Hay épocas de la historia de la música que uno, inevitablemente, recuerda con cierta nostalgia por lo que supusieron en su momento y con plena admiración por el legado que han ido dejado después. Uno de esos momentos es la época de los ’90 del rap francés, una denominada Edad de Oro que, desde hace unos meses, está celebrando con tremendo éxito una gira por numerosos rincones de Francia. Todos tenemos grabados a fuego en la memoria nombres como IAM, La Cliqua, Oxmo Puccino, Ärsenik, Cut Killer, Assassin… Grandes artistas que lucharon en su día por buscar un hueco en Francia a un género que en esos momentos carecía de nicho donde cobijarse. ¡Y vaya si lo consiguieron! Tanto, que a día de hoy aún lo siguen conservando. Prueba de ello es el éxito que está cosechando la gira L’Âge d’or du Rap Français, un tour en el que participa, entre otros, Rocca, de La Cliqua, con quien hemos echado la vista atrás para recordar cómo se gestó esa época.

Posiblemente si hace más de 20 años le hubieran dicho que dos décadas después iba a estar subido en un escenario frente a más de 20.000 personas cantando los temas que por aquel entonces le valieron ser número 1 en Francia, Rocca se habría mostrado cuanto menos escéptico. Sin embargo el Dream Team del rap de los ’90 lo está consiguiendo. Quizá porque en su día sembraron de manera óptima una semilla que ha ido germinando en sus oyentes, quizá porque por aquel entonces los valores que movían a la música la hicieron prácticamente eterna. Sin embargo, y pese a que hoy suene extraño, los inicios de los artistas que marcaron la música de los ’90 no fueron precisamente fáciles, siendo múltiples las críticas a las que tuvieron que hacer frente cuando comenzaron a dar sus primeros pasos. “En nuestra época tuvimos que aceptar críticas por parte de la propia gente del rap. Cuando yo empecé a rapear eran ya los 90 con lo que llaman a día de hoy el boom bap, que era un loop de música soul con un beat encima, y yo recuerdo que aquí en Francia los pioneros del rap decían ‘ustedes no hacen rap, están cantando r&b’. Y la Sacem (Sociedad de autores francesa) no quería reconocernos nuestros derechos como autor y compositor porque decían que no era una melodía cantada sino hablada. Solamente nos reconocían como escritores, no entendían que era una canción, que tenía su melodía, no solamente un texto”, comenta Rocca.

Rocca en uno de los directos de la gira ‘L’Âge d’or du Rap Français’

Sin embargo sus ansias de hacer música no se aminoraron con las críticas y, gracias a nadar contracorriente, hoy podemos denominar a muchos de éstos artistas como clásicos. ¿La razón de su éxito? Rocca lo tiene claro. «Yo siempre he tenido la mentalidad que tenía cuando estaba con la Cliqua, y es que cuando entramos al estudio es para dar lo mejor de uno mismo y ser sincero. Y cuando uno se acerca desde la sinceridad, desde la realidad, la música perdura». Un modus operandi que según el propio Rocca dista bastante de lo que mueve a los artistas a día de hoy, donde la música se ha convertido prácticamente en un objeto de usar y tirar. «Las canciones que son de temporada son como chicles, cuando el sabor se va escupes el chicle, no te nutrió y a ti se te olvidó. En cambio algo que tiene consistencia se mantiene fuerte y coge hasta más sabor con el tiempo, porque se saborea de otra manera. Como un ron: viejo, añejo, en los barriles. Esa es la diferencia que hay entre la música de los 90 y la de ahora. Nosotros no hacíamos música para gustarle a la radio o para tratar de agarrar un público, views o algo comercial. Lo sacábamos porque nos gustaba y era una competencia entre nosotros mismos. La única manera de que la gente dedicara tiempo a escucharte era que fueras un virtuoso. Disciplina: querer tener la mejor pista, la mejor mezcla, el mejor flow, la mejor temática. En aquella época la única manera que uno tenía de poder marcar el espíritu de la gente era tener un hit, y no a nivel comercial sino a nivel de calidad. Si tu miras la música de hoy en día es una música que tiene todo un equipo de marketing detrás, una estrategia comercial, y al final el producto no es tan bueno. Es algo visual, pegajoso. Veremos si dentro de 20 años va a ser igual el impacto».

