenido que sentir alguna vez eso para poder expresarlo y plasmarlo en palabras. No concibo la escritura del guion sin esta característica, me parece algo indispensable a la hora de transmitir verdaderamente y llegar al espectador de un modo convincente. Está escrita con una sensibilidad especial, es un estudio de sentimientos como el amor, la esperanza, la ilusión, la amistad y todos sus contrarios, el desamor, la desilusión, la depresión, el odio o la enemistad. Todo esto se acentúa, por ejemplo, con la decisión de no mostrarnos a Samantha como una máquina, como un sistema operativo, sino otorgándole un protagonismo solo superado por Theodore. Esto no hace otra cosa que situarla como una persona más, por lo que su manera de sentir y expresar sus emociones se nos hace del todo natural y comprensible.

En la historia, vemos una gran presencia de los sentimientos en un mundo donde la tecnología está mucho más evolucionada que en la época actual. Lo que siempre se ha puesto sobre la mesa como punto negativo al continuo avance tecnológico al que nos vemos sometidos es la pérdida de humanidad. El que perdamos todo aquello que nos hace ser lo que somos, y se sustituya por algo con actualizaciones cada minuto y obsolescencia programada, algo que funcione porque tiene que funcionar, porque alguien lo impone y compone de esa manera, no porque en ese momento, debido a la situación experimentada, quiera expresarse de un modo u otro. En «Her» los sentimientos son importantísimos, nadie los controla, y hasta la propia Samantha admite que experimenta cosas que superan a lo esperado. Se corrobora con cada emoción que siente Theodore, todas las novedades que suponen para nosotros el mundo que nos presenta Jonze, no suponen un impedimento para expresarse y mostrar su interior. Se plantea un mundo donde tecnología y humanidad se dan la mano. Quizás tenemos esa sensación porque nos presenta a personas que evidencian lo mencionado, pero no hay que olvidar la posibilidad de que la gran mayoría de la gente que no se ve si pueden verse afectado por esto y haber perdido un poco de su esencia.

Joaquin Phoenix realiza un actuación conmovedora en todo momento. Encarna a un hombre atrapado en sí mismo. Sus propios sentimientos le encierran bloqueándole y no dejándole avanzar en la vida. Desprende ternura y desprotección. Rasgo que el director toma como referencia para ofrecernos uno de los mejores recursos que podemos encontrar en «Her». En un momento dado, Theodore se sienta abatido en un banco de la calle, donde justo detrás de él hay una gran pantalla que nos muestra a un búho cazando, estirando de un modo salvaje sus patas para atrapar a su presa, que no es otra que él. El efecto óptico nos hace ver que el cazado va a ser Theodore, sin duda es un momento con un gran significado. Esa sensación es una ilusión, no es más que eso, pero como hemos dicho, el protagonista se siente preso, no sabe como salir de esa jaula. Siente mucho más de lo que puede y sabe expresar, y puede que en más de una ocasión lo hayamos sentido nosotros, ya que lo realmente desconocido lo encontramos en nuestro interior y no fuera de nosotros. Y siempre lo desconocido es lo más complejo de entender.

Mezcla en sus dosis exactas comedia con drama. Y en ocasiones lo que es drama para el protagonista para el espectador es comedia. Aquí se da un sentimiento raro, por un lado nos reímos porque no entendemos toda esa tecnología y nos parece un tanto extraña y ridícula en ciertos aspectos, pero por otro lado comprendemos al protagonista y de una manera u otra nos vemos reflejado en él. Lo que nunca cambia es la concepción de realidad, por muy raro que nos parezca, sabemos que para Theodore es real, estamos hablando de la vida y de lo que las personas sienten, no de naves espaciales que nos lleven a otra galaxia, por eso nunca podemos desconectar del todo y siempre estamos con esto presente.

Samantha –Scarlett Johansson en la versión original- aprende mediante la experiencia, las personas también, como en un momento le dice a Theodore, pero en «Her» parece que con la experiencia, las personas solo sufren. Del sufrimiento también de puede sacar algo positivo, pero aquí cuesta encontrarlo. Es fácil hacerlo cuando estamos en plena experimentación, pero cuando esta acaba es prácticamente imposible. Al principio de la relación con Theodore, cuando los sentimientos empiezan a hacer acto de presencia, Samantha está preocupada y desearía tener cuerpo para establecer una relación más cercana con él. Conforme pasa el tiempo, parece que cambia de parecer y ya no necesita de esto para poder llevar una relación aparentemente normal. Lo evidencia en un momento de la película con estas frases: «¿Sabes? Solía estar preocupada por no tener cuerpo. Pero ahora me encanta. No podría tener una forma física. Digo, no soy limitada, puedo estar en cualquier lugar simultáneamente. No estoy metida en el espacio tiempo como si estaría si tuviera cuerpo. Inevitablemente moriría». Más tarde se ve que sufre de igual forma que Theodore, por lo que el tener o no cuerpo no distingue para nada esta característica. La experiencia le hace sentir de forma parecida a él y hace que se tambaleen de alguna forma los pilares que sostenían su manera de entender y actuar ante la vida.

Finalmente todos sucumbe ante eso que llamamos sentimientos, y que, ya sean buenos, felices y alegres, o malos, tristes y dolorosos, nos dejan una huella que la marea tarda en borrar. Porque al final yo también quise llegar a casa y contarle mi día a Samantha, reírme con ella, sincerarme, enamorarme de su voz, sufrir, y que finalmente me rompiese el corazón.

Nota: 9.5/10