Hay artistas a los que todo el mundo debería dar una oportunidad en la vida. Da igual el género musical al que profeses tu fe, hay artistas que traspasan esas absurdas fronteras y con algo tan ‘simple’ como una enorme sensibilidad consiguen remover hasta al corazón más crudo. Y ese precisamente es el caso del artista que nos ocupa.

Llegó al mundo de la música con 13 años y, pese a que el tiempo aún no ha hecho toda la justicia que merece con su arte, el de Coruña ha conseguido poner el nombre de Katanga bien alto, el de D.L. Blando bien profundo. Con el objetivo de recordarnos con cada uno de sus temas que tenemos la capacidad de sentir D.L. Blando nos presentaba hace poco ‘Mad World’, una puesta de largo que recoge la sabiduría de años al abrigo de la música.

Fotografía: @danielsambad

Asegura que a pesar de que ha aprendido mucho y no va a pasar por cosas por las que a lo mejor pasaría cuando tenía 13 o 14 años, sigue “con la misma ilusión y las mismas ganas de siempre”. Algo que se intuye en su último trabajo, un disco que a pesar de la calidad de la que hacen gala sus temas y de los buenos números que está cosechando en plataformas como Spotify, parece albergar aún música reducida a un sector del público muy concreto. “Hay artistas que son para una gran masa de gente y hay otros que son artistas de culto para esos artistas que mueven masas. Nosotros quizá nos vemos un poco más enfocados en esa movida, en el rollo de que los artistas que mueven mucha gente nos tienen mogollón de respeto y siempre nos han tenido en cuenta. Creo que hemos hecho un disco que con el paso del tiempo va a ser un disco de culto, por como lo enfoca la gente, pero no creo que hagamos una movida para grandes masas ni para que se lo trague toda la peña”.

«Creo que hemos hecho un disco que con el paso del tiempo va a ser un disco de culto,

por como lo enfoca la gente”

Quizá uno de los motivos que aboca a su música a ser, al menos de momento, refugio para gente con criterio musical es innovar con sus propuestas, adelantarse a su tiempo. Un hecho que en ocasiones pasa factura. “Quizá si hubiéramos llegado más tarde con las cosas, como les pasa a muchos otros artistas que cogen el rebufo de una onda un año o dos tarde, que es cuando llega a España en realidad y es el momento en el que se lo va a tragar la gente, habría sido diferente. Puede que ese sea nuestro problema. Pero bueno, a nosotros no nos importa porque lo que queremos es seguir aprendiendo y no quedarnos estancados. Estamos contentos”, comenta.

 

AUTOEXIGENCIA Y POCO APEGO A LAS REDES SOCIALES

Tan solo hace falta una escucha a su nuevo trabajo para intuir el grado de autoexigencia del artista, un aspecto que lleva un tiempo limando ya que llevado al extremo puede pasar de convertirse en un input a volverse una pesada carga. “Soy un verdadero tocapelotas. Llevo una temporada delegando un poco más en la peña y fiándome. Debería haberlo hecho antes porque con la gente con la que trabajo lo hago obviamente porque confío en ellos y para mí son los mejores. Pero hasta hace no mucho tenía que estar presente en todos los procesos: producción, mezcla, máster, vídeos… delante de todo. Puede decirse que sí que soy exigente».

En ‘Mad World’, D.L. Blando ha logrado vaciar toda su oscuridad para dar luz a otras mentes. Lo hace disfrazando sentimientos como el amor y utilizando códigos para que el oyente pueda llegar a sentirse identificado con él. “Es una satisfacción personal ver que alguien que está en otro punto del país que no tiene nada que ver contigo, que no ha crecido como tú ni ha vivido las cosas que has vivido tú está extrapolando sus vivencias a tus movidas y las está sintiendo de esa manera. Mogollón de gente me habla para pedirme consejo”.

Dentro de esas vivencias que comenta D.L. Blando hay una sombra que rodea siempre sus temas. El halo de tristeza que inunda sus canciones no es más que un reflejo de lo que el artista siente por dentro, de lo que más le inspira. Preguntado sobre si considera que la felicidad y la tristeza son elecciones de vida o imposiciones que acabamos adoptando como inexorables, el artista considera que “cuanto más inteligente es una persona más triste es todo, porque entiende todas las movidas. No se si todo el mundo puede elegir o no. Se que hay gente que sí, pero también se que hay gente que no, que vienen las cosas de un modo y no pueden elegir no ser conscientes de lo que les rodea. Si llega el punto en el que tomas conciencia y eres consciente de lo que te rodea y de lo que eres, de que eres uno más, no hay nada que puedas hacer ni que tengas que hacer para ser más que nadie ni más que nada. Somos una pieza más. Es inevitable sentirse de esa manera”.

