El vuelo de RALPHIE CHOO
en 'SUPERNOVA'

Su proyecto debut es una macedonia de mil y una frutas aleatorias que, combinadas, saben sorprendentemente bien.

‘SUPERNOVA’ abre con ‘Juan Salvador Gaviota’, entre percusiones brillantes y una flauta en primer plano, que rápidamente desaparece, para dar paso a la voz de Ralphie Choo con el verso: «Look at this so humble, enemies will crumble». Una referencia a la fábula de Richard Bach con el mismo nombre, que narra el proceso de aprendizaje y desarrollo tanto en la vida, como en el vuelo de una gaviota –ya que, ¿qué es la vida sino aprender a volar y el transcurso de tu viaje, una vez aprendes?–. Una alegoría, quizás, del proceso por el que ha pasado el cantante a lo largo de estos dos años de creación y maduración del álbum: Para mí es como una religión, como algo en lo que asientas tus bases, te inspira y pillas referencias para contrastarlas con tu vida y lo que te rodea”, declara Ralphie.

 

 
 
 
 
 
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Ralphie Choo –que reconoce haber escogido el camino de ser artista porque “no sabía que quería hacer ni qué rumbo tomar”, y su madre le ofreció la oportunidad de estudiar la carrera de música en el momento justo– define su proyecto musical como ecléctico: “Es un sonido que no busca la raíz de nada, voy aprendiendo un poco de aquí, un poco de allá y estableciendo relaciones que en mi cabeza pueden sonar bien y, por confianza, acaban saliendo”. Y así es también su último lanzamiento, ‘SUPERNOVA’, una macedonia de mil y una frutas aleatorias que, combinadas, saben sorprendentemente bien.

¿Influencias? Todas y ninguna: “Según iba haciendo el álbum estos dos años, un colega me enseñaba a un artista, otro colega a otro, descubrí de repente a James Blake, le exprimí todo el jugo y la esencia a Frank Ocean en el proceso, me dio por escuchar bossa nova muy orquestal –como ‘Construçao’ de Chico Buarque–, salseros… no sé, hay de todo”. Definitivamente, de todo. En ocasiones, en muchas capas superpuestas y, en otras, con dos o tres elementos a Ralphie le basta. “Hubo una labor antes de cerrar el álbum de limpiar pistas y quitar cosas, porque en primera instancia era demasiado abrumador, despistaba mucho escuchar el proyecto”, comenta.

Música que despista, multi estímulos, saturación de sonido… conceptos que podríamos asociar tanto a Ralphie Choo como a otros artistas que le acompañan, codo con codo –como RusowskyMori–, y conceptos de los que en pleno 2023 no podemos escapar. “Creo que la saturación va acompañada del factor social, la era de Internet y la sobreinformación. No podemos estar quietos o en silencio. Somos multitasking, ocho-brazos, siempre con la mirada en mil sitios. Y eso tiene que ver mucho con el proyecto y con otros que están saliendo ahora, con el jugar al estímulo, a sorprender. No a hacer tanto una canción al uso”, reflexiona Ralphie al respecto.

Su último álbum es un viaje, con base pop en su mayoría y toques y detalles de experimental en el recorrido, que nos zarandea de un lado a otro sin parar. Mientras saltamos por el recorrido, aparecen otras voces a las que Ralphie arrastra a su terreno manteniendo su esencia, como es el caso de Abhir en la canción que bautiza el disco, ‘SUPERNOVA’.

‘SUPERNOVA’, a pesar de ser un camino caótico, es también –en su esencia– lineal. Después de la declaración de intenciones que es la introducción ‘Juan Salvador Gaviota’, pasamos a ‘NHF’, un tema en el que empieza con la voz de Ralphie, acompañada de una base brillante, advirtiéndonos de que ha alzado el vuelo: «pájaro que vuela ya no volverá / yo no quiero ser nada / máxima conexión con los ángeles del cielo». Un discurso que potencia con la intensidad de ‘BULERÍAS DE UN CABALLO MALO’: constancia, fuerza, compás, delicadeza y amor.

Pero el viaje nos lleva al pasado, haciendo retrospectiva en canciones como ‘TOTAL90NOSTALGIA’ –que hace referencia a las zapatillas que lanzó Nike en la primera década de los 2000, y que gran parte de nuestra generación recordará en su infancia–: una nana que nos transporta a esa época primigenia, inocente, “en la que no había preocupaciones”, de la que Ralphie tira para “decirse cosas a sí mismo desde el pasado hasta el ahora”, desdoblándose como si fuese su propio hermano mayor. Una canción en la que se aconseja sobre todo aquello que ya sabe en el presente. Y sin aprendizaje, crecimiento y proceso, esa sabiduría no habría existido.

