GLORYSIXVAIN

Un diente roto,
rosarios distorsionados
y extrarradio

«Yo solo estoy haciendo lo que me gusta, sin intención de que se pegue ni nada por el estilo”.

 

“Mi música no es la que le vas a poner a tu madre. Y si le pones mi música a tu madre y le gusta es porque también ha mamado esas cosas”, afirma GlorySixVain al preguntarle dónde situaría su sonido en la escena actual. “Lo que yo hago no le entra a todo el mundo. A la peña que le entra mi sonido es porque realmente le flipa esta movida. Yo solo estoy haciendo lo que me gusta, sin intención de que se pegue ni nada por el estilo, declara.

GlorySixVain, criado en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), empezó a tontear con la música haciendo bases con tan solo 16 años. Creció escuchando rock, luego descubrió el reggaetón –con artistas como Cosculluela o Ñengo Flow– por las canciones de la PSP de su hermano, pasó por el dubstep y finalmente descubrió a PXXR GVNG: “Me inspiraron a dedicarme a esto no solo porque trajeron un sonido nuevo sino porque no tenían ningún tipo de corte en decir cómo hacían la música, de forma muy precaria, con un micro y un portátil… y ya. Al verlo tan fácil dije ‘coño, yo también puedo’. Al estar acostumbrado a escuchar rock siempre había pensado que para hacer música necesitabas un estudio, contactos y demás… y al ver que existía otra forma de trabajar pensé que realmente sí era posible hacer música”.

Con 18 años decidió que era el momento definitivo para empezar a cantar y dejar la vergüenza de lado. “Mi primo, que rapeaba, me dijo que si quería hacer algo lo tenía que hacer ya, porque a él ya le había pillado tarde… y pensé que tenía todo para poder hacerlo, así que empecé”, comenta. Y es que Glory es el primero que sabe que la música –por mucho que nos pese– crece junto al artista. Su desarrollo artístico a futuro es algo que tiene muy presente: “En algunos temas incluso me meto un poco con la gente mayor, porque me da un poco de rabia” –como canta en ‘New Balance’: /Hasta la polla de ver cuarentones en discotecas que se creen que son Peter Pan/–, “creo que la música no tiene edad, pero sé que con 40 años no voy a estar cantando las vainas que canto ahora. Sé que la música va a madurar conmigo y tengo que estar haciendo vainas heavys ya. No puedo estar haciendo el tonto, tengo que darme caña y explotarme a mí mismo”, reflexiona.

El mismo año que empezó a cantar subió un EP, pero al poco tiempo lo borró, ya que no se veía reflejado en él. No volvió a subir música hasta que encontró el sonido que le representaba totalmente: “Lo he conseguido y lo sé porque cada vez que canto me estoy imaginando cosas, como una peli. Y eso se transmite a la peña”, explica. “Cuando grabo me aíslo de todo, las horas se me pasan volando, todo lo que visualizo en mi cabeza lo represento en mi música. A través de lo que me transmite la base, enlazo la primera palabra que me salga con otra cosa”, añade.

GlorySixVain habla de forma simple y directa de lo que vive, lo que piensa y lo que siente. “No voy a hablar de lo que no soy ni de lo que no he vivido. Si tú no vives las cosas que escribes la peña se cata”, aclara. Los pilares que mueven la música del artista –entre rosarios distorsionados y gamberrismo– son el amor, el desarrollo personal y la familia. Desde el principio, reivindica sus raíces andaluzas y habla sobre el barrio en el que se ha criado. “Lo hago de forma totalmente inconsciente, me viene natural. En Santa Coloma ves cosas que igual en Barna te encuentras de forma diferente. Esa voz que le doy al extrarradio también es gracias a mi colectivo Sixssion (colectivo formado por GlorySixVain, Dani Rojano, Eloi de la Cruz, Arnau Estrella y Pau López, todos de Santa Coloma). “Ellos me impulsaron a dar esa visión. Pero realmente no me considero tan de barrio como otra peña que realmente sí que lo es”, comenta.

Yo le pregunto, ¿qué es ser realmente de barrio? “No sé… para mí es buscarte tú las habichuelas”, responde. “En mi casa mi abuela siempre se ha matado porque sus hijos tuvieran un futuro, porque venían de cero literal. Y mis padres también han mantenido eso, que a mí no me falte de nada, pero yo no he tenido que hacer ese trabajo… Tampoco lo veo como una falta de respeto, pero ahora mismo sí que hay chavales que tienen que estar haciendo lo que hizo mi abuela. Por eso no me considero tan de barrio, quizás”, explica.

Sin embargo, temas como ‘Carmela’ (ft. Dellachouen) demuestran el peso indiscutible que tienen sus orígenes y la reivindicación de los valores con los que se ha criado en su trabajo, canalizados sobre todo en la figura de sus abuelos. Mis abuelos realmente lo son todo. No sé qué obsesión tengo realmente con ellos, ni de donde me sale. Siempre me he sentido mucho más libre con ellos que con mis padres, puedo hablar con ellos como si fueran mis amigos, pero desde una visión más tierna. Me pasaba los veranos con ellos y siempre me han transmitido su forma de ver la vida. Me siento una parte más de ellos, como una escisión, cuenta. “Aún no les he enseñado mi música, supongo que por miedo a que no les guste”, confiesa, “pero sé que están orgullosos de mí y que les gustaría que consiguiera vivir de esto”.

