Denom, la parte por el todo
Hace unos meses nos inyectó veneno en vena junto a Ikki en uno de esos temas que te dejan enganchado, con ganas de más. Hoy Denom regresa con el ansiado antídoto que pone fin al tiempo de espera, «Una Parte de mí», una primera referencia musical a nivel profesional con la que el artista deja patente que era el momento de dar un paso adelante y escribir su nombre, cual graffiti de esos que tanto le gustan, en nuestras mentes.
Pese a que muchos le han descubierto tras fichar por Grimey Music, Denom lleva años de idilio con la música: cogiendo ritmos de Internet sobre los que expresarse, girando con Costa, rociando nuestros oídos con ‘chloroformo’ de la mano de sus amigos Chele, Natos y Waor… En definitiva, trabajando duro para que llegara este momento. Un esfuerzo que queda reflejado en «Una parte de mí», un trabajo formado por 18 temas que es una auténtica declaración de intenciones. Denom irrumpe en el panorama cual perro sin collar, con la fuerza y las ganas necesarias para comerse el mundo a base de descaro y dosis de realidad. Y de momento parece que el esfuerzo comienza a dar sus frutos: consiguió ser trending topic el día de salida del disco y las views de sus primeros singles se cuentan por cientos de miles. Estamos sin duda ante un artista con potencial, con posibilidad de desarrollo a largo plazo.
Le resulta bastante odioso describirse a sí mismo y tampoco le hace falta. Denom es uno de esos artistas que van por la vida a corazón abierto, y esa es su mejor descripción. «Una parte de mí» es un LP hecho a base de retales de sus vivencias. De sus risas y sus llantos, de sus logros y sus fracasos. Un trabajo completamente personal que, pese a perfilarse en un primer momento como maqueta, ha logrado convertirse en su primera puesta de largo a nivel profesional gracias a la «ilusión y las ganas» que desde un principio Denom volcó en sus temas. Un cambio sustancial que le ha llevado a modificar algunos detalles del disco, eso sí, sin alterar la esencia de su música. Según comenta Denom, «en lo que al mensaje se refiere hubiera sido el mismo siendo canciones sueltas, maqueta o un LP, como es el caso final. Desde un principio tenía claro que fuese cual fuese el formato en el que sacase este trabajo iba a ser como una presentación, algo completamente personal. Si que es cierto que, cuando decidí que fuera un LP, le dediqué mas horas, reescribí canciones y pensé en darle un enfoque más directo. Además di prioridad a sensaciones e historias, cosas que no se podían quedar en el tintero».
Sin perder ese giro de voz que le caracteriza y que tanta personalidad y musicalidad da a sus temas, Denom logra transmitir cercanía, descaro y humildad. La portada del disco no es más que el presagio de lo que se esconde dentro. Para su estreno se ha puesto el corazón en un puño y le ha hecho sangrar, arder, llorar… Incluso, pese a su juventud, le ha tenido que poner ya algún que otro parche. Tras la cruda voz de Denom, capaz de arañar y acariciar a su antojo, encontramos un LP de marcada carga negativa. Y es que la música le sirve al artista, más que para compartir experiencias, para liberar dolor y quitarse pesos de encima: «Escribo para mí e intento a veces transmitirme algo de esperanza o fuerzas. Me alivia y me relaja el hecho en sí de escribir, más que el compartirlo con la gente. Escribo porque quiero dejar constancia, recordarme las caídas, echarme en cara cosas. En ningún momento pienso a quién le va a llegar o cómo lo pueden interpretar. La libertad es lo que te hace ser tú. Por ello, para que realmente me ayude, elimino los jueces y escribo para mí mismo«. La música es su cura y a pesar de encontrar en ella una auténtica terapia y saber transmitir a la perfección sus vivencias al público, aún hay partes de él que le cuesta reflejar en sus canciones. Según Denom «las más sentidas son las que mas rápido se escriben pero, a su vez, las que más cuesta escribir: despedir a un buen amigo, pedir perdón, tener la nevera vacía… No sé, son cosas que de por sí vivirlas se hace duro y al escribirlas, aunque encuentres rápido las palabras, se hace difícil el hecho de verlo reflejado y hacerlo real, por lo que cuesta más. Se trata de un trabajo personal, para mi es como darme cuenta de cosas u ordenar sentimientos».
Dentro del baúl de historias que conforman «Una parte de mi» encontramos continuas referencias a su familia. La generosidad con la que Denom abre sus sentimientos en este terreno es digna de alabar. Una exquisita forma de redimir antiguos ‘pecados’: «Desde muy pequeño les he dado muchísima guerra. Siempre llegaba una noticia nueva, una carta… Imagino que lo típico cuando te sale un hijo inquieto y con ganas de vivir la vida a su manera. Me hice pronto muy independiente, con muy pocos años me fui a vivir solo. No obstante siempre han sido un apoyo y siempre me han aconsejando, sin meterse en la forma de vida que llevaba o en cómo me la ganase. Ahora que lo veo un poco desde fuera puedo decir que me veo en deuda con ellos, con ambos: por el miedo que han podido pasar, las mil historias que les he hecho vivir desde fuera y aun así, nunca imponerme algo. Creo que gracias a ellos tengo la visión que tengo, escribo en gran parte como escribo y puedo describir lo que he vivido. En definitiva, son un pilar y un apoyo siempre».