EL ÉXITO EN LOS 90: SINCERIDAD, AUOEXIGENCIA Y PRICIPIOS

Rocca se siente dichoso de haber tenido la oportunidad de poner banda sonora a una época tan fructífera. «Junto a otros artistas marqué la historia del rap en Francia. Aunque no éramos los mas mediáticos somos los que hicieron que en el movimiento pasara algo. Después de nosotros hubo otra época que si no hubiéramos estado nosotros no habría pasado. Somos fundación y por eso la gente nos tiene tanto respeto, porque hemos trabajado muy duro y hemos aguantado muchos tsunamis de muchas corrientes musicales. Que la gente vuelva ahora a nosotros es una dicha, significa que todo ese trabajo ha servido y está sirviendo».

El reconocimiento le llegó a Rocca muy pronto. Con solo 18 años el artista estaba saboreando las mieles del éxito, un cara a cara con la fama que no sobrellevó muy bien al principio. «Yo venía de un crew muy callejera, de otro ambiente. Y de repente vendo 200.000 discos como solista, doble disco de oro. Y empiezo a verme en televisión, en medios de comunicación en los que nunca habían invitado a artistas como yo. Yo creo que si yo hubiera sido más vivo en ese sentido no hubiera tenido la misma carrera que tengo hoy. Habría botado hacia algo más comercial, a contentar a la masa ya que tenía la proyección para llegar hasta ella. Pero yo fui muy rebelde en esa época. Me llegó el éxito, la plata, el dinero, me llegó todo, y sin embargo en vez de tirar a lo comercial saqué un disco que se llamaba ‘Elevación’, más pesado que ‘Entre deux mondes’, más calle, más hardcore. Yo siempre he sido un artista muy rebelde y esas decisiones me han costado precios que he pagado duro en el mundo de la industria pero que con el tiempo me han dado más valor y más respeto ante la gente que sabe de música. Son decisiones de artistas. Uno tiene que decidir. Y es difícil porque el mundo de la música es cruel, es corto, es jodido, es duro. Puede que nunca te llegue la suerte».

Pese a la fuerza con la que irrumpió el rap francés en los ’90, en los 2000 el movimiento fue perdiendo fuelle. A Rocca ese momento le pilló ya en EEUU, un país al que el artista se fue cuando sintió que lo que comenzaba a hacerse en Francia no iba con él. «Lo miré por un ojo desde fuera. Vi que empezaron a surgir muchos artistas que no tenían la calidad para poder estar donde estaban y que estuvieron ahí por plata, por corruptos. Por la financiación de las disqueras que sacan provecho de la situación y firman a cualquier artista y lo ponen delante de gente que como ovejas los siguen. Y mira, casi todos desaparecieron. La época que se está festejando en estos momentos es la de los años 90″.

Para Rocca una de las máximas que marcó la época fue que los artistas que desarrollaron su carrera en los ´90 se empeñaron en reflejar la realidad que les rodeaba y elevaron su nivel de autoexigencia a máximos. Una combinación que les ha hecho inmortales. “Hay canciones del 94 que las estoy cantando hoy en día en mis espectáculos porque están todavía en la ecuación de lo que estoy viviendo y lo que está pasando en el mundo. Quiere decir que éramos muy realistas en lo que estábamos diciendo. Yo pienso que una persona que está cantando groserías o insultando a la madre del otro está ofreciendo una música muy pobre en lenguaje y mensaje. Puede que les sirva por el lado de la provocación pero no creo que perdure, porque no creo que un artista que escribió una letra estúpida a los 18 años cuando tenga 40 vaya a querer cantarla. Hay que ser muy consciente de que lo que uno está marcando se queda en el tiempo. Es como una cicatriz, algo que identifica una época o te identifica a tí. Hay que tener mucho cuidado cuando abres la boca y más cuando grabas un disco, porque eso deja una huella en alguna parte. Tarde o temprano te la vuelven a sacar. Yo pienso que lo que paso en los ´90 es que éramos muy atentos y muy delicados con lo que sacábamos. Las exigencias que tuve conmigo mismo son las que hicieron que hoy esté cantando canciones de hace 20 años».

«La Sociedad de autores francesa no quería reconocernos nuestros derechos como autor y compositor porque decían que no era una melodía cantada sino hablada»

Unas exigencias que no ve en los artistas actuales, a los que cree que les faltan dosis de realidad, empeño a la hora de cuidar su música. Entre otras cosas porque la sociedad en la que estamos inmersos, en la que “si no brillas no te miran”, tampoco se lo está poniendo demasiado fácil. “La gente se queja de algo que no debería quejarse porque la música es el reflejo de la sociedad en la cual ellos están parados. ¿Quieren cambiar? Cambien la sociedad y verán como la música va a cambiar. Estamos en la época del consumo, el egoísmo, la individualidad. Estamos viviendo una sociedad dura, muy triste, y los jóvenes están reflejando eso. Los pelaos están en las drogas, en los excesos, en las computadoras, en cosas estúpidas. Músicas donde el mensaje no sirve sino el ‘tumbao’ para olvidar. Esa es la realidad y ese es el rap de hoy. Hoy no se siente, se mira. No se analiza, se pasa”. Sin embargo, y ante un ambiente tan desolador como el que nos muestra, Rocca rompe una lanza a favor de aquellos que cree que están levantando esta cultura. “La producción musical del rap actual me parece sumamente interesante, muy buena. Hoy es la era de la producción, los 90 era la época del MC. El rapero entra ya en un segundo, tercer o cuarto plano. No interesa lo que dice».

LAS NUEVAS GENERACIONES, MÚSICA CON MENOS VALOR EN LA HISTORIA

Pese a que no corren buenos tiempos para la música de calidad, y que sus valores distan mucho de los de los ’90, Rocca considera que hay que dejar a las nuevas generaciones vivir su momento y esperar a que pase el tiempo para que sea éste el que dicte sentencia. “Hay que dejar que los nuevos artistas se caigan, se levanten, sorprendan, sobrevivan, se hundan o se mueran. Yo tengo la mentalidad de que hay que dejar a las cosas llegar, tanto lo bueno como lo malo. Hay que  dejarlos vivir, están felices en su locura y hay tal vez un público que los va siguiendo. Uno no puede luchar contra eso, uno no puede temer, uno no puede ser un dictador en el arte. El tiempo lo dice todo. Uno lo que tiene que hacer es mejorar y tarde o temprano la gente se va a dar cuenta de qué era lo bueno y qué era lo malo».

Con respecto a las nuevas generaciones que están haciendo resurgir con fuerza de nuevo el rap francés, Rocca considera que, pese a que algunos lo están haciendo bien, falta mucha originalidad en el género. «Si los gringos hacen una huelga y dejan de sacar discos aquí se les va la inspiración. Si ellos paran de hacer música aquí paran de tener flow porque ya no saben a quién copiar. Están cantando algo que lo están copiando, no lo están viviendo, no lo están sintiendo, y eso quiere decir que si no lo hubieran visto no lo hubieran hecho. Te puedes inspirar de un flow gringo, no hay problema, hoy toda la música se tiene que inspirar en algo, pero hazlo a tu manera, que se sienta que es algo diferente. Además de copiar el flow le copia la letra, y además de la letra le copia la música. Es algo que ya me parece hasta cómico. Hay que verlo como una película gringa con popcorn y coca cola».

Quizá esa falta de originalidad le haya llevado a Rocca a la reflexión de que «a la gran mayoría de los grupos de hoy en día no les importa la música de los 90 porque es que no les importa tampoco la música actual. Están ahí porque para ellos es normal estar ahí. Pero no están trayendo un mensaje ni nada. El testimonio musical que dejaron en los 90 todos los músicos es que es música que tiene valor en la historia, con el tiempo está cogiendo hasta más fuerza y más valor. Estamos en una crisis donde la gente ya no tiene más modelos a los que seguir. Están oyendo la música de los 90. Son revivals.»

«Si los gringos hacen una huelga y dejan de sacar discos aquí se les va la inspiración. Si ellos paran de hacer música aquí paran de tener flow porque ya no saben a quién copiar»

La mente de Rocca aglutina numerosos recuerdos de aquella época que, pese al paso de los años, continúa conservando con cierto cariño. Entre ellos el artista destaca uno por la emotividad y la ilusión con la que lo vivió en aquel momento. “En el 96 estuvimos invitados a la Zulu Nation por Bambaataa y los Zulu Kingz de New York para ser los representantes de Europa en el Bronx. Recuerdo que llegamos allí a cantar delante de todos los raperos de la época: EPMD, MOP, KRS One… Recuerdo que yo incluso me eché un verso en español. Fue una época importante porque en el ’96 aún había mucho espíritu de hip hop. Estábamos en la meca del hip hop, donde estaban todas las fundaciones del hip hop, los primeros graffitis… Es un recuerdo muy fuerte que tengo yo ahí”. Y de recuerdos, precisamente, está cargada la gira gracias a la que Francia está pudiendo, aunque solo sea por unas horas, sentirse como en los ´90. Una gira que según Rocca tiene «potencial para poder exportarla» por lo que quién sabe, lo mismo en unos meses es España la que está reviviendo la Edad de Oro del rap francés.