Fotografía: El Chico de los Recados

Soy de los que disfrutó con cada entrega de Harlems y de los que ha acudido a alguna en concreto durante los largos años de espera. Ese formato de programa de televisión tenía algo que enganchaba. Una dinámica variedad de contenidos te hacía entrar de lleno en un universo protagonizado por videoclips y entrevistas directas en las que no había lugar para decorado, maquillaje ni guion. Unos jovencísimos AGZ comentaban sus siguientes proyectos, Costa no se mordía la lengua al hablar sobre el poco atrezzo que incluía en sus videoclips, MDE Click abría de par en par las puertas de su templo y Ziontifik contaba anécdotas al mismo tiempo que regalaba barras crudas sin ningún tipo de acompañamiento. A muy pocos días de su vuelta, hablamos con la persona que encabeza el proyecto, Pardoh.

Con 18 años, Pardoh estaba cansado de los artistas que acaparaban toda la atención y se convertían en embajadores del género. “Estaba en un mundo en el que todos escuchaban a Violadores del Verso y yo escuchaba a Guante Blanco. Necesitaba darles el escaparate que hasta ese momento no poseían.” El finiquito de su primer trabajo fue lo que le ayudó a llevar a cabo Harlems, pero la idea no surgió de forma premeditada. Siempre le ha gustado grabar y el mundo audiovisual, pero todo fue cogiendo forma en una conversación con Joka que tuvo lugar cuando quedaron para comprarle su disco. Empezaron a hablar sobre la posibilidad de hacer algo diferente y todo fue rodado, nunca mejor dicho. Una cosa tenía clara, Harlems nacería para dar voz y reconocimiento a los que lo merecían.

Aunque te guste el mundo de las cámaras, es muy diferente estar detrás a estar delante. Él tuvo y tendrá que estar también en el apartado que menos le apetecía para ofrecer un hilo conductor al espectador. “No quiero poner a otra persona porque no va a expresar lo que yo quiero expresar”. Reconoce que no posee las aptitudes para desarrollarlo de la mejor manera posible pero, a día de hoy, es evidente que sin este apartado se perdería una parte muy importante de su esencia. Si conectas con Pardoh y su mirada de la escena es gracias a esa familiaridad con la que lo comparte.

“Desde que he vuelto no he recibido ninguna mala crítica. No hay artista con el que no haya contactado y no me haya felicitado”

Los años siguientes al lanzamiento de Harlems, las cosas cambiaron para Pardoh en el terreno personal. “Mi madre estaba hasta las narices de verme dos años en paro todo el día para arriba y para abajo con una cámara en la mano sin ganar un puto duro. Me hizo un curriculum y me mandaron para Polonia. Hizo muy bien. Perdí mucho dinero durante esa etapa”. Ya en España, se dio cuenta de que necesitaba volver. “Llevar una vida no creativa me agota”. No le gusta sentirse una oveja más del rebaño y cargar con una monotonía eterna. Aunque llevaba embarcado en el proyecto desde hacía tiempo, carecía de la motivación necesaria para cerrarlo y dio con ella nuevamente a través de una charla con Rubén, de Ziontifik. Admite que antes de que terminara la frase, éste ya había aceptado y se había comprometido a ayudarle en la recta final. De una u otra forma, a través de comentarios que le llegaban, sabía que el público valoraba su trabajo. Pese a esto, admite estar nervioso por la aceptación: “o me meto la hostia de mi vida o lo verá gente”.

Fotografía: El Chico de los Recados

Uno de los detalles que pueden no hacerle dormir es el formato que ha elegido para presentarlo. Estamos en una época en la que cuanto más masticado nos den las cosas, mejor las aceptamos. No podemos mantener la concentración durante un periodo de tiempo más largo de la cuenta sin que nuestra vista vaya hacia el móvil. Vemos la música, ya no la oímos. El ejemplo más claro es la cantidad de artistas que suben un videoclip semanas después de lanzar referencia y la gran mayoría del público cree que se trata de un tema inédito. Si antes se esperaba años hasta un trabajo de larga duración, ahora son horas lo que hay que aguardar hasta el siguiente videoclip. “Las visitas de YouTube me dan igual. Cuando inicié sesión en el canal tres años después de crearlo no sabía lo que estaba pasando: suscriptores, dinero por likes…”.

Pese a esto, Pardoh apuesta por repetir la formula del primer Harlems. El nuevo capitulo que estrenará en unos días sobrepasará la hora de duración. “Yo tengo 15 años, estoy en el recreo con mis colegas, veo que Dellafuente sale en un vídeo y si cuando voy a darle veo que dura una hora, no lo veo”, explica. Lo sabe pero no piensa modificar su visión. Así concibe Harlems. Le comento que para mi es un proyecto que la gente guarda con buenos recuerdos y que se ha posicionado como un clásico, pero al mismo tiempo entiendo las dudas hacia la gente de la edad de la que hablaba. El público mayoritario del hip hop actual que llena las salas cuando Harlems tenía aproximadamente 10 años, por lo que es muy difícil hacerles partícipes de algo que no han vivido.