Ese amor puro es el que reivindica en sus canciones, cantando sobre sus recuerdos, como lo hace en ‘Dentadura’. El tema –que declara que no sería capaz de cantar en directo– es un homenaje al padre de su madre, que sufría de Alzheimer. “Siempre pienso en que me hubiera gustado tener más tiempo para conocer más de ellos, pero bueno, lo que pude aprender lo llevo conmigo”, explica. ‘Dentadura’ comienza con un sample mítico de ‘Cold Little Heart’, de Michael Kiwanuka y, tras homenajear a la figura de su abuelo y contarle en la distancia cómo le va todo, acaba diciendo: /de crío me parecía guay que tuvieras dentadura, ahora a mí me me falta un cacho, la vida es dura/. Y es que su diente roto a causa de un accidente laboral ya es la marca de identidad indisociable del cantante. “Pensé en ponérmelo de oro, pero está mejor así, ya es parte de mí”, comenta orgulloso.

Otro elemento que no pasa por alto en su música es la religión, o más bien, cómo la amolda a su estilo, cómo demuestra en canciones como ‘Padre Nuestro’. Educado en un colegio de monjas, confiesa que siempre va a tener muy presente la imagen de la cruz encima de la pizarra y que creció rezando cosas que ni siquiera entendía. “De pequeño creía cuando me beneficiaba, y si veía que no, dejaba de creer”, declara entre risas. “Mi abuelo de hecho siempre se reía de ello. Pero me he educado así, no voy a ocultar que es algo que me gusta, y tiene un enlace directo con mi música, sin ser creyente me gusta jugar con ello, explica.

GlorySixVain se rodea de elementos que le interesan para después destrozarlos, romperlos y reconstruirlos hasta hacerlos suyos. Lo hace con la religión, lo hace en sus portadas y lo hace también en su música: “Uso muchos typebeats, adapto la base a mí, la rompo y juego con el sonido. Pillo pila de efectos ochenteros para el ruido y la voz. Como vengo de escuchar mucho rock me flipa que al cantar se escuche roto y distorsionado”, nos dice.

El primer trabajo íntegro que lanzó es ‘Serie Z’ (2020) –con un sonido mucho más trapero y destellos de punk– para pasar después a ‘686’ (2022) –un álbum en el que se mezcla el post punk, reggaetón e incluso tonos de flamenco y rumba–, dos títulos en los que se ve su evolución en toda regla. “El cambio de un álbum a otro es por la obsesión que tengo de superarme en cada tema. A la hora de superarme si uso el mismo género o el mismo estilo musical lo veo como una competencia a temas que ya he hecho, al usar géneros distintos me supero usando cosas distintas. Siempre mantengo la esencia, pero por eso cambio tanto de estilo”, confiesa.

En su último trabajo, el EP ‘Me quito de Roockie pa conseguirte las zapas con pelo de Furby’, demuestra cómo, a pesar de haber cantado en multitud de subgéneros, ahora se siente más cómodo con los sintetizadores y el sonido enlatado ochentero. Un ejemplo de ello, son temas como ‘Otra Vida’. “Ese rollo y las instrumentales post punk me encantan, me dan mucha libertad. Me permiten crear una escena y un ambiente con los que contar una historia mucho mejor. Con el reggaeton lo consigo, pero se queda más en el desamor” –como demuestra en canciones como ‘Tú le Enseñaste’ (ft. Lil Mess) o ‘Romea y Juliete’, en la que acompaña a TK MAMI“pero lo que más me mola es lo experimental, me deja hacer lo que me dé la gana”, concluye.

“Mi último EP nace de una temporada de crisis artística. Me ponía enfrente del ordenador a grabar, y al minuto me rallaba. Empezaba otro proyecto… y todo el rato así, nada me convencía. Me llegó la vaina del Jersey Club, con los muelles, las pistolas… descubrí ese sonido y me volvió la inspiración. Lo grabé en una semana o dos. De hecho, ‘Otra Vida’ ni siquiera iba a existir, es un giro respecto al resto de canciones y ahora es de las que más me gustan”, explica. Lo mismo le pasó con ‘White Tee’ en ‘Jesús of Barcelonés Nord/Retarded Swag 4 U Dad’, una canción que añadió tan en el último momento que mandó el álbum a distribuir sin masterizar, y a día de hoy es de las que más se han pegado. Esa es la magia de la música, a veces las cosas son como menos te esperas. Temas en los que me he tirado una o hora o dos, como máximo, son los que más le flipan a la peña. También supongo que es por no pensarse las cosas tanto. Es algo mucho más natural y se mantiene. Y llega mucho más directo a la gente”, añade el artista.

Su último lanzamiento, ‘New Balance’ se vuelve a desmarcar, una vez más, de lo anterior. Un tema con varias fases, en los que se mezcla drum and bass, toques de trap más clásico e incluso hardstyle. “A la peña le ha gustado mucho más de lo que pensaba. Voy muy a piñón y es algo que tampoco suelo hacer. Me alegro de que haya existido, pero ahora voy a ir por otro lado”, dice entre risas. “Tengo pensado sacar pronto un multiverso de ‘686’, una continuación pero desde otro plano. Aprovecharé para marcar más mi estilo, mi sonido y mi mundo, con una visión creepy y la estética de película de Clase B”.

El nuevo EP estará fuera en los próximos meses, y Glory no ha perdido la baza de seguir experimentando con cosas nuevas. Solo adelantó lo siguiente: “Grabando hice algo que no había hecho nunca. Un poco una vaina que hizo Bb Trickz con el tema de ‘Lo Siento Mamá’, esa forma de narrar. Es como si estuviera en una charla con colegas, que después se va a convertir en algo diferente, como un teatro a lo ‘Euphoria’, mientras narro mi vida”. Veremos, entonces, cómo se encarga de romper la cuarta pared.

Texto: Elena López
Fotografías: Iván García