Fotografía: @danielsambad

A pesar de reconocer que es una persona que no se ha drogado nunca, que no bebe ni tiene vicios, D.L. Blando confiesa tener muchos defectos conviviendo a diario con sus virtudes. “Intento siempre reparar mis defectos, aprender y mejorar, pero hay ciertas cosas que has hecho, han pasado y no has podido remediar. Y muchas cosas de las que te arrepientes”. Precisamente para no tener que arrepentirse el artista afirma luchar a diario contra el olvido, al que considera uno de esos grandes males a los que debería enfrentarse toda personas.  “Lucho por no olvidar nada de todo lo que he vivido, ni a la gente que ha pasado por mi vida. El olvido es lo más triste que hay. Las personas deberíamos aprender a no olvidar, a no poner a una persona para olvidar a otra. Todas las cosas que has hecho en tu vida son las que hacen que tú seas quien eres ahora mismo. Y quizá lo malo que hacemos todos sin darnos cuenta, porque es una cosa súper natural, es olvidar las movidas que creemos que tenemos que olvidar”.

Pese a abogar por el no al olvido, estoy segura de que si le dieran la oportunidad de resetear el planeta no dudaría en hacerlo. Su música y sus redes están llenas de consignas contra este mundo loco que nos ha tocado vivir, hasta tal punto que una de las soluciones que ha mencionado en alguna ocasión para poner fin a tanto sinsentido sería la extinción de la raza humana. “Somos humanos y aunque pensemos en algún momento que somos distintos o somos especiales en realidad somos la misma mierda todos. No hay más que ver la puta sociedad en la que vivimos, hacia dónde vamos. No tiene sentido nada. No tiene sentido que tengas un móvil de 1.000 euros en el bolsillo con el que estás viendo en Instagram animales en vez de no comprarte ese móvil e ir a ver esos animales que dentro de 10 años se van a extinguir y no van a existir. Te estás perdiendo muchas cosas. O los putos discursos que tiene la peña ahora, que se lo tragan todo los chavales. O que tengamos que estar hablando en el primer mundo de movidas como el feminismo, que es algo de lo que no deberíamos ya ni estar hablando, algo que tiene que caer de cajón. Debería sobrar ya tener que hablar de esas movidas«.

Poco defensor de las redes sociales D.L. Blando prefiere dedicar su tiempo a hacer música, que es lo que le motiva y se le da bien, a pasar horas frente a éstas con el simple objetivo de estar presente y crear tribu. “Me dicen que tengo que utilizar las redes, que hay mucha peña que solo por utilizarlas bien se nota la repercusión que tienen, y a mí me raya un huevo tener que estar en eso. Yo quiero estar haciendo música, no colgado de Instagram y todo ese rollo. Entiendo que sea una herramienta necesaria, pero me toca los cojones que lo sea hasta ese punto. Nosotros tenemos tantos streamings como mucha gente con mucha repercusión pero luego la gente no nos sigue. Es como que la gente quiere escuchar la música, no quiere ver al personaje. Luego está el caso contrario, peña que no tiene streamings pero tiene mogollón de seguidores. Hay algunos que ya son personajes públicos de tal manera que la gente quiere seguirlos y ver lo que hacen pero no escuchan su música».

“La gente del mainstream que está viendo dinero en la industria se está fijando en lo que estamos haciendo los chavales. En vez de amoldarse el artista a la industria habría que intentar cambiar ese rollo y hacer el hueco más grande. Pensé que había gente que lo iba a hacer pero no lo ha hecho”

No es por tanto raro que lejos de la concepción actual del arte, en la que se da más importancia al tema monetario que al arte en sí, D.L. Blando y los suyos muestren una actitud bastante diferente ante la música. “Muchos artistas ahora mismo tienen el discurso de que tienes que saber venderte, que si no vendes no vale para nada. Nosotros entendemos el arte y la música de otra manera. Sería la polla poder dedicarnos todo el tiempo a hacer música pero en mi equipo todos curramos en otras cosas menos wax.dee, que es técnico de sonido. Eso nos limita a la hora de sacar trabajados periódicamente. Al principio nos agobiábamos un poco con eso pero con el tiempo hemos aprendido a hacerlo a nuestro rollo y ahora podemos trabajar al mismo nivel y hacer la misma cantidad de curro que peña que no tiene nada que hacer más que eso”.

El buen momento por el que pasa la música de D.L. Blando lo certifica no solo la buena acogida de su último disco si no el hecho de haber logrado consolidarse como un artista respetado que va ganando terreno poco a poco. “A nosotros no nos escucha una burrada de gente ningún tema, pero los escuchan todos por igual, todas y cada una de las cosas que sacamos tiene la misma repercusión. Y a veces piensas:  ‘joder no hay ningún tema que pegue subidón ni nada´. Está yendo para arriba la movida pero despacio, progresivamente. Pero casi que mejor. Igual no es bueno subir rápido porque luego puede bajar rápido también».

