Orgullo, celebración y homenaje.
ABHIR & SAINT LOWE
firman BROWN BOY

El nuevo álbum de Abhir junto a Saint Lowe se presenta al público con una fotografía de Murlí Bhatia tomada en 1994 en Mumbai. Y no es casualidad que se trate de un retrato de una mujer hindú el día de su boda, sonriendo y mirando fijamente a cámara: Las bodas en la cultura india son el momento más importante de tu vida. Diría que ese, y el momento en el que ves que tus hijos se hacen mayores y prosperan. Yo he ido a una boda hindú en mi vida, de mi prima mayor, y ahí fue donde yo entendí porque hay una sensación de trance en una boda hindú, y no en una boda cristiana. Es la celebración más grande posible que me puedo imaginar, y el trance se junta también ahí. Todas las portadas del álbum giran en torno a una celebración, y es lo que es para mí el disco, una celebración. No es un disco de superación, ni de tristeza… Es un disco de disfrute”, explica Abhir.

‘BROWN BOY es una celebración: /soy marrón, no moreno, para un cerdo soy un vándalo/ Por las pintas y la salsa ¿no? / por la tinta y por la grasa, ¿no?/ por el nombre y por la barba ¿no?/ Soy el puto bro, aguántalo/ proclama en ‘BANGLADESH’. La celebración de unos orígenes, de una identidad, la celebración de la humildad y de la nobleza, con la fuerza y la determinación del que sabe cuál es su sitio y lo proclama. Una declaración contundente, a la que llegar no ha sido tan fácil como puede parecer.

Abhir comenzó su trayectoria como artista de la forma más sencilla posible; porque era lo que más le gustaba. Creció escuchando a referentes como Akon, Eminem, 50 Cent o Ne-Yo, hasta llegar a un punto que lo cambió todo: “En cualquier otra cosa iba a ser mediocre, nada me iba a importar tanto como la música para intentar no serlo. Sobre todo después de estudiar, en mi familia no estudiar se consideraba un fracaso para mí. Porque todo lo que habían hecho hasta ese punto, emigrar de India a Canarias, era para que yo pudiera estudiar. Por tanto, no estudiar, casi que se descartaba. Después de estudiar curré, tuve un trabajo de oficina, y estaba cómodo, pero a medias. Lo único que me daba ganas de hacer cosas, vivir, adrenalina y sensaciones fuertes era la música, declara.

En 2021 liberó su álbum debut, ‘Lazos y Nudos’. Un álbum que todos los amantes del R&B llevaremos en el corazón, da igual los años que pasen. Pero, en ocasiones, ni un buen feedback ni la proyección son suficientes, si uno no es fiel a sí mismo en el camino. “A principios de 2022 me desenamoré de mi proyecto. Creo que es normal, todos tenemos crisis, y hay momentos de revaluación de esa crisis, pero llegó un punto en el que me di cuenta de que no me gustaba lo que estaba trayendo al mundo, no me apetecía seguir dejando cosas que no me parecieran bien y me dije ‘vamos a intentar hacer algo que esté guapo’. Entré en un ciclo en el que me cuestionaba lo que era la música para mí, lo que me estimulaba y lo que quería. Y lo que quería, simplemente, era estar tranquilo, ser feliz y hacer música, confiesa el cantante.

2022 fue un año de colaboraciones para Abhir, quitando singles como ‘Agárrate Fuerte’, ‘Agua Bendita’‘Keonda’. Una temporada en la que el artista estaba callado, transicionando para preparar algo más grande: Sabía que tenía que cambiar algo y no moverme en caliente, porque las canciones se quedan para siempre y ese sentimiento amargo me quitó las ganas. Me desenamoré de todo, no solo de mi música, sino de todo lo que la envolvía. Y cuando eso te pasa es algo interno. Entre eso, que fue como la hostia interna, hablar con gente inspiradora, quitar a gente que estaba en otra de mi vida, ir a terapia y escuchar discos como ‘MOTOMAMI’ –Rosalía hizo lo que quiso cuando quiso–, hizo que me diera cuenta de que mi problema era la intuición. Mi intuición me decía que hiciera una cosa y yo hacía otra. ¿Por qué? Por seguridad: porque quieres comer, tienes un alquiler, gente contratada y por presiones externas” reflexiona.

