MECHAYRXMEO busca una
nueva identidad para Argentina

El de Merlo se ha erigido como uno de los líderes del Detroit argento, encabezando el desarrollo del género en un país que parecía tener un sonido definido.

Hay una estrella que empieza a lucir en el oeste, en el de Buenos Aires concretamente. Su nombre es Mechayrxmeo y como si fuera un llanero solitario del wild west, se encuentra ahora mismo en la misión de su vida para colonizar una de las esquinas que ha dejado libre el mundialmente reconocido trap argentino, si es que ha dejado alguna en el país. Su arma para conseguir este espacio es el detroit bounce, un sonido que aunque de recorrido, todavía está asentándose en el territorio. Dos álbumes, un EP, varios singles, una apuesta estética sólida y una lírica que destaca por su ironía e irreverencia son de momento sus avales.

Su explosión real llegará cuando se le comprenda, porque desde luego la radiofórmula no es para él

En Merlo no hay pez más grande

A lo que antes llamábamos oeste en realidad se conoce como Merlo, un barrio alejado de la megalópolis bonaerense y que inevitablemente es causa importante de lo que es nuestro artista. Son estas las calles que le han visto nacer, criarse y buscarse la vida, y las que ahora sirven de bibliografía musical. Allí, pocos referentes en los que fijarte, pero mucho más espacio en el que crear una identidad genuina, supongo. “No hay tantos artistas reconocidos acá en lo que es Merlo (…) está Neo Pistea u Obie Wanshot, pero de la nueva sangre solo somos nosotros”, comenta Mecha con cierto orgullo sobre él y su trupe. Sin nadie en el que reflejarse cuando buscaba un movimiento nuevo del que ser la imagen principal, encontró en su hogar “esa esencia para hacer lo que hacemos”.  ¿Qué que es lo que hace él y la OGN, la dicha trupe? Ya lo veremos, vamos poco a poco.   

Las referencias, por tanto, tuvo que buscarlas en las redes. “Nos encontramos por ahí con ‘El Seco’ y gente de Estados Unidos”, dice confirmando que en internet encontró sus ejemplos. “La YSL, lo que es, los sonidos, todo” tuvo un gran impacto en el artista. “La pronunciación, las serpientes ¿viste? La forma de deslizarse sobre esas pistas (…) Era algo cómo muy nuevo para esa épocacontinúa con admiración. Esta fue su introducción en el mundo del slime, que aunque al oído del público suene algo muy anglo, él se encargó de latinizar. 

Con 16 años, daba el primer paso hacia la innovación y la ruptura, teniendo claro que esto iba a ser el leitmotiv de su trabajo y eligiendo el dicho sonido slime como su inicio personal. “Todo era como más trash acá y nos costó mucho encontrar el sonido, el productor o la voz (…) Acá no lo hacía nadie”, comenta. El resultado era casero, a base de type beats y con refes de Young Thug que captó gracias a su nivel 2 de inglés. Un éxito íntimo, temprano y adolescente con el que aprendió el modus operandi de la vanguardia, del crear algo sin espejos ni pistas. El resultado público fue unos cuantos temas en los que Mecha descubrió que gustaba, el resultado privado fue un aprendizaje imprescindible de procesos profesionales y creativos.  

El Slime está muerto, lo siento

Pero… todo lo bueno se acaba. Llego con el slime y me junto con un nuevo productor, Hielo, y me dice que está muerto, que ya tiene mucha gente para ese entonces  (…) estamos hablando del 2021”. Un golpe duro para un artista que creía haberse encontrado a sí mismo, y que pudo haberse desanimado si no hubiera tenido otra bala en la recámara. Los beneficios de estar en la búsqueda constante de lo nuevo: Siempre hay un plan B. “Me preguntó qué más sabemos hacer y yo le dije: ‘Detroit’”. El género por ese entonces no existía, me cuenta, y si lo hacía, no tenía grandes números. Poco importaba, viendo el resultado de la sesión de prueba acabó de convencerse. “Salió el primer tema, ‘Habladores’, de ‘All or Nothing 1’, y lo hicimos, no sé boludo, en 15 minutos (…) Más que orgánico, hablando encima del beat y fue como… empezamos bien, vamos a seguir con esto”. Una vez encontrada la ventana abierta, el de Merlo solo puede agradecer que Hielo le cerrara la puerta: “En el fondo necesitaba que alguien me lo dijera, ¿sabes?”.