La transición de ‘BÓ’, un interludio experimental que también remite a la infancia, con balbuceos que recuerdan a los de un bebé casi recién nacido –como los que introducen ‘GATA’– acompañado de un piano, culmina en uno de los platos fuertes del álbum; ‘WHIPCREAM’ ft. Paris Texas. “Es una canción que sale del corral de Andrés (Drummie), una finca en Aranda del Duero. Estábamos cansados de hacer música seria, y de ahí salió la melodía que hace Drummie con la flauta. A mí me recordaba mucho al remix ‘Hot’ de Young Thug, Travis Scott y Gunna, en el que tienen el sample y la base detrás. De hecho, la letra que se ha quedado es una improvisación del momento con un micro y un calcetín encima, saltando en el mismo sitio”, explica Ralphie acerca de la composición del tema. Una canción que ejemplifica a la perfección el peso de la acústica en el disco, que en combinación de sonidos artificiales, crean la macedonia de la que hablábamos antes.

Tras el bombazo, volvemos a una aparente tranquilidad con ‘WCID?’. Una canción progresiva donde la fuerza estalla justo al final, en la que las voces hablan sobre el miedo, las angustias y la dificultad de seguir adelante en algunos momentos. ‘GATA’, sin embargo, compensa el ánimo con ritmos de salsa y un discurso romántico que nunca falla. Una de cal, una de arena, como la vida misma. ‘MÁQUINA CULONA’ junto a Mura Masa sigue en ese tono desenfadado y positivo. “La colaboración con Mura Masa nace de que Pitchfork seleccionó ‘BULERÍAS DE UN CABALLO MALO’ como best new track. Y su sello se organiza, hace que nos conozcamos y tuvimos una sesión con él. Un día entero juntos en el estudio haciendo la canción… y no la hemos tocado desde ese momento” comenta Ralphie Choo acerca del trabajo conjunto.

‘VOYCONTODO’ ejemplifica la motivación, la determinación y el objetivo; ‘SUPERNOVA’ vuelve a apelar a la humildad y al reconocerse a uno mismo entre la fama y la gloria –un recordatorio de autenticidad– que da paso a ‘TANGOS DE UNA MOTO TRUCADA. Desde mi punto de vista, uno de los temas más especiales de la carrera de Ralphie, en el que predomina el acústico orgánico al que nos remitíamos anteriormente, entre patrones rítmicos cambiantes y percusiones que guían el recorrido. No es casualidad, entonces, que fuera el tema seleccionado por COLORS: “Por el tiempo que teníamos no se pudo hacer algo más elaborado, me hubiera gustado hacer algo más con palmeos o con las cuerdas, pero me acuerdo que no me sabía muy bien la canción, y estaba en yendo hacia allí con los auriculares cantándola una y otra vez. Estoy muy contento de que eligieran esa canción en concreto, porque es una canción que hace lo que quiere, rompe con un montón de adlibs de videojuegos (‘Clash Royale’ y cosas así) y termina súper loco con un bombo 808s, las palmas, el piano yéndose de madre…”, cuenta el artista.

Ralphie, no obstante, no se siente precursor de nada. No he traído un sonido nuevo porque no existe un sonido nuevo. Existe una reinterpretación, una recontextualización de elementos y una manera de ver todas las cosas que tenemos al alcance. No he hecho una receta nueva, he hecho una reinterpretación de una receta que puede estar muy rica, pero no es la receta de la abuelacomenta. “Intento hacer sentir algo a la gente, a partir de cualquier vaina que me pueda hacer sentir algo también a mí y que evoque algo: una pregunta, una respuesta, un sentimiento…”, añade, resumiendo el objetivo del sonido y la estética del proyecto.

Las palmas que guían al oyente por ‘SUPERNOVA’ también son la base de ‘BESO BRUMA’, el último pico de energía del álbum antes de culminar con ‘METAVERSE’ que cierra con el verso «solo caminar, solo caminar, solo caminar, solo caminar».

Quiero llegar hasta donde pueda, hasta el máximo. No voy a parar. Siempre voy a intentar hacer cosas nuevas, voy a intentar superarme y voy a intentar no copiarme a mí mismo. Esa es la premisa más importante. Es más importante el progreso personal y luego lo que le enseñas al público, que en sí hacer canciones para el público, o ganarte el respeto del público, o tener más escuchas del público. Me parece más nutritivo mi proceso personal y no repetirme para la música”, reflexiona. Pensaba que ‘SUPERNOVA’ iba a ser un álbum de nicho, del artista favorito de tu artista favorito. Más de gente que está metida en la música, gente que tiene más bagaje. Como que iba a ser más fácil de asimilar para esa peña que para un público más global”, añade respecto a la recepción que pensaba tener del álbum. Sin embargo, no ha sido del todo así.

Ni caminar, ni volar. El recorrido que es ‘SUPERNOVA’ combina las dos: “El álbum es un proceso de introspección en el que voy madurando y asumiendo responsabilidades. Ha sido un proceso muy largo, porque se ha madurado durante dos años. Eso creo que es la clave también para no cansarte de las canciones. Cuando haces algo a corto plazo, igual sientes que no lo has dejado reposar lo suficiente.

¿Conclusión? Caminar para volar. Como la gaviota en la fábula de Richard Bach, Ralphie narra en la fábula propia que es ‘SUPERNOVA’ su aprendizaje y desarrollo personal. Un viaje en el que finalmente alza el vuelo, solo que con música.

Texto: Elena López