Para mí y la peña que curra conmigo creo que habría sido mejor pillarnos cuando éramos unos chavales y no nos importaba hacer lo que fuera. Ahí sería la polla haber vivido esta movida y este rollo de que hay dinero ahora mismo y se puede vivir de esto si te lo montas bien. Pero es un buen momento para la música y para este rollo”. A pesar del buen momento actual D.L. Blando, dentro de esa exigencia que le caracteriza, cree que tal y como ocurre en otros países la cosa podría ir mejor en España. “En EEUU hace años que está sonando gente en la radio pero no por hacer reggaeton ni el producto que vende. Migos suena en la radio en EEUU. Aquí deberíamos currar para que eso pase, porque es obvio que la gente del mainstream y que está viendo dinero en la industria se está fijando en lo que estamos haciendo los chavales. Yo creo que se debería aprovechar mejor la movida y en vez de amoldarse el artista a la industria habría que intentar cambiar ese rollo y hacer el hueco más grande. Pensé que había gente que lo iba a hacer pero no lo ha hecho. Todavía queda la posibilidad. El cambio ha sido brutal y lo que se ha hecho se ha hecho de puta madre, pero necesitamos más cambio”.

 

HOMOGENEIDAD Y DICTADURA ACTUAL DE LA MÚSICA

“Los que están moviendo esta movida ahora mismo son los chavales y la gente nueva que viene. Y la gran mayoría de estos chavales están influenciados o por un grupito o por otro, que son siempre los mismos, y se tragan la película de unos o la de otros. Parece que no hay vida más allá de ese rollo. Todos quieren ser C. Tangana o quieren ir de Yung Beef,  y no hay nada más alrededor de esa movida. Y los medios en cierta medida están perpetuando esto. Se está monopolizando la movida hasta tal punto que tienen que decir que tú molas o no para que moles, y eso es un coñazo. Ahora que estamos en un momento en el que puede haber tal diversidad e impregnarse de tantos colores la movida está habiendo una especie de censura, se está limitando todo a dos grupitos de amigos. Es un poquito desesperante. Pero de qué me voy a quejar yo si mira los números que tiene Rels, por ejemplo, y yo no he visto un puto medio que se haya hecho eco de su disco”.

La misma problemática que presentan los medios se está generalizando también entre los artistas, empeñados últimamente en imponer unas normas que no están contribuyendo más que a cercar al arte. “Es una movida rollo el PP del Trap, vamos a meter a nuestros cuñados y a nuestros amigos. Los que están ahora están haciendo lo que hacían los puretas. Han quitado a esa gente para ponerse ellos en lo mismo. No han cambiado nada y siguen vendiendo la peli de que han cambiado el rollo, y parece que hay que darles las gracias. Cuando estás metido dentro te das cuenta de que un grupo de amigos son los que están dictando lo que se hace y lo que no. Si ellos dicen qué es lo que mola y lo que mola es lo que están haciendo ellos, pues hay que hacer lo que ellos hacen porque hay que molar. A mí me importa una mierda que alguien me diga `esto mola, esto no´. Hay que premiar y valorar el talento y a la gente que se lo curra. Pero al final te das cuenta de que todas las movidas funcionan así. Hay que estar en el sitio que tienes que estar y con la gente que tienes que estar. Hay mogollón de peña que es la puta hostia y de la que nadie sabe nada”.

“Se está monopolizando la movida hasta tal punto que tienen que decir

que tú molas o no para que moles»

Es curioso como a lo largo de la entrevista D.L. Blando habla en muchas ocasiones en plural al referirse a sí mismo. Lo hace porque para él su música es fruto de un equipo al que en todo momento quiere poner junto a él en primera fila, algo poco habitual en esto de la música. “Hay mucha peña que lleva ahí mogollón de tiempo por la peña que tiene alrededor y la música que le están haciendo. En la escena ahora mismo es más grande incluso el ego de cierto artista que el arte que tiene. Todos son números y todo es querer tirar para arriba, engordar los números de ese artista. Y si le das al productor más crédito del que deberías darle es como que desvías la atención del producto que quieres vender. Pero ahora mismo no hay calidad en los artistas para el nivel de producción que hay. Hay un puto nivel de beatmakers que es increíble».

Lo de D.L. Blando es música emocional en una época en la que prima lo banal, la fast music. Un hecho que puede volverse un must a la hora de convertirse en música más longeva, con más trayectoria en el tiempo. “Mucha de la música actual está basada en consignas actuales o palabras que están de moda. Cuando pase el tiempo y ya no mole decir esa palabra ese tema no le va a hacer ni puta gracia a nadie. De lo banal se olvida todo el mundo, te dura dos años y luego nadie se acuerda de esas movidas. Pero si te estás metiendo más al rollo de intentar transmitir emociones, da igual el tiempo que pase que vas a seguir transmitiendo porque la gente que va a consumir tu música seguirán siendo personas. Creo que puede ser un poco más duradero ese rollo, y creo que va a serlo con el paso del tiempo. Ahora mismo para darte cuenta de si algo va a transmitir necesitas que madure”.

El futuro que le espera es, además de prometedor, bastante fructífero. Convencido de que no necesita unas vacaciones porque hacer música es lo que le llena en esta vida, D.L. Blando mira hacia adelante con varios inéditos en la recamara preparados para salir en breve, varias colabos que están hechas y que no metió en su día en el disco porque quiso darle un rollo más personal, y unos cuantos vídeos más de su reciente ‘Mad World’. Y esto es solo el principio. Prepárense los amantes de la buena música porque hay D.L. Blando para rato.