Abhir entonces dejó todo aquello de lado y empezó a fluir, a ser fiel a sí mismo y seguir su intuición. “’Lazos y Nudos’ no es un proyecto que dé esa sensación, pero fue correcto y medido. Y me aburrí. Quiero disfrutar todo lo que pueda. Y si ahora mi intuición dice X, es X, y no lo pienso de vuelta”, confirma. La terapia fue muy importante para eso. Te hace replantearte la influencia que han tenido tus padres sobre ti, las decisiones que tomas… Yo siempre estoy intentando demostrar mi valía porque de niño me sentía en deuda con mis viejos. Y empiezas a entender todo. Llegó un momento en el que me prometí que iba a hacer lo que me saliera de la polla y que llegase lo que tenía que llegar”, añade.

Se vio en un punto de no retorno, con una determinación que no iba a dejar de lado aunque las cosas salieran mal, y fue a por todas. De ahí nace ‘BROWN BOY’ y el verdadero Abhir presentándose al mundo. No es casualidad que su primer adelanto fuera ‘GO GETTER’: /tu vida es tuya, hoe/. Junto a Saint Lowe, “pegaron un volantazo” y, la verdad, es que las cosas salieron bien.

Quizás ‘BROWN BOY’ no es lo que los amantes de ‘Lazos y Nudos’ esperaban, pero cuando algo es puro se recibe puro, y eso Abhir lo tiene claro: Si hiciera lo que los demás quieren que haga, ahí les estaría decepcionando de verdad. Además de la disputa mental que seguiría teniendo, y que ya no tengo, como oyentes les fallaría, porque si volviera a hacer algo parecido a ‘Lazos y Nudos’, no les iba a golpear. Y no me refiero al éxito ni a los números, sino a que no lo sentirían sincero. Y para mí, eso es el éxito”, comenta.

‘BROWN BOY’ es orgullo, disfrute y representación. Un disco que aglutina las influencias del rap experimental, el trap y el sonido de Houston con samples del folklore indio, que tienen como protagonistas las voces envolventes y el sitar, y una base percusiva muy potente que marca el ritmo de todo el proyecto. Todo ello, pretende elevar al oyente a ese trance colectivo que tanto Abhir como Saint Lowe han procurado en esta nueva etapa. “Hay un sentimiento en vivo, con el volumen muy alto y los bajos graves que se asemeja a lo que siempre busqué en este disco. ‘BROWN BOY BOUNCE’ es un ejemplo, y es todo muy elemental. El directo del Riverland fue muy bonito, porque había mucha gente en la energía, y lo viví y me pregunté: ‘¿Será que todos estamos vibrando muy alto ahora mismo?’. Y creo que la gira va a ser eso por mil. Pero ese concierto marcó el inicio de mi gira de verdad, demostró que el cambio no estaba solo en Spotify, explica el cantante.

/Slow the time, quiero sentirlo todo/, confiesa Abhir, como un mantra, en ‘GC-1’. Una decisión que tomó sin remordimientos, buscando un cambio, y que es el paradigma del discurso del álbum. Sentirlo todo fuerte, puro y como venga. Con sus altos y sus bajos, con la determinación y la debilidad, mezclando lo clásico, lo novedoso y  las raíces. “La música no lo es todo, y antes de ser músico, soy Abhir”, comenta. Una propuesta en la que no todo valía, que Saint Lowe entendió y supo materializar junto a Abhir en los 17 temas.

Tras la intro de ‘SHANTI’, ‘BANGLADESH’ golpea fuerte, como un puñetazo, que se nivela con un tema tan intimista como ‘ABEL’ en el que proclama: /hoy me siento solo en este mundo y está bien/ hoy necesito que alguien esté aquí, porque estoy cayendo/ he empezado a no sentirlo y no quiero caer/. Un momento de introspección que nos guía hacia ‘YALLAH’ junto a WE$T DUBAI. Una canción que solo hace pensar en una cosa: reivindicación. “Dicen que los hindúes y los musulmanes tienen dificultad para conectar, y ‘Yallah’ es la prueba viva de que no tiene porqué ser así. Soy yo con mi hermano marroquí liando el taco porque nos apetece y nos queremos” explica Abhir, entre risas. “Yo le quito mucho el hierro a las cosas porque vivo más liviano así, pero Rachid es un icono en Canarias. Y es una persona que empezó a hacer lo que quiso mucho antes de que otros tomaran su camino, para mí trajo una antorcha en las islas, por la que le odiaron mucho, por hacer trap cuando lo que molaba era el rap conciencia. Rachid lo tiene dentro, improvisó su verso y me parece mejor que el mío. Hicimos ese tema en tres horas” añade. Un tema que firman Saint Lowe, Govea la firma y PMP en la producción, y que tiene mucho más significado más allá del flex: El disco se llama ‘BROWN BOY’, pero no indian boy. Un magrebí es un brown boy también, y eso me parece bonito. Rachid es una persona que representa muy bien la actitud de brown boy y la lleva por bandera” comenta Abhir.