Esta conexión inmediata tampoco le quitó todas las preocupaciones. Aunque el Detroit bounce haya llegado a públicos más amplios, Argentina era una tierra que no estaba labrada casi en este sonido. Él es uno de los culpables del reconocimiento que tiene ahora, pero cómo es normal tuvo miedo al principio. “Era como… no lo van a entender, es muy distinto, no va a ser número uno, no va a ir a gran escala”, admite haber pensado para luego atreverse a “hacerlo igual”, esperando que “la gente curta el sonido, que lo empiecen a entender”.  Hay que pensar en lo arriesgado de esta jugada teniendo en cuenta que el competidor era el trap argentino como género aislado. 

Hagámonos una idea del momento. Situándonos en 2021, este es el año por ejemplo de ‘Desde el fin del mundo’, de Duki. Argentina ha encontrado un sonido, sobre todo desde el 2016, que exportar y parece que hacerse un hueco sin entrar él es complicado. Este es el reto al que se enfrenta en cierta manera Mecha. “Yo nunca me encontré con esa persona, a lo que es musicalmente. Todos están haciendo esto, hagamos otra cosa”, asegura cuando le preguntan. No encaja en la onda, y ya lo advierte en muchas de sus letras. En ‘Monna Lisa’, por ejemplo, tira ‘ellos no cazan el fla’, ellos escuchan Rusherking. Barras que demuestran sus intenciones a la perfección y que evidencian que está aquí para hacer algo nuevo y disruptor.

Si escuchas Rusherking no lo vas a entender (no beef)

Todo sin ganas de menospreciar a nadie, obviamente, pero sin duda parece llegar a sentirse como un incomprendido. Yo no soy mainstream y quiero separar lo que hacen ellos de lo que hago yo. Ni siquiera es beef, pero mucha gente en Argentina me dice que no le pego al beat, que entro tarde y no tienen ni idea (…) No vas a entender que es Detroit lo que estoy haciendo porque escuchas a Rusherking” continúa contundente en su idea. Él entiende la música, su forma y su tratamiento de otra manera y lo regular parece no ir con él. Puede que la sobreexplotación o radioformulación le hayan acabado hartando, quién sabe, pero lo cierto es que tiene una idea muy clara de lo que quiere hacer, y está alejado de eso. 

Para Mecha, el trap argentino es “muy trash, mucho grito” y él donde se encuentra más cómodo es “susurrando o grabando más dormido”. Habla aquí de ese whispeo tan característico del detroit y tan suyo. La dejadez en el rapeo es casi un axioma del subgénero. Después de todo, estando tan unido conceptualmente al consumo del lean, del jarabe para la tos, sería rara otra cosa. “Yo consumo y después vi que en el género en el que estaba se consumía (…) Fue como… la puta madre, estamos en esa. Me sirve a la hora de la grabación, a la hora de estar en el estudio. Una marihuana, un vasito de jarabe y me pongo ahí en la sintonía, en una nota baja”, detalla sobre su proceso de creación. “A mí es lo más me hace sentir cómodo, soy una persona más de chill, de relax y los estupefacientes siempre son como para abajo”, finaliza. 

En lo temático y estético, también hay mucha tela que cortar. Su comodidad en el movimiento, de hecho, comienza aquí. “Creo que mi gusto va desde la estética del artista, de las barras de las cosas que digo y es que en Merlo está el skameo”, me dice riéndose con seguridad. Sus líneas están más enfocadas en su día a día en el barrio. “No me gusta decir eso de antes estábamos abajo y ahora estamos arriba, ¿viste? Creo que soy más rebuscado. Los memes, las barras, lo sicario…”, elementos que le separan más, orgullosamente, de su generación. 

Con la mención a los memes tiene que referirse indudablemente a la ironía, que es otro de los imprescindibles de su música. El bounce tiene mucho de sarcástico, de mostrar lo ridículo de las situaciones más adversas y tratarlas con una frivolidad juvenil; y eso es algo que le encanta “Nos agarramos de la ironía para salir a buscar lo nuestro porque aunque no quiera soy de acá y vivo esto” explica. Una visión irrisoria de la vida no deja de lado lo importante, pero esta es demasiado larga como para tomársela siempre en serio. Mecha no deja de lado sus valores, la sangre, la lealtad y la ambición que comparte con su OGN, solo que no tiene tiempo para regocijarse en las desgracias diarias y no quiere que tú lo hagas. 