Otro de los aspectos claves en las líricas de Denom es la calle, un escenario que le ha brindado muchas luces, reflejadas en el aprendizaje que ha extraído de ella, y muchas sombras, escondidas tras aquello que de un modo u otro le ha arrebatado: «lo mejor que me ha aportado la calle es la familia que eliges, los amigos. Como algo positivo, decir que puedo comer, beber, fumar y dormir en prácticamente cualquier sitio gracias a la calle. Porque te enseña a adaptarte, a ser humilde… pero siempre con hambre y ganas de avanzar. Por desgracia, si estás en lo que llamamos «la calle», y no me refiero a vivir entre cartones sino a una forma de vida fuera de este sistema impuesto, tienes que ser tu propia protección y tu propia inversión. Y si te ganas la vida como sea ves caer a amigos en centros y cárceles, o incluso caes tú. Por otro lado haces sufrir a tu familia, te endeudas, te ves más obligado a hacer otro tipo de cosas más fuertes, y con ello los problemas también son más gordos. Se te va gente cercana al cielo porque no aguantan ese ritmo, amigos caen presos, te alejas de la familia… No se, el desgaste deja taras tanto en ti como en los que te rodean. Por desgracia lo aprendes en tu piel y de forma directa, es decir, si fallas lo pagas tú. Por otro lado lo mismo que tiene de malo lo tiene de bueno. Te enseña los valores que de verdad marcan el día a día, a sobrevivir por ti mismo, a hacerlo tú y que no lo hagan por ti y a vivir como quieras, seas de donde seas, de una familia como ellos dicen «pudiente» o no».
Si algo ha dejado patente Denom con este disco es que baila al son que se le ponga por delante. Si hace poco más de un año el artista basaba sus producciones en samplers y beats sacados de Internet, para este primer disco se ha rodeado de productores de la talla de Ikki o Sendy. Un salto cualitativo que nos brinda bases de lo mas variadas y suculentas. Así la contundencia de «Si las miradas hablaran», que firma Sendy, se une a la melancolía de «Vidas que se van», la vanguardia de «Plata o Plomo» y «Mi Propia inversión», el sentimiento de «Historias de amor de barrio» o la suavidad del beat que le brinda el siempre imprevisible talento de Ikki en «Ya sabes lo que…».
A la hora de seleccionar sus colaboraciones Denom se ha quedado en casa. Entre los artistas que han querido dejar plasmada su huella en este disco encontramos, entre otros, a un salvaje Carmona, unos descarados Natos y Waor, un Costa que nada entre lo macarra y lo comedido, un versátil Fyahbwoy, un elegante Nieto o un Recycled que sabe perfectamente cómo darnos lo que queremos. Colaboraciones de lo mas madrileñas que dejan patente que, lejos de esas voces de antaño que acusaban al rap de la capital de uniforme, hay una variedad de sonidos y de conceptos tremenda. Un hecho que podríamos extrapolar a toda España. «El punto fuerte de la escena en general es que la gente está currando a saco por su movida, sean o no de Madrid. Veo una gran cantidad de estilos, voces, instrumentales, tipos de vídeos… Hay mucho movimiento y eso hace crecer esto», comenta Denom.
De entre los temas que conforman el disco destacar «Una parte de mi» y «Vidas que se van», dos temas tan personales y que aglutinan tanta honestidad que son incapaces de dejar a nadie indiferente. Algo similar le ocurre a «Historias de amor de barrio», capaz de hacer las delicias de propios y extraños al género. A ellos se suma «Aire», un tema que te lleva rápidamente a su terreno, que te da aire a bocanadas y te deja sin respiración por momentos. Una canción con un estribillo simple al que un solo giro le convierte en especial. De estribillos va la cosa, sobresaliente también el de «Sombra del tiempo», un tema que fluye por sí solo con un Costa mucho más tranquilo y un Denom que nos brinda una parrafada dignar de disfrutar tantas veces como nos sea posible.
El esfuerzo puesto en el disco está ahora en manos del público, y pese a que Denom nunca pensó poder llegar a ayudar a alguien gracias a su música, es algo que le reconforta. «Veo que a gran parte de mi público le llega o le ayuda, e incluso pueden verse identificados. Nunca habría pensando que esto fuera a ser así. Me alegra saber que despierto emociones en gente que ni conozco. Es como magia, y más aún si les ayuda a salir de un bache o de una de las vivencias en las que justo me encontraba yo cuando escribí el tema con que el que se ven reflejados. Ojalá les transmita el calor que he intentado darme a mi mismo arañando el papel«.
La mejor manera de comprender lo que se esconde detrás de «Una parte de mi» es escuchándolo. Podría decirte que supera expectativas para ser un álbum debut, que el Lukinas va ‘pa’ arriba, que con este disco Denom nos ha dado una parte de él y nos ha robado una parte de nosotros mismos. Sin embargo será dándole al play cuando estas palabras cobrarán más sentido que nunca. Solo te tienes que dejar llevar, el resto fluye solo.