Después de ‘CA’ MANOLO’ junto a Quevedo, pasamos a ‘GC-1’. La piedra angular del álbum, que se sustenta en cambios de registro, patrones de ambient y la voz seductora de Dwara, una artista finlandesa que creció en un internado en India y conoce la escala de canto hindú, que en un principio iba a hacer arreglos para ‘ABEL’ y acabó siendo la pieza indispensable aquí. “Se hizo la misma semana que ‘Agua Bendita’, fue la primera. ‘Brown Boy’ es perfecto para que saliera, porque es una contraposición que te cagas. Es un viaje”, comenta. Un viaje en el que Abhir, con poco, habla de lo que es crecer y del peso de la soledad.

Las canciones posteriores nos acompañan en un cambio de mood, que llegan a su pico de energía con ‘SHTOOPID’ y ‘HOTTEST.YOUNG.MEN.in.BIZNESS’ junto a Ébano y Cruz Cafuné, respectivamente, y el himno que es ‘BROWN BOY BOUNCE’. “Si no hay uno, el otro me aburre. Me hacen falta los cuatro temas que hay low y vulnerables para que los otros te los creas de verdad. Y que me los crea yo, que es lo importante. Siento que todos los registros son equidistantes y necesarios entre sí. Todas las colaboraciones, además, son identidades muy seguras, muy auténticas y que tienen mucha personalidad en su proyecto. Eso es lo que a mí me sorprende, no tu disco de oro”, explica Abhir.

‘HIJO DE INMIGRANTE’, con Galindo, vuelve a bajar el tono, para pasar a ‘MANGO LASSI’ junto a Juicy BAE y ‘TUTUTÚ’, en solitario, –más desenfadadas, potentes y divertidas– que abren camino a ‘BOMBAY LAS PALMAS’, una rapeada de cuatro minutos en la que Abhir cuenta cómo ha estado y nos resume el proyecto. /Y antes de to’/ yo sabía/ Y eso es to lo que importa al final del día/ Y no es na’ si lo comparo a mi familia/ Vuelo sin garantía pa’ buscarse la vida/ de Bombay a Las Palmas, solo el viaje de ida/.

Mi música se la debo a mis padres. Simplemente cambiamos, nos hacemos mayores y en este proceso me di cuenta de todo lo que tenía que pasar para que se diera este momento, esta sensación de libertad y este disco. Se lo debo a mi herencia. A mis viejos por hacer ese viaje, a mi abuelo por fundar el pequeño comercio que fundó que luego heredaron mis padres, con el que salieron de la pobreza y me pudieron mandar a estudiar. Sin ellos no estaría aquí. Yo no me atribuyo esto a mí, soy un producto de todas estas cosas. Toda la historia de mi abuelo, de mis padres, el salir de la pobreza, me lleva a mí,  que soy un pibe diciendo tonterías en un track. Y me lo paso bien, y a la gente le gusta, y puedo comer y pagar el alquiler, y estoy contento”, se sincera Abhir al respecto.

‘BROWN BOY’ es un homenaje. Es la aceptación, del pasar de sentirse distinto a sentirse orgulloso. “El discurso del álbum no es, ‘soy un brown boy’, es ‘menos mal que soy un brown boy’. Me gusta ahora sentirme distinto. Yo crecí como un pibe canario en Las Palmas. Si todos tus colegas son canarios, haces cosas de pibe canario, hablas como un pibe canario, piensas como un pibe canario y luego en tu casa choca… es normal que tengas un pequeño conflicto. Lo que pasa es que nunca me paré a pensarlo y abrazaba más mi lado canario. No hay ningún sentimiento de culpabilidad, sino que he tardado un poco más en abrazarlo, y ha llegado en el momento perfecto, declara Abhir.

Haciendo referencia a ‘BOMBAY LAS PALMAS’, Abhir ahora mismo es el elefante en la habitación, ya lo dicen sus apellidos. Y como canta en ‘ALYX’ junto a Juicy BAE:  /Pensé en quitarme del medio pero algo me hizo clic/ Y no vuelvo más, nunca más, nunca más/ We not going back, going back, going back/. Ya no hay vuelta atrás.

Texto: Elena López
Fotografías: @javiwestt / @quietocarlos