Detroit bounce y 'matecito', la nueva realidad argentina

Las influencias son tantas que hasta en su ropa se puede ver el bling-bling y el swageo propio de la ciudad de Michigan. “Me gusta mucho el estilismo de Detroit”, confiesa. Esos brillos, pantalones anchos, oro y circonitas, la ambientación de unos principios de los dos mil que están volviendo. Dios bendiga el tiro bajo, como toca decir. Mucho traído de los Estados Unidos, aunque siendo argentino cueste de admitir y provoque ciertas miradas en el Conurbano. “La gente mira raro. Ponerse de rosa entero no es habitual acá, pero el que caza el fla’, caza el fla’ y no hay nada mejor que salir a tocar en un show e ir a pegar unos bolsones”. 

Tan artista 360 nuestro amigo que ningún aspecto queda huérfano en lo que es su producto artístico. Cada detalle tiene algo que decir y por ello, y aunque las influencias sean muchas, hacerlo propio también es muy importante para él. La argentinización no puede desaparecer en este apartado y es, de hecho el streetwear, uno de los puntos que más denominación de origen aporta a su marca. Zapatillas con resorte en vez de unas Jordan, camisetas de fútbol europeo en vez del americano… Esos pequeños easter eggs con los que se habla sutilmente de las variaciones nacionales. Acá en su momento no era quien tenía la Jordan más guapa, sino quien tenía las Air Max más guapas (…) Jordan no llegaba hace cuatro años”, ríe Mecha. 

En lo musical, esta nacionalización se da por jerga, aunque por la duración de los BPMs el argentino también consigue diferenciarse de lo yankee. Dentro de un tiempo más calmado, el slang del Conurbano brilla para hacer el sonido autóctono, como si este hubiera nacido en las esquinas y asados de su Merlo natal. Algo peligroso para internacionalizar su trabajo, pero que no le importa al artista pues lo dota de ese realismo. “Lo que pasa es que no estoy pensando en el marketing ni en la expansión mundial, lo estoy haciendo para mi gente. Si el que me escucha es de fuera yo le explico, pero está bueno porque con eso tiene la esencia argentina”.

Todo lo necesario para llenar estadios

Sumando todo lo hablado hasta ahora, uno es capaz de entender mejor lo que es y lo que hace Mechayrxmeo, la magnitud de un artista que es 360 y que no deja ningún matiz al aire. Cada cosa aporta a su totalidad como referente de un movimiento que, como venimos diciendo, acaba de aterrizar en la tierra del tango y los gauchos. Lo contado puede parecer intangible, pero no te preocupes que para eso ha lanzado las dos partes de ‘All or Nothing’ y ‘RX’. En estos tres títulos demuestra cada frase aquí escrita: esa argentinización, su desligamiento del mainstream que le rodea, el susurro como valor añadido o el digeo que le ha dado al género. Piezas fundamentales para entender cómo se está expandiendo el Detroit bounce por el mundo, porque aunque el Gloosito sea un genio, por ahí fuera hay mucho. 

Dejando de lado lo hecho, ahora mismo se encuentra en un periodo de entreguerras donde le toca decidir si lo siguiente es la versión deluxe de ‘RX’ o su nueva referencia ‘SheLovesBigSlime’. En la versión extendida, nos encontraremos tres temas con algunos featuring interesantes como Pablo Chill-E. De lo segundo, algo menos sabemos, aunque nos filtran que es menos oscuro y más enfocado al amor, representando la otra cara de la moneda que quiere desarrollar. O por lo menos, de esa forma lo entiende: “No sé si saco ‘RX Deluxe’ ,que es como Mecha, o ‘SheLovesBigSlime’, que es como Rxmeo. Todo amor, desamor, gangster lover y esas cosas”. Dos alter egos, de los que no se ha profundizado mucho, pero que le complejizan y de los que hay que disfrutar a partes iguales. Win win elija lo que elija.

Más allá, la idea es “comer de esto, viajar e ir a tocar lejos del país”. Buscando un nuevo rumbo o profesionalizando en el que se encuentra, lo cierto es que sus planes pasan por llenar estadios ofreciendo algo fresco y siendo leal a sí mismo. Todo depende de cómo consiga transmitir su realidad, porque lo que está claro es que para él, Merlo no se cambia por nada ni se finge. Del oeste bonaerense al mundo, a base de códigos, susurros, rimas explícitas e inspiraciones químicas, aunque solo sean de esas que te meten en una nota baja. Este es su resumen: sangre, lealtad y ambición, y a través de ello, buscará una nueva identidad para Argentina.