Ha llegado el día esperado por muchos y temido por otros: Halloween. Si eres un apasionado de las series y, sobre todo, del género de terror, la cosa se magnifica. En este día, siempre existe un sentimiento que lo hace especial, las ganas de ver películas o series que nos inciten a pasarlo un poco mal. Ya se sabe que sarna con gusto… En el caso de las series, todo el protagonismo se lo lleva American Horror Story, la gran referente de la cadena FX. La quinta entrega ha vuelto en forma de hotel y, de momento, sus cuatro estrellas no se las quita nadie.

La nueva temporada de AHS entra en materia desde los primeros segundos, sumergiéndonos directamente en el caos y oscuridad sin ninguna premeditación. Un hotel situado en Los Ángeles, con numerosas dependencias habitadas por personalidades variopintas, muchas de ellas alejadas de lo corpóreo y humano, serán las encargadas de hacerle agonizar a cualquier nuevo inquilino del hotel, espectador inclusive.

Esta temporada cuenta con novedades e importantes cambios de roles que han dado paso a la dañina comparación. Desde el inicio sabíamos que Jessica Lange, la madonna o maestra de ceremonias de todas las temporadas previas, esta vez no formaría parte del elenco de AHS,  dejando el relevo de diva del horror a Lady Gaga. Ya de por sí, esto levantó un gran revuelo entre los más seguidores, acostumbrados a ver a Lange como personaje principal. Pero Gaga, cantante y ahora actriz, acapara todos los focos y se emplea de muy buena forma en su personaje, haciéndonos olvidar a veces que se trata de la  superestrella de ‘Bad Romance’. Sabemos que entre lo extraño y lo atípico ella se encuentra en su salsa. Quién sabe si no rescatará de su armario su disfraz de carne cruda.

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Wes Bentley se agencia el papel principal, un policía atormentado que busca entender que sucede en el hotel, donde encontrará a Evan Peters, ya imagen icónica de la serie y a la multidisciplinar Sarah Paulson, junto a otros rostros conocidos de AHS como Kathy Bates, Finn Wittrock o Matt Bomer. Lo que más atractiva hace a esta entrega, aparte del hipnótico decorado de rojos, dorados y negros, son los huéspedes del hotel. En él podemos encontrar de todo: vampiros del futuro, niños secuestrados, criaturas sin rostro, fantasmas y hasta algún que otro adicto a las torturas. Aun es pronto para adelantarse, pero lo que más nos inquieta es saber el motivo por el que han acabado todos esos seres allí reunidos y mucho más, cual es la relación entre ellos, si existiera.

El año pasado, por estas fechas tan señaladas andábamos con la misma expectación que ha generado esta edición. La cuarta temporada centrada en un circo de los horrores era probablemente la propuesta con más jugo de todas las anteriores, y tras pasar por una casa de fantasmas (‘Murder House’), un psiquiátrico (‘Asylum’) y una historia de brujas (‘Coven’), esta última (‘Freak Show’), era la idea más suculenta para sentir en nuestras carnes el propio espanto. Pero nada más lejos de la realidad, se quedó en poco mas que una buena idea. Porque aunque la atmósfera que consigue crear ‘American Horror Story’ en todas sus entregas siempre es deliciosa y técnicamente impoluta, cuidando el mas mínimo detalle, a nivel de guión dejó bastante que desear.

Por ello venimos algo reticentes de la anterior y ‘AHS Hotel’ se mirará con lupa. Aún así, esta nos recuerda más a la primera entrega, ‘Murder House’, la que les hizo entrar por la puerta grande. Quizá sea por la similitud de escenarios y personajes, pero si sigue con la misma dinámica podrá rivalizar para ser la mejor entre las cinco. Aunque hay que decir que en esta temporada quizá sobre sangre y falte susto, la temática vampiresca suele acaparar la mayor parte del capítulo y a los más sensibles puede costarles seguirla. Es siempre difícil medir entre miedo, angustia y terror psicológico, por ahora prima la segunda.

Ya tenemos un buen plan para esta noche y eso que casi todas las habitaciones del hotel AHS están reservadas para este Halloween, pero hemos conseguido alquilar la suite presidencial y te invitamos a pasar con nosotros.