Hace más de dos años muchos descubrían a Adrián y su reloj de pulsera acompañado de grandes artistas como C.Tangana, Dano o Niño Maldito. No lo hacía nada mal ese niño sin flequillo abultado y con una camiseta blanca en vez de una chaqueta vaquera. H Roto se daba a conocer en El Corro de Ziontifik Films. Solo era el principio de un proyecto tan ambicioso como bien cuidado. Aguantando los tópicos sobre su edad y rodeado de lo mejor del panorama, H Roto fue escribiendo su nombre entre los raperos más destacados. Sus letras, mezcladas con su juventud, sorprendían a propios y extraños. Pero uno no siempre puede ser joven.

En 2013, su “Vacío pero lleno” se coló, a base de buenos minutos de música, entre los mejores discos del año. H Roto lo tenía todo. Con talento se tiene que nacer y él demostraba que lo poseía. La influencia de Dano en su evolución era palpable y muy agradecida por los aficionados a la música. ¿Quién no quiere ser aconsejado y cuidado por el polifacético miembro de Ziontifik? Adrián sabía que era un privilegiado y explotó al máximo esa relación. Esa unión se hizo magia en el concierto de presentación de “Equilibrio” en Madrid, cuando el aprendiz estuvo, prácticamente, a la misma altura que el maestro.

Ser joven es maravilloso, pero los años pasan. H Roto ya no es un niño y está empezando a marcar su camino sin más ayuda que la del bueno de Adrián Groves y su circulo más cercano, los cuales representan a la perfección la más nueva generación de música nacional. Después de algún inédito que otro, H Roto decidió publicar “AMVNET”, un trabajo de tres cortes con la producción del ya citado Adrián Groves. Breve, pero intenso. Simple, pero complejo.

Ya no tan niños

H Roto consiguió que todo el mundo estuviese pendiente de sus movimientos. Se convirtió en un producto caro, exclusivo y especial. “El infinito nos espera”, como bien afirma en “Jóvenes”, un videoclip del que también se encarga Adrián Groves y que expresa perfectamente la atmósfera que se respira si estás cerca de H Roto. Un track que resume la evolución de una persona que en un pasado no tenía aspiraciones y ahora tiene la capacidad de comerse el mundo. Pasar de un futuro inseguro a uno esperanzador. “Jóvenes” es una mirada atrás, “Jóvenes” es ser adultos. 

El siguiente track es una ruta con un sentido parecido al primer sonido que escuchas en el trabajo. El sueño de huir, el sueño de disfrutar haciendo lo que a uno le gusta, sin pisar a la competencia, pero no dejándote amedrentar por nadie. La vida, vaya. Actitud, pisar el acelerador. Ser constante y trabajar. Otra vez la vida. Por el camino, o por la “Ruta 66”, puedes encontrar a gente que no lo comprenda, pero no son importantes. “Querías ser una estrella, después viste que lo eras ya”, dice Adrián. Soñar con el éxito y obtener la recompensa en un chasquido.

Amvnet es la diosa protectora que todos deseamos tener. El tema que da nombre al trabajo es el que consigue que termines de sentirte identificado con el sentido de las tres canciones. Todos estuvimos en el infierno y ahora no lo aguantamos. Todos sufrimos la complicada juventud basada en la presión de probar lo que no debes, de ver la vida pasar y de darle importancia a las cosas que no lo merecían. Pero si la buscas, acabas encontrando a tu diosa, también a ese viento que te da la vida y te ilumina la mente. El precio de ser felices todos estamos dispuestos a pagarlo. “Sólo tú, mi Diosa, me puedes salvar…”. Todos necesitamos a Amvnet.