Todos sentimos esa inquietud cuando hemos estado trabajando mucho tiempo en algo y llega el momento de presentarlo. Han sido tres meses de duro trabajo y más de mil euros de inversión que han salido directamente de su bolsillo. El panorama que veíamos con las primeras entregas en 2011 ha quedado reducido a cenizas. Los medios nacionales parecen tener un hueco para este género, las plataformas digitales de streaming están encabezadas cada semana por nombres que a todos nos resultan familiares y las redes sociales y el marketing juegan un papel fundamental. Repasando algunos vídeos doy con una frase del mismo Pardoh en la entrevista que realiza a Guante Blanco que evidencia de una forma muy clara la transformación a la que hemos asistido. “Habéis sacado un videoclip, que por cierto ha petado las redes. Joder, no sé si en un día llevaba 10.000 visitas o algo así. Una puta burrada”. Sí, has leído bien, 10.000 visitas.

Vestigios del futuro

Para esta nueva entrega hay confirmada una selección de artistas que vuelve a poner encima de la mesa la evolución que ha experimentado este estilo musical en los últimos años. Podremos escuchar a One Path, Elio Toffana, Takers o Dellafuente, entre otros. Concretamente, el granadino era seguidor del proyecto desde sus inicios, por eso no dudó en aceptar la propuesta de participar en su regreso. Pardoh entabló relación con él años atrás gracias a su afición por los perros, pero realmente no conocía de su faceta de artista hasta que vio uno de sus conciertos. “Justo a mi izquierda me encontré con el grupo de bakalas y al de pijas, boxeadores, punkys… El ambiente era muy diferente”. Quedó sorprendido con lo que conseguía en el escenario. Supo que algo estaba pasando y que El Chino era uno de los responsables. “A lo mejor llega a más público o menos esta edición, pero yo he intentado abrirme lo máximo. Siempre manteniendo la línea de la gente que quiere hacer las cosas bien. El abrirse es lo que ayuda realmente a que algo sea grande”.

Pero también hay espacio para creadores no tan reconocidos. “Cuando éramos pequeños, nos llegaban historias de Gente Jodida. No sabías que hacían música pero conocías a Gente Jodida. A poco que te movieras por el barrio sabías que había gente mayor liándola por ahí”. Para Pardoh son el único grupo gangsta rap en español. Solamente poseen un único disco en su discografía, y fue lanzado hace ahora diez años. Cuando se enteró de su vuelta lo vio claro. Tenía que hablar con ellos. El 90% de la gente que entre por Dellafuente no sabrán quienes son. Se trata de unir generaciones.

Fotografía: El Chico de los Recados

Le pregunto si, entonces, sus gustos se han modificado a lo largo de este tiempo o se ha dejado llevar por el público y por aquellos artistas que más mueven actualmente. Pardoh es fiel a gente como Ziontifik, Signo o Guante Blanco, se identifica con su música desde que conectó con este género.. Respeta y admira el trabajo que hay detrás del cambio y admira a todo aquel que he llegado lejos por no desfallecer y seguir remando. Conecte o no con el tipo de música que hacen artistas como Rels B o One Path, por delante de todo valora lo que hacen las nuevas caras que aparecen.

Además de los artistas, en este regreso de Harlems habrá sitio para otras disciplinas. “Esta movida ha generado tanta influencia que está en todos los lados a día de hoy. Los mejores diseñadores de Madrid son ex grafiteros, los mejores tatuadores son ex grafiteros y la gente que pincha en fiestas y discotecas se ha iniciado con esto. Yo tengo 30 tacos, salgo a la calle y veo a niños con Polo Sport que no saben por qué lo llevan pero lo llevan. El rap está presente”. Está convencido que el hip hop ha influenciado un montón de campos diferentes. Tendremos a los realizadores El Chico de los Recados, al productor Notyme o a la tatuadora AkaBonita. Para hacer más evidente su implicación en el proyecto, en este último apartado se está dejando tatuar por los profesionales con los que charla.

Muchos se preguntarán con qué equipo cuenta Pardoh para grabar. “Este Harlems está grabado completamente con un iPhone”. Se trata de un desafío personal que le pone a prueba constantemente. Sacar el máximo partido posible a sus ideas con los medios de los que dispone. No hay un planning de rodaje, se sabe que se va a hacer pero no de la forma que finalmente tendrá lugar. Le gusta la improvisación y que las charlas no sean entrevistas, sino testimonios. Pardoh se sienta y rompe un papel en dos mitades: el plano musical y el personal. Lo que al final parece diferenciado poco a poco va combinándose y sale una conversación sin maquillaje ni aditivos. Todo fluye de forma tan natural que algún artista le ha pedido matizar algunas palabras o frases al escucharlas más tarde en frío.

Aunque hace unas semanas de nuestra charla, cuando lo hicimos el proyecto estaba al 90% de ser completado. Esto significa que Pardoh ha comenzado la promoción en redes sociales sin tener el producto finalizado. “Si no me pongo fecha no lo saco. Necesito que la presión me ahogue”. Se trata de someterse a una prueba continua y, realizado el trabajo de campo, no confiarse y seguir apostando por ofrecer el mejor producto posible. Tras las entrevistas y los kilómetros llega el momento de sentarse frente al ordenador y quemar el programa de edición.

Sé testigo del cambio. Cuando acabes la nueva vuelve a repasar los primeros. Harlems es más que un documental.