Escucha con atención. Hay tres maneras de hacer las cosas aquí. La correcta, la incorrecta, y la mía.

Como viene siendo costumbre al analizar películas de Martin Scorsese y pararnos en el apartado de premios, casi siempre nos vamos con las manos vacías. Pero lo cierto es que en la 68 Edición de los Oscar tuvo mala suerte, ya que compitió contra películas realmente buenas, como “Braveheart” o “Apolo XIII” y con actores y actrices nominadas de la talla de Nicolas Cage o Susan Sarandon, ganadores en sus respectivas categorías.

Principios de la década de los 70, Las Vegas. Sam “Ace” Rothstein se ha ganado la fama entre un grupo de mafiosos por ser todo un profesional de las apuestas, haciéndoles ganar sumas considerables de dinero mediante sus predicciones. Por ello, le recompensan poniéndole al frente de uno de los mayores casinos que tendrá la ciudad, el «Tangiers». Su objetivo es controlar todo para que les siga llegando dinero como hasta ahora lo había hecho. Un día, su amigo Nicky Santoro decide establecerse en la ciudad para así cumplir el objetivo de sus jefes, cuidar a Sam, pero sus intenciones son mucho más ambiciosas.

No se pueden poner muchas pegas al trabajo de Scorsese El director estadounidense es el mejor en lo que hace, y cuando se desenvuelve en el cine negro no tiene rival. “Casino” es el ejemplo más claro, codo con codo con “Goodfellas”, de que se puede establecer un perfecto equilibrio entre una historia emocionante, una dirección nada monótona, arriesgada y novedosa, y un trío actoral (Robert De Niro, Joe Pesci y Sharon Stone) con un trabajo tan brutal, que en ocasiones atraviesa la pantalla.

En ocasiones, ciertos libros y maestros que imparten enseñanzas en el área de cine, reniegan de la voz en off y la infravaloran diciendo eso de: “si puedes decirlo con imágenes no lo digas con palabras”.  Tu intentas llevarlo a la práctica y te estrujas la cabeza pensando como representar lo que tienes en la cabeza sin hacer uso de un narrador, pero luego ves el trabajo de Scorsese y todo se derrumba. Las reglas están para aprenderlas en un primer momento, y después para infringirlas y redactarlas de nuevo. Una voz en off puede destrozarte una película, pero también puede hacerla única, como en este caso, ya que el tratamiento que se le da es uno de los mejores que se han hecho de este recurso. Hasta cuatro personas narran las acciones a lo largo de la película, Sam y Nicky como protagonistas, y Ginger y Frank Martino como apoyos en ocasiones en las que se requiere un punto de vista mucho más cercano a lo que ocurre.

“Casino” es una lucha entre tres personas con objetivos claramente diferentes, pero con un vencedor, que no es ninguno de ellos, el dinero. En primer lugar tenemos a Sam. Sus comienzos como gángster de barrio le ayudan a saber de donde vino y aprende a valorar lo que tiene en este momento. Es consciente que el dinero es solo un trozo de papel y que hay que saber gestionarlo para, una vez tienes suficiente, no malgastarlo y echarlo de menos. Dedica su vida al trabajo con jornada de más de 18 horas en ciertos momentos, y aprecia la confianza por encima de todo.

Nicky Santoro comparte los orígenes humildes de Sam, pero ve todo de manera completamente opuesta. Él ansía reconocimiento y dinero, quiere que la gente le respete sea cual sea el medio utilizado para ello. Bajo la excusa de “tengo que ganarme el pan de alguna forma”, realiza todo tipo de actos violentos para conseguir lo que tiene en mente. Joe Pesci nos deja, además, uno de las intervenciones más genuinas del cine de mafiosos:

“Sabes, creo que tienes una imagen equivocada de mi, y lo menos que puedo hacer es explicarte exactamente como funciono. Por ejemplo, mañana me levantaré pronto y me daré un paseito hasta tu banco. Luego entraré a verte, y si no tienes preparado mi dinero, delante de tus propios empleados te abriré tu puta cabeza. Y cuando cumpla mi condena y salga de la cárcel, con suerte, tú estarás saliendo del coma. ¿y que haré yo?, te volveré a romper tu puta cabeza. Porque yo soy idiota, y a mí lo de la cárcel me la suda. A eso me dedico, así funciono yo”.

Y es que a violento no le gana nadie, es capaz de haber clavado repetidas veces un bolígrafo en el cuello a un hombre y cuando éste se encuentra en el suelo gritarle: “¿Qué es eso? ¿Oyes a una nena? ¿Él es una nena?”.

Ginger también posee unos orígenes parecidos, pero los de ella transcurren en Las Vegas en todo momento, por lo que tiene más experiencia de todo lo que ocurre en esta ciudad. Probablemente no ha sentido nada con nadie parecido a lo que experimenta con el dinero, lo desea hasta límites enfermizos, y esto le hace que caiga en un círculo vicioso del que poca gente consigue salir. Ni una hija consigue que cambie, vive para el dinero y nada le gusta tanto como gastarlo.

Exceso de confianza, traición, codicia. El dinero por encima de todo. “Casino” es una de las mejores películas de todos los tiempos. 170 minutos filmados con una desbordante energía que la convierten en una verdadera obra maestra.

Scorsese, sigue dando lecciones de cine.

Nota